Blas García no continuó en el cargo al término de la presente campaña y ahora Luis Gallego, ha conseguido convencer a uno de los entrenadores más cotizados de la Tercera División asturiana. A sus ni más ni menos que 59 años, Adolfo Pulgar es un hombre de fútbol, quedando como encargado de llevar al cuadro gozoniego no solo a los cuatro primeros puestos, sino también a la categoría de bronce del fútbol español, la Segunda División B. El entrenador de Olloniego compareció junto a los que serán sus hombres de confianza durante la próxima temporada: el presidente del club, Luis Gallego, el preparador físico Marcos Fernández, el entrenador de porteros, José Luis Arguelles, el asesor técnico Tivo García Prendes y el nuevo delegado, Daniel García Vega.

"Tengo un método de trabajo visceral, voy por un camino y hay que seguirlo y el que se salga de él pues no me gusta"

Un equipo histórico como el Marino de Luanco aspira a terminar entre los cuatro primeros clasificados, por lo que Pulgar no esconde la responsabilidad que tiene la próxima campaña. "La meta de estar en el playoff no me la marca el club, me la marco yo, uno no se puede esconder de la responsabilidad que da la historia del Marino. Cuando uno viene aquí sabe que es para estar entre los cuatro primeros y una vez que lleguemos ahí luchar por el ascenso, sé las exigencias que hay y esa es una de las razones por las que vengo. Quiero dar importancia al cuerpo técnico que tengo, soy profesor en la escuela de entrenadores y veo que la gente joven está progresando muchísimo y rodearme de gente joven, como Marco Fernández, el preparador físico, es muy importante, el trabajo en equipo es lo que saca adelante esto y es lo que voy a hacer", comentó ante los medios de comunicación.

Para terminar, Adolfo Pulgar puso fin a un ciclo en el Club Deportivo Tuilla y ahora recala en el club gozoniego, buscando integrarse en el conjunto y la ciudad lo más rápido posible. "He pasado por banquillos muy exigentes, el Marino sí que tiene esa historia en Segunda B, es especial como club, pero el banquillo no me va a pesar con los años que tengo, soy un privilegiado porque puedo hacer lo que me gusta y vengo a disfrutar. Soy una persona abierta y espero integrarme en el pueblo, porque somos una familia, lo que pasa que tengo un método de trabajo visceral, voy por un camino y hay que seguirlo y el que se salga de él pues no me gusta, al Marino tiene que venir todo el mundo a sumar, nadie a restar", concluyó.