España se quedó fuera de la Eurocopa de Francia tras verse completamente superada por la mejor versión de Italia en lo que va de competición. Los de Conte hicieron bien todo lo que debían, apretaron en la salida de balón de España y jugaron el partido que habían propuesto en la pizarra. 'La Roja' mereció quedarse fuera tras un encuentro en el que fue mucho peor que su rival. 

Y es que el encuentro empezó realmente mal para los intereses españoles. La selección italiana, que formaba con un 3-5-2, llegaba a la presión con suma facilidad y ahogaba todas las vías de escape que los de Del Bosque intentaban crear. Si uno de los centrocampistas españoles recibía el balón tenía, pegado, a su defensor italiano. Esto provocaba, o bien devolver el balón atrás y mandarlo en largo, o bien intentar jugarlo y acabar perdiéndolo. 'La Roja' no encontraba la manera de desarbolar la presión italiana, que solo permitía el balón largo a Morata y que tenía controlada la zona dónde caía esa pelota. 

La presión, intensa desde la salida de balón de De Gea, provocaba constantes errores en zonas peligrosas del campo en las que la superioridad numérica era italiana. No solo eso. Cuando un jugador italiano recibía la pelota, ya fuera en jugada hilvanada desde atrás o en recuperación, tenía numerosas opciones de pase y espacio suficiente como para avanzar. En los primeros 20 minutos, la fase defensiva española era terrible. No se recuperaban balones y, cuando sí se robaban, se perdían rápidamente. Por si fuera poco, Juanfran, Ramos y Alba no estaban nada acertados en el pase, lo que sumaba una dosis de dificultad a la intención de jugar el balón en corto. España estaba siendo superada en todas las fases y los jugadores de Del Bosque llegaban siempre medio segundo tarde a los balones. Así surgió la primera oportunidad italiana, tras el saque de una falta que remató Pellè y que De Gea mandó a córner. 

Foto: UEFA
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Cuando, a pesar de que el dominio seguía siendo italiano, el combinado nacional español empezaba a pisar área 'azzurri', una falta de Ramos en la frontal del área sin demasiado sentido significó el primer gol del encuentro. Éder la pegó al palo de De Gea, que rechazó mal al centro y, cuando Piqué quiso despejar, Chiellini se anticipó para anotar el 1-0. Ni eso despertó a España, que vio como De Gea volvía a sacar las castañas del fuego al filo del descanso. 

Empezó la segunda mitad igual que la primera, con dos ocasiones italianas, pero una ocasión de Morata en la que remató solo, y mal, trasladó el miedo al cuerpo de los italianos, que se echaron atrás y permitieron que los españoles se instalaran en su mitad de campo. Italia parecía fiarlo todo a la pareja Pellè-Éder, que se complentaba a la perfección. En una de esas, el del Southampton le dejó el balón en ventaja al velocísimo delantero italiano, que se quedó solo ante De Gea pero mandó el balón al cuerpo del portero. Eran los mejores minutos españoles pero, aún así, Italia tenía las suyas. 

Foto: UEFA
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La entrada de Aduriz para recibir balones largos con Morata instaló a España en la mitad italiana del campo, provocando que las salidas italianas fueran mucho más contadas. La presión española, más intensa que en la primera parte, conllevaba muchoss errores en salida de balón 'azzurri' y eso significaba peligro español. 

También entró Lucas Vázquez, que le dio un nuevo aire a España y, entre que Aduriz las cazaba en largo y el canterano del Madrid era un foco de problemas para la defensa italiana, los de Conte no salían de su mitad de campo. Fueron los mejores momentos para 'La Roja', que tuvo varias ocasiones realmente claras. Ahí se erigió Buffon como salvador de Italia. Aduriz, Lucas Vázquez, Iniesta, Ramos y Piqué tuvieron las suyas, a cada cuál más clara, pero siempre aparecía una mano salvadora del cancerbero de la Juventus, que vive una tercera juventud. Qué portero. Qué futbolista. 

La lesión de Aduriz debilitó las posibilidades de los de Del Bosque, que perdieron la posibilidad del balón largo al del Athletic Club. Aún así, Gerard Piqué tuvo el gol en sus botas, en una acción en la que remata mientras le están agarrando. La mano de Buffon, para que la pongan en un museo. El tiempo corría y España no encontraba ese espacio para entrar al área y tener un disparo en ventaja. Hasta que llegó el momento clave. Córner favorable a España que sacó la defensa italiana. Tal y cómo avanzaba la jugada, se veía venir la pesadilla. Insigne le puso un balón medido a Darmian y éste centró para que Pellè, solo, sentenciara el encuentro y mandara a España a casa. 

Foto: UEFA
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Los de Vicente Del Bosque, que empezaron la Eurocopa arrasando, se vieron superados en prácticamente todo momento por los italianos, que hicieron una primera mitad perfecta. La presión italiana ahogó las ideas de 'La Roja', que solo con balones largos a Aduriz y Morata se sintió superior a su rival. Pero ni así. La reacción de los españoles se quedó en nada. Fin de trayecto para España en una Eurocopa de dos caras. Los dos primeros partidos, realmente bien. Los dos últimos, realmente mal.