El Eibar se impuso por un gol a cero al Valencia en un partido que plasmó a la perfección aquello de que quien perdona, la acaba pagando. El conjunto che dominó completamente la primera parte y dispuso de hasta cuatro ocasiones imperdonables para adelantarse, pero ni Rodrigo, ni Abdennour ni Santi Mina por partida doble estuvieron acertados. La debilidad en ambas áreas que los de Ayestarán ya demostraron frente a Las Palmas se acentuó en Ipurúa. El Eibar, mal en todas las facetas en la primera parte, adelantó líneas en la segunda y se llevó tres puntos de orgullo gracias a Pedro León, que transformó al segundo intento un dudoso penalti de Abdennour tras toparse con Ryan en el primer disparo. 

Alcàcer vio desde la grada el nulo acierto de cara a la portería de los que aún son sus compañeros

La alineación que Ayestarán presentaba una hora antes del partido confirmó, por si restaba aún algún che con esperanzas, el final del culebrón que ha sacudido Mestalla las últimas semanas. Alcàcer, descarte técnico, vio desde la grada de Ipurúa su, probablemente, último partido como miembro de la disciplina valencianista. La entidad che debe caminar ahora hacia delante, y Ayestarán alineó de inicio a dos de los fichajes de esta temporada: Mario Suárez insólito dorsal siete valencianista, como cierre en un centro del campo junto a Enzo y Parejo; y Nani por banda derecha acompañando a Rodrigo y Santi Mina. Mendilíbar, por su parte, realizó cuatro cambios con respecto a la derrota ante el Depor, con Escalante en el doble pivote y finalmente con Pedro León y Jota en ataque. 

Apostaba el entrenador armero por futbolistas de más toque en el centro del campo, pero pronto se vio que la jugada no iba a funcionar. Tras unos minutos de tanteo con alguna ocasión para ambos equipos, el trivote valencianista impuso su físico —una de sus taras en la parcela la pasada temporada— y se adueñó del juego. El Eibar, sofocado, se limitaba a esperar, confiado en que la fragilidad defensiva che iba a darles alguna oportunidad. Lo intentó el equipo vasco alguna vez por la izquierda de su ataque, con Luna doblando a su par y Bebé cayendo a banda, pero Ryan solo tuvo que intervenir en un par de disparos demasiado lejanos de Pedro León. 

Fue el Valencia, bien dirigido por Enzo y Parejo, quien dispuso de hasta cuatro ocasiones clarísimas para marcharse a los vestuarios mandando en el marcador, pero la desconcertante falta de acierto del equipo che vista en el encuentro contra Las Palmas se incrementó en este partido hasta límites tragicómicos. Con Alcàcer viéndolo desde la grada, Rodrigo, Abdennour y Santi Mina disfrutaron de oportunidades, pero los tres fallaron estrepitosamente. El caso del atacante gallego, que venía de firmar un doblete en la primera jornada, desesperó especialmente a Pako Ayestarán, sudando en el banquillo más por estrés que por calor. Tras lucir recursos con un remate de espuela y otro de chilena tras sendos centros de Nani —que aparecía con cuentagotas, pero siempre con peligro y acierto—, suspendió en las oposiciones a ‘9’ del Valencia al desperdiciar dos remates prácticamente sin portero. La primera parte murió en el área valencianista tras un arreón final del Eibar, que metió el miedo en el cuerpo a los aficionados valencianistas con un remate a la salida de un córner que Escalante mandó fuera. 

Rodrigo intenta controlar un balón | Fuente: Valencia CF.
Rodrigo intenta controlar un balón ante Ramis | Fuente: Valencia CF.

Jugaba mejor el Valencia, pero el Eibar necesitaba bien poco para crear peligro sobre la portería de Ryan. Mendilibar se dio cuenta, y el equipo armero adelantó la línea de presión en la segunda mitad. La defensa del Valencia, a nivel de benjamines en la salida de balón, empezó a sufrir. Abdennour, visiblemente nervioso cada vez que se veía obligado a intervenir, provocó finalmente el penalti que sirvió a Pedro León para adelantar a los suyos en el marcador. El Valencia, aturdido por el tanto después de tantas ocasiones a favor, volvió a agarrarse a su centro del campo para meterse en el partido. Fue una de las pocas buenas noticias para los de Ayestarán en el partido: el trinomio Suárez-Enzo-Parejo se mostró compensado y no falto de química. Sin embargo, a estas alturas del partido ya comenzó a fallar la gasolina, y aunque el balón volvió a ser del conjunto che, esto no se tradujo en ocasiones claras. Ninguno de los tres hombres de ataque valencianistas apareció en Ipurúa durante la segunda mitad, y el Eibar, concentrado en defensa, no vio peligrar en ningún momento su victoria. 

Mendilibar dio entrada a Enrich para intentar cazar alguna contra que matara el partido; Ayestarán, por su parte, lo probó con Bakkali y Medrán, primero, y Rafa Mir en los últimos minutos, pero el equipo valencianista se había rendido mucho antes. Necesitan fichar mucho y bien en la ciudad del Turia para poder engancharse a la lucha por los puestos de arriba, objetivo que con los agujeros que aún tiene la plantilla se antoja utópico. El Eibar, a pesar de una flojísima primera parte, demostró capacidad de reacción, cualidad que le bastó para que los primeros tres puntos se quedasen en casa.