Hay que remontarse al 22 de enero de 2006 para encontrar la última visita liguera del Alavés al Camp Nou. El conjunto vitoriano, en su última campaña en Primera División, perdió por 2-0 por culpa de los tantos de Henrik Larsson y Leo Messi. De ese encuentro, tan sólo hay tres “supervivientes”: en el terreno de juego, siguen, el ya mencionado Messi y Andrés Iniesta; tras colgar las botas, hay uno que ha seguido su carrera como entrenador: Mauricio Pellegrino. El argentino, que vio ese encuentro desde el banquillo, pisó, muchas veces, el terreno de juego del Camp Nou como futbolista. Algunas, aunque menos de las que le hubieran gustado, defendiendo la camiseta del Fútbol Club Barcelona.

Mauricio Pellegrino aterrizó, a finales de agosto de 1998, en Barcelona para hacer su debut en el fútbol europeo. Tras ocho temporadas en Velez Sarsfield, en las que ganó nueve títulos -con una Copa Libertadores, incluida-, Louis van Gaal decidió ir a por el alto central argentino. La operación no fue fácil: dos horas antes del cierre del mercado de fichajes de verano, el Barça pudo anunciar dos llegadas: el fichaje de Patrick Kluivert, procedente del Milan, y la incorporación de Pellegrino. El club, en boca de su entrenador, afirmó haber pagado 300 millones de pesetas por la cesión, por un año, del jugador; el futbolista, en cambio, afirmó que había firmado un contrato por tres temporadas y que ése era el precio que debía abonar el Barça si quería seguir contando con él, una vez finalizada la primera campaña.

Sea como fuere, el argentino tan sólo estuvo un año en can Barça. Tras debutar, el 12 de septiembre, en el Camp Nou, ante el Extremadura, Mauricio Pellegrino logró gozar de una relativa continuidad. El central de 1,93 metros llegó a disputar 24 encuentros -en los que marcó cuatro goles- con el equipo y fue una pieza importante para que el Barça lograra coronarse como Campeón de Liga. Sin embargo, Louis van Gaal y el club decidieron no seguir contando con el argentino y Pellegrino fue traspasado, en verano, al Valencia. De este modo, se ponía el punto y final a su fugaz etapa como jugador del Fútbol Club Barcelona.