Vuelve la Liga de Campeones. La fase final de la mejor competición de clubes del mundo ya está de nuevo aquí y Barcelona y Celtic están preparados para darle la bienvenida en el Camp Nou. El balón estrellado será protagonista en el intento del Barça de desquitarse del batacazo, del pasado sábado, ante el Alavés contra un Celtic que viene de vencer por 5-1, en el derbi más antiguo del mundo, ante el Glasgow Rangers.

Los de Luis Enrique, aún convalecientes de la sorprendente derrota ante los vitorianos, tienen la oportunidad y la obligación de demostrar que el pinchazo no fue más que un accidente en la hoja de ruta azulgrana. Cuándo suena el himno de la Liga de Campeones no hay rival asequible y en el club lo saben; el primero en darse por enterado, el técnico, que se ha mostrado consciente de que fallar en una competición tan corta como la Fase de Grupos puede complicar el devenir de la misma.

Enfrente, un Celtic de Glasgow que vive su mejor momento de forma emocional de los últimos años. Tras vencer por 5-1 al eterno rival, el Rangers, en la reedición del Old Firm, el conjunto que dirige Brendan Rodgers se plantará, en el Camp Nou, conocedor de la enorme dificultad que supone encontrarse a un Barcelona herido. Sin embargo, el ejemplo reciente del Alavés servirá para espolear, aún más, a un equipo que no va a darse por vencido a las primeras de cambio después de tener que superar dos rondas previas para llegar a la Fase de Grupos.

Obligación de desquitarse

La estrategia ultradefensiva del Alavés en el Camp Nou resultó mucho más efectiva de lo esperado para secar al Barça. Teniendo en cuenta que el Celtic de Glasgow, a priori, ya tenía la intención de saltar a jugar al feudo azulgrana con un “autobús” de tres plantas, el ejemplo de los vitorianos les da una razón más para hacerlo. El conjunto de Luis Enrique tendrá la obligación de ser capaz de sortearlo para no sufrir un mal endémico del Barça de Guardiola: cuándo un equipo lograba sorprender al Barcelona de Pep, los demás intentaban imitarlo hasta la saciedad.

El famoso entorno del Barça se ha encargado, en las últimas 72 horas, de demostrar su opinión volátil. Si hasta hace, literalmente, cuatro días, el gran acierto culé del verano era obtener, de una vez por todas, un “fondo de armario” capaz de suplir, en cualquier momento, a los titulares, los debates sobre la idoneidad de las rotaciones que efectuó Luis Enrique en el ‘once’ ante el Alavés están, hoy, a la orden del día. Acertase o no, el asturiano ha decidido cargar con toda la responsabilidad y todo apunta a que, ante los escoceses, sacará una alineación mucho más reconocible.

La gran duda en el ‘once’ estará en la portería. Marc-André Ter Stegen evoluciona de forma óptima del estiramiento en el músculo tendinoso de la pierna derecha y ha vuelto a entrenar con el grupo. Habrá que esperar a los instantes previos al encuentro para conocer si el estado del alemán es favorable para volver ante el Celtic o si, por el contrario, Jasper Cillessen dispone, contra los escoceses, de la oportunidad de desquitarse de su amargo debut ante el Deportivo Alavés.

Euforia

El Celtic de Glasgow, por su parte, llega a Barcelona con un claro protagonista: Moussa Dembelé. El delantero francés de 20 años fue la estrella, en la goleada de su equipo ante el Rangers por 5-1, con un ‘hat-trick’. El galo, que ya ha anotado siete goles en once encuentros con The Celts, ya sabe lo que es marcar tantos importantes, con su equipo, en la máxima competición europea: la nueva estrella del Celtic fue clave para que el conjunto que dirige Brendan Rodgers lograra superar tres rondas previas antes de llegar a la Fase de Grupos.

Foto: TheGuardian
Foto: TheGuardian

Y es que el Celtic no ha tenido, ni mucho menos, un camino fácil hasta aquí. Primero, estuvo a punto de rozar un ridículo histórico: tras caer por 1-0 ante el modestísimo Lincoln de Gibraltar, tuvo que remontar en Celtic Park y endosar un 3-0 al equipo del peñón; en la segunda ronda previa que tuvo que disputar, ante el Astana kazajo, un gol de Moussa Dembelé en el minuto 92 del encuentro de vuelta desniveló la eliminatoria en favor de los escoceses y, por último, en la terecera y última fase previa, tras vencer por 5-2 en el partido de ida ante el Hapoel Beer Sheva, los israelíes se quedaron a un gol de la clasificación con el 2-0 de la vuelta.

Precedentes

Barcelona y Celtic se han enfrentado, a lo largo de su historia, 10 veces en partido oficial. Todas ellas, en la Liga de Campeones y en los últimos doce años. El balance es, claramente, favorable a los azulgranas: 6 victorias culés, 2 empates y 2 victorias escocesas. El último precedente lo encontramos en la Fase de de Grupos: el Barça venció en Glasgow por 0-1 gracias a un tanto de Cesc y, en el encuentro del Camp Nou, goleó al Celtic por 6-1 con un hat-trick de Neymar y goles de Piqué, Pedro y Tello. El tanto de The Celts lo logró Samaras con el partido ya sentenciado.

La última vez que se vieron las caras ambos equipos fue, el pasado 30 de julio, en un encuentro amistoso que poco tendrá que ver con el partido de mañana. Un Celtic inmerso en la ronda previa de Champions ante el Astana, perdió por 1-3 ante un Barça sin muchos de sus internacionales. Los goles azulgranas los marcaron Arda Turan, Ambrose en propia meta y Munir; el tanto escocés fue obra de Griffiths.

Declaraciones previas

Luis Enrique se mostró, en la rueda de prensa previa al encuentro, consciente de las dificultades que acarrearía que se volviera a repetir un pinchazo contra el Celtic: "Teniendo en cuenta que es una competición corta y que viene a ser un equipo sólido y fiable, es básico empezar bien y más viniendo del tropiezo de Liga. Pero nos debemos concentrar en las cosas que nos hacen mejores que el rival”, afirmó el asturiano.

El técnico azulgrana, además, alabó a su colega rival: "Me gustan los entrenadores ofensivos y, en muy poco tiempo en el Celtic, ya se le ve, por las buenas incorporaciones, jugadores que nos pueden crear problemas. Me gusta", declaró Luis Enrique en referencia a Brendan Rodgers.


Pese a asignarse toda la responsabilidad de la derrota ante el Alavés, el asturiano quiso poner en valor su tarea al frente del Barcelona: "Después de dos temporadas, hay mucho ganado. Eso no significa que no tengamos problemas, pero nada que me pueda sorprender. Hay que ir recuperando y reforzando hábitos. A los nuevos, les queda mucho por aprender. Hay que trabajar y ayudarlos al máximo", afirmó.

Brendan Rodgers, por su parte, afirmó en la previa que su equipo no saldría con temor al Camp Nou: "No seremos miedosos: defenderemos con once jugadores y también atacaremos con 11", declaró el técnico. "A estas alturas y a estas alturas de la temporada están muy lejos de donde quieren estar y todavía no tienen los automatismos integrados. Cuando juegas con equipos como el Barça siempre es difícil. Tienes que ser estricto en defensa, pero puedes jugar de maneras diferentes", añadió.

Sin embargo, se mostró consciente del enorme potencial del rival: "Luis es el mejor delantero del mundo. No hay duda. Luis Suárez es uno de los hombres más fabulosos que puedes conocer y es muy profesional", explicó, en referencia al delantero uruguayo. "Sólo con Suárez ya tendríamos que tener ocupados 4 defensas... pero claro, también están Messi y Neymar", remató.

Posibles alineaciones