El 19 de marzo el Atlético visitaba El Molinón con aspiración de luchar por la Liga lo que no sabían es que el Sporting les arrebataría ese sueño. Ya en la ida el Sporting avisó, sabían cuales eran sus puntos débiles, tenían la teoría y solo hacía falta ponerla en práctica. Abelardo lo tenía claro, quería un equipo capaz de hacer presión desde la primera línea hasta la última, transiciones rápidas con Jony e Isma como principales baluartes. Y le funcionó. Al menos durante la primera media hora. Pero el Atlético de Madrid no se trata de un actor secundario. Griezmann decidió aparecer y una falta en la frontal fue la excusa perfecta para enviar un disparo preciso al fondo de la red.

No es menester del rojiblanco, ya sea asturiano o madrileño, el desistir. Por eso Abelardo decidió continuar tirando de teoría una vez alcanzado el descanso. Así, la segunda parte comenzó como la primera. El Sporting pasando por encima de todo un finalista de la Champions. Quizá por la diferencia en la tabla Simeone se había dado el lujo de sentar en el banquillo a pilares fundamentales de su equipo. Tuvo que hacer uso de ello, pero no sirvió de nada.

Sanabria decidió disfrazar de Griezmann por un segundo, lo que tarda en tirarse una falta. En el lanzamiento el balón rozó lo justo a Kranevitter como para despistar a Oblak y subir el empate al marcador. El 2 a 1 sería obra de Carlos Castro. Una carrera de Jony que remató el querido futbolista sportinguista. Ni que decir que así en el minuto 88 se cerraba un sueño y se abría otro. El Atlético de Madrid se despedía de la Liga mientras que el Sporting seguía luchando por permanecer en ella.

Este sábado el Calderón volverá a ser testigo de un encuentro entre estos dos rojiblancos. Y en esta ocasión, el Sporting está por encima en la clasificación. 

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Sobre el autor
Estefanía Lorenzo
Periodismo en la UPV/EHU