Decepcionante Sevilla que una vez más volvió a dar muestras de la incapacidad que tiene para dominar un encuentro lejos de la capital de Andalucía. Ni el gol de Vietto en la primera parte ni la superioridad numérica tras la expulsión de Joel sirivieron de acicate a los pupilos de Sampaoli para conseguir la ansiada victoria a domicilio y dormir como líderes de Primera. El Eibar aguantó en fases, pero la mayoría del choque fue de dominio armero, que llegó a empatar por medio de Pedro León y que incluso tuvo varias ocasiones de llevarse los tres puntos. En los compases finales Dani García vio la roja y dejó a los suyos con nueve, pero el Sevilla fue incapaz de anotar un segundo gol. Otro decepcionante partido del cuadro rojiblanco fuera de casa.

Más que rotaciones, Sampaoli planteó una revolución para luchar por el liderato en Eibar. Kolodziejczak, Carriço, Ganso, Kiyotake, Correa, Ben Yedder y Vietto fueron las novedades con respecto al encuentro del miércoles en Turín. Ni siquiera el buen estado de Sergio Rico le valió para permanecer en el once y en su lugar tuvo la ocasión de debutar el italiano Sirigu. Como viene siendo habitual, el Sevilla saltó al verde de Ipurua con el pie izquierdo. Imprecisiones, nervios en defensa, pérdidas, los de Sampaoli no olían el cuero. El Eibar se fue viniendo arriba y comenzó a inquietar la portería sevillista cada vez con más frecuencia.

Vietto golpea primero

Para colmo, el plan inicial tuvo que sufrir una reestructuración con la lesión de Rami, que veremos si llega para el derbi. Escudero ocupó el lateral y Kolo pasó a la zona central de la defensa. Los problemas se acentuaron. El francés estuvo a punto de costarle dos goles a su equipo, pero Sirigu primero y la espalda de Kranevitter después, evitaron que los armeros se adelantasen en el partido.

Cuando peor estaban los hispalenses, Vietto aprovechó un pase filtrado por Kiyotake para abrir la lata. La jugada, más típica de la factoría Emery que del estilo que busca Sampaoli, fue iniciada por un robo de pelota de Kranevitter en su propio campo. Probablemente, la nota positiva del partido, el gran partido del argentino en la medular.

Poco antes del término de los primeros cuarenta y cinco minutos, llegaría la jugada polémica del partido. Balón largo a la espalda de los centrales que aprovecha Correa para encarar a Joel y este lo derriba siendo el último hombre. Álvarez Izquierdo no dudó y expulsó al guardameta, repitiendo la misma escena que le ocurriese al cuadro vasco la semana anterior ante el Granada.

La fe del Eibar tiene premio

Con un jugador más, Sampaoli decidió dar entrada a Vitolo en detrimento de un desaparecido Ben Yedder. Sin embargo, el Sevilla seguía a merced del Eibar, que atacaba con más fe que otra cosa. Las ideas del técnico argentino volvieron a sufrir un serio revés con la lesión de Carriço. Iborra tuvo que saltar al terreno de juego para ocupar la posición de central y dejó a los hispalenses sin cambios con toda la segunda parte por disputar.

El Eibar celebra el tanto del empate | Foto: agencia
El Eibar celebra el tanto del empate | Foto: agencia

El desorden en la zaga rojiblanca era bastante claro y se hizo aún más evidente con el tanto de Pedro León. Pérdida de balón en la zona de tres cuartos, balón en profundidad para la carrera de Luna, que ve la entrada de Pedro León por el carril central y el mediocentro madrileño, con todo el tiempo del mundo, bate por bajo a Sirigu. Los de mendilibar encontraron una merecida recompensa a su esfuerzo.

Al derbi con dudas

El resto del encuentro fue un quiero y no puedo del Sevilla. El partido de Kolo, Ganso y Correa es para analizar, sobre todo el de Ganso. En los últimos minutos los nervionenses pasaron con más pena que gloria por el área armera, pero el Eibar supo defenderse de manera brillante. Vietto pudo obrar el milagro en una clara ocasión que le sirvió Vitolo tras una gran maniobra desde la banda, pero el delantero argentino erró de manera estrepitosa. No obstante, el resultado no hubiera sido justo, ya que el Sevilla en ningún momento ni quiso ni supo acabar con la eterna racha de resultados negativos a domicilio. El punto del Sevilla, que nada tiene que ver con el conseguido en Turín, iguala lo que hizo su eterno rival en la noche del viernes y que no sirve para despegar las dudas que sobrevuelan a ambos equipos en la previa de un derbi incierto.