El, por aquel entonces, vigente campeón de la Liga española recibía al Hamburgo en fase de grupos de la Uefa Champions League. Los de Irureta, con hambre de éxitos, buscaban trasladar las buenas sensaciones del conjunto herculino del campeonato doméstico a Europa, buscando el primer triunfo de un equipo gallego en la máxima competición continental. Era un equipo repleto de estrellas que había hecho historia durante el curso anterior y que quería más. Pudo ser antes o después pero era inevitable, se cumplen 16 años de la primera victoria del Deportivo en la Champions.

No fue un encuentro muy vistoso, con un equipo alemán rocoso en defensa que impedía a un Deportivo con pocas ideas acercarse a su portería. Aún así los locales serían los encargados de abrir la lata por medio del uruguayo Walter Pandiani, que recogía un rechace del portero a tiro de Donato para subir el uno a cero en el marcador, justo antes del intermedio. Poco le duró la alegría a los herculinos ya que siete minutos después de la reanudación llegaba el empate. En una jugada mal defendida por parte de los de Irureta, Barbarez logra imponerse a los defensores blanquiazules y batir al guardameta Molina. Uno a uno en el marcador con prácticamente toda la segunda parte por jugarse. Era un día frío, Riazor no se había llenado pero pese a todo ello acabó pasando a las páginas de oro del club coruñés.

Apareció la garra argentina

El Hamburgo se dedicó la última media hora a defender un resultado que daba por bueno mientras que Irureta hacía indicaciones para que sus pupilos fueran a por la victoria ante su afición. Con la entrada de Valerón el Dépor ganó en elaboración y toque, apretaba a su rival que poco más podía hacer que defenderse como gato panza arriba. Sin embargo los herculinos no conseguían crear ocasiones claras para lograr el segundo tanto. Parecía que el partido finalizaría en reparto de puntos pero ahí apareció Scaloni.

"Vi el balón, cerré los ojos y lo patée"

Era el minuto 93 y, con todo el público dando por hecho el empate, apareció Lionel para poner patas arriba el estadio y desatar la locura entre la hinchada. El medio argentino se encontró con un balón en una posición óptima y no se lo pensó dos veces, después de conducir el esférico hasta el punto de penalti, lo golpeó con todas sus fuerzas. Y gol. Gol de Scaloni, del número 12 y gol del Dépor. En el último instante el Deportivo se alzaba con los tres puntos en un día que se recordará por la efusividad del argentino en su celebración, en la primera victoria del Dépor en la Champions.