Es de sobra conocida la importancia que le da Simeone a las diferentes variantes que puede ofrecer su equipo en función de cómo se desarrolla éste. Especialmente, y como es obvio, en las segundas partes. Es ahí cuando entran en escena los actores secundarios, aquellos que no aparecen en el once. Aquellos que no acaparan los flashes en un primer momento pero que, ¿por qué no?, pueden hacerlo en el último tramo de encuentro.

En un partido como el de ayer, ante un rival de la entidad del Barcelona, y con el once alineado por el “Cholo”, ese papel parecía estar destinado a jugadores que venían apareciendo con regularidad en las rotaciones del técnico argentino. Es el caso de Correa, de Fernando Torres o de Nico Gaitán, futbolistas que han gozado de protagonismo, en mayor o menor medida, durante los cinco encuentros que precedieron a la cita en la ciudad condal.

Y así fue. Ángel Correa y Fernando Torres fueron los dos primeros hombres en saltar al césped desde el banquillo. El argentino sustituyó a Saúl, y el de Fuenlabrada lo hizo en lugar de Kevin Gameiro. Estos cambios tuvieron el efecto deseado por Simeone, o al menos en un alto grado, ya que tan solo tres minutos más tarde de la salida de ambos, el atacante argentino del Atlético de Madrid hizo el tanto que puso el 1-1 en el marcador con el que acabó el choque entre blaugranas y rojiblancos.

Un cambio inesperado

Sin embargo, el tercer cambio no resultó tan predecible como los anteriores. No fue Gaitán el que saltó al césped, sino un actor que, hasta ahora, no había tenido minutos en el esquema del “Cholo”: Thomas Partey. El centrocampista ghanés disputó los últimos 20 minutos del encuentro. Sustituyó a Yannick Carrasco y entró con dos objetivos o intenciones claras para ese último tramo de encuentro.

La primera de ellas fue aportar músculo al centro del campo del Atlético. Con el 1-1 en el marcador, y a pesar de que nunca dejó de renunciar a sumar algo más de ese punto en el Camp Nou, la opción de defender ese punto en tu área era algo más que probable. Los de Luis Enrique te encierran en tu cuarto de campo y exigen un esfuerzo físico y una intensidad defensiva al alcance de muy pocos. El Atlético está en ese grupo y Thomas era un jugador muy recomendable para tal tarea.

El segundo objetivo respondía a un aspecto al que hizo referencia Simeone tras el encuentro. La salida al contraataque. Con Thomas Partey en el campo, y con el conjunto blaugrana volcado sobre el área defendida por Jan Oblak y compañía, la contra de los rojiblancos adquiría un valor añadido del que carece sin su presencia. La zancada y potencia de Thomas le hacen un jugador muy peligroso con metros por delante. Un jugador que es capaz de salir airoso del primer envite, aquel que los defensores pretenden convertir en definitivo (ya sea con una recuperación o la denominada “falta táctica”), y elevar las posibilidades de efectividad del contragolpe de manera considerable, si es capaz de conectar con los jugadores rápidos, llamados a finalizarlo.

Hasta aquí, analizados los argumentos futbolísticos de la entrada de Thomas en el duelo ante los culés, la sustitución puede parecer obvia. Sin embargo, y a pesar de que los de Simeone no habían afrontado hasta ahora un encuentro de tal magnitud, lo que sorprende es que saltara al césped un jugador que había gozado de tan pocos minutos hasta el momento.

El momento de Thomas

Y es que, desde que comenzó la competición oficial hace un mes, los de ayer fueron los primeros minutos del ghanés con la elástica rojiblanca. Hasta ahora, no solo no contaba con minutos, sino que ni siquiera era incluido por Simeone en las convocatorias colchoneras. El cambio es brusco y, sobre todo, significativa. Llama la atención por lo inusual pero es un indicativo claro de lo que puede ocurrir en el futuro a corto plazo en el Atlético de Madrid.

Ha llegado el momento para Thomas. Y seguro que está preparado, porque no es una circunstancia nueva para él. La temporada pasado fue un jugador que aportó en la rotación de los del “Cholo”. Disputó un total de 23 encuentros, 7 de ellos como titular, y anotó 3 goles. Dos de ellos importantes, ante Reus y Levante, en Copa y Liga, en dos encuentros que se decidieron por la mínima. Se ganó la confianza del argentino y el reconocimiento de la afición.

Por algún motivo, Simeone no había creído conveniente hacer debutar hasta la fecha. Lo hizo en Barcelona tras cinco encuentros en la grada, y como comentamos, ha llegado el momento de que vuelva a recuperar algo de protagonismo en la plantilla rojiblanca. No sabemos cuánto, pero la aparición del ghanés en el Camp Nou es un síntoma de que, sin duda, Thomas ha vuelto para quedarse.

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