El Real Betis ha podido comenzar mucho mejor la temporada. Esa es la principal conclusión que se puede sacar a principios de octubre, cuando LaLiga Santander lleva poco tiempo. El campeonato, hasta ahora, debería haber visto más puntos en el casillero de los verdiblancos además de mejores sensaciones. Sin lo primero ni lo segundo, la campaña difícilmente irá sobre ruedas. De hecho, Gustavo Poyet ya está siendo cuestionado porque nadie sabe cuál es el estilo de juego del conjunto andaluz. Y eso es un problema. Por fortuna, viendo que todavía mucha gente no ha soltado la camiseta de manga corta, hay tiempo para arreglar el desaguisado. Sin prisa pero sin pausa. Así se crece.

El debut liguero no era el deseado. Tocaba rendir visita a la casa del campeón, un feudo en los que la misión es competir más allá del casi milagro de sacar puntos. El Real Betis plantó cara durante algo más de media hora, hasta que Messi quiso. Acto seguido, cayeron uno detrás de otro hasta que el Barcelona llegó al set. Rubén Castro fue el único que puso honor en la Ciudad Condal, firmando un doblete. Encajar seis para empezar es una faena 'chunga'. Demasiada falta de firmeza atrás. Una defensa cuanto menos blanda. 

Lo siguiente fue un empate que supo a poco en el estreno en casa ante el Dépor. Ese 0-0 dio muestras de la mejora atrás del equipo pero en el medio se veía una falta de creación importante. Pocas ocasiones generadas. Un pequeño traspiés solucionado en Valencia, tierra que no se conquistaba desde hacía unos 30 años. El Real Betis vencía por 2-3 en un partido bastante completo en el que sobró un intermedio de algo más de un cuarto de hora donde una pájara monumental casi cuesta el triunfo. Los de Gustavo Poyet ganaban por 0-2, jugaban con uno más pero quedaba tiempo. Y esto es fútbol. Los chés levantaban en poco tiempo el resultado, con un jugador menos en el terreno de juego y tras venir de dos derrotas iniciales. Pudo ser incluso peor porque tuvieron más ocasiones para hacer el tercero, algo que sí hizo quien marca las diferencias. Rubén Castro, en el descuento, acababa con el 'manicomio'. De locos. Tocaba recibir al Granada, un equipo tocado y casi 'hundido'. Los nazaríes empezaban golpeando primero, hasta por dos veces, pero el cuadro local igualaba con un doblete de Álex Alegría. Con uno más, como en el Turia, los de las 'Trece Barras' casi tropiezan con la misma piedra. Ponce fallaba una pena máxima que pudo ser definitiva. Irregularidad se llama la palabra.

Un derbi sin Alegría

Capaz de todo, sin patrón de juego, llegaba el derbi. El Sevilla - Real Betis venía pronto para los dos equipos, pues Sampaoli tampoco estaba dando muestras de convencimiento en la acera de enfrente. Mercado marcaba nada más arrancar la segunda parte en un encuentro con más tensión que fútbol. Eso fue lo único que pasó prácticamente. Eso y que Álex Alegría vio cómo Estrada Fernández le anulaba un tanto legal. Era el empate pero ni por esas es capaz el equipo verdiblanco de rascar algo en Nervión. O, al menos, de marcar. Que esa es otra. El caso es que fue un partido de empate que se resolvió por un detalle. O por dos.

Álex Alegría, en Nervión | FOTO: VAVEL
Álex Alegría, en Nervión | FOTO: VAVEL

En el tercer derbi andaluz de la temporada, tras Granada y Sevilla, aterrizaba el Málaga en Heliópolis. Los malacitanos caían por 1-0 en el primer triunfo de los de Gustavo Poyet en casa, en el Estadio Benito Villamarín, con su gente. Gol de Joaquín. Los 'boquerones' mandaron dos balones a la cruceta, teniendo ocasiones para igualar pero no consiguieron batir a Adán. A pesar de la portería a cero, este Real Betis seguía mostrando demasiadas debilidades atrás. Problema serio.

Competir no es eso

Por último, ya en San Sebastián, ha llegado el peor duelo de la temporada. No por marcador, porque en Barcelona cayeron hasta seis, pero sí por sensaciones. Un equipo francamente plano, casi incapaz de llegar a área contraria, sin dar tres pases seguidos, con muchos problemas en defensa y sin patrón de juego. El tanto de Vela ponía justicia a lo que se estaba viendo. La Real Sociedad ganaba sin despeinarse demasiado ante un equipo que compitió en el resultado pero no en el campo. Este cuento, si sigue así, tendrá un final no deseado.

Petros lucha junto a Xabi Prieto | FOTO: VAVEL
Petros lucha junto a Xabi Prieto | FOTO: VAVEL

Un esquema que varía

Gustavo Poyet, sabido por todos, es fiel a su 4-3-3. Es el esquema con el que más rendimiento suelen dar sus equipos pero ha tenido que variarlo en función de los jugadores disponibles o del partido en sí. Curiosamente, ante Deportivo Coruña o Granada esa formación no ha variado pero sí lo hizo ante el Málaga, jugando con dos bandas en un 4-4-2. Son los partidos de casa, donde el Real Betis ha logrado un triunfo más dos empates. Esa victoria llegó con un par de extremos, con Joaquín y Musonda en los costados dejando a Rubén Castro y Álex Alegría como referencias ofensivas. 

Real Betis 0-0 Deportivo Coruña | FOTO: Análisis Táctico del Betis
Real Betis 0-0 Deportivo Coruña | FOTO: Análisis Táctico del Betis

Fuera de Sevilla, el esquema ha variado hasta más todavía. En el Camp Nou, conociendo el ataque blaugrana, Gustavo Poyet decidió alinear a cinco defensas en un 5-3-2 que valió de poco. O de nada. Los culés se adelantaban pronto pero los béticos reaccionaron bien. Messi hizo el segundo y ahí se acabó la película pues el Barcelona metía seis goles. No por acumular más gente atrás se defiende mejor. En Valencia, vuelta al 4-4-2, que ha surtido efecto. Las dos victorias han llegado con esa formación. Y, por último, tanto en Nervión como en San Sebastián, el míster uruguayo ha apostado por un 4-3-3 con derrotas por 1-0

La conclusión obtenida es que este Real Betis arranca mejor con dos jugadores en los costados, preferiblemente Joaquín y Musonda. La idea de reforzar el centro del campo no funciona por ahora, pues los equipos rivales siguen dominando. Lo más destacable es la falta de un patrón de juego definido, basado en el toque como se comentaba en verano. Muchos se imaginaban a un Celta de Vigo o Villarreal en verdiblanco pero la realidad está demasiado lejos de eso. Todo queda ya en manos de Gustavo Poyet, cuestionado en octubre. El balón, en su tejado.

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Sobre el autor
José Manuel Gelo
1995. Periodismo en la US. Socio del Real Betis Balompié. Lo difícil se consigue, lo imposible se intenta