La pesadilla merengue volvió a hacerse realidad una vez más. El marcador volvió a señalar otro empate para los madrileños. De esta forma, los armeros lograron meter gol por primera vez en el Bernabeú, y sobre todo, sacar un punto del campo madrileño. Así es como el hechizo de los armeros se deshizo y se hizo el de los madridistas.

Problablemente es el punto con mejor sabor que se han llevado a casa. Un punto que sirvió para mucho; por una parte, para demostrar que la Sociedad Deportiva Eibar no se achanta ante ningún equipo, ni aunque vaya cabeza en la liga y sobre todo, para callar voces dentro del Real Madrid (y también fuera) que aseguraban que el Eibar pagaría con creces la mala racha merengue. 

Al parecer, sucedió todo lo contrario, ya que los de Zidane se llevaron a casa otro empate más y una decepción todavía más grande. Parece que son parte de una pesadilla de nunca acabar: no logran ganar en los partidos, el entrenador cambia a Ronaldo por otro jugador...Son varias señales que nunca habían ocurrido, o al menos no desde hace años. Señales que les ha arrebatado el primer puesto y les ha llevado a ocupar la segunda posición de la clasificación liguera, con 15 puntos. Cosa que también le ha sucedido al Eibar, que ha bajado de la séptima a la octava posición; aún así, una posición bastante cómoda, y bastante lejana como para tener que luchar por no descender. De todas formas, los de Mendilibar no se pueden relajar, ni mucho menos.

Un empate con sabores distintos

Con el gol encajado por el centrocampista cedido Fran Rico en el sexto minuto del duelo, el Eibar se adueñaba de un partido donde el Madrid jugó de una manera irreconocible. Aún así, el Real Madrid no tardó en igualar el resultado, con un gol metido por el galés Bale en el minuto 17, quien fue el que tiró de todo el partido. Por el contrario, fue Pedro León quien destacó notablemente sobre los demás en el bando rival.

Decenas de minutos después, el arbitro pitaba el final del partido de la jornada número ocho de la liga española. El resultado final era la de un empate a 1-1, un resultado con mucho peso para los madridistas y por otro lado, un peso que se quitaban de encima los armeros. Los jugadores y la afición del club guipuzcoano lo celebraron como si de una final histórica se tratara, se llevaban 11 puntos (siete puntos logrados en casa y cuatro fuera) y el orgullo encima. El 5 de marzo se celebrará otro duelo entro los dos clubes en el campo de Ipurua, ¿pagará el Eibar los platos sucios esta vez?