El Mundial femenino Sub-17 de Jordania coronó por segunda vez a Corea del Norte y dibujó una meritoria medalla de bronce para España. Tras la finalización del evento, desde Vavel.com se ofrece, al igual que se hizo en el Mundial de Costa Rica 2014, un once ideal que incluye a las jugadoras más destacadas del torneo, además de una mención a aquellas de gran talento que no consiguieron pisar las semifinales con sus selecciones y a seis talentosas futbolistas que podrían repetir participación mundialista por edad dentro de dos años. De las 336 jugadoras que iniciaron el Mundial con ilusión y ganas por ofrecer su mejor versión, finalmente se han escogido como más destacadas a cuatro españolas, tres norcoreanas, tres japonesas y una venezolana.

Noelia Ramos (España)

La Guante de Oro. La guardameta canaria cuajó en Jordania un fantástico campeonato, erigiéndose como la mejor portera gracias a la colocación, una seguridad muy complicada por su corta edad y unos reflejos felinos que alcanzaron su punto culmen en los partidos ante dos potencias como Alemania y Japón. Jugó cinco partidos, encajando cuatro goles, tres de ellos en semifinales. El futuro está en buenas manos.

Miyu Takahira (Japón)

Un cerrojo. La central japonesa cuajó un fantástico campeonato mundial, sobresaliendo en posicionamiento, orden y salida de balón. Convertida en la pieza más destacada de una defensa que tan solo encajó dos goles en el torneo, siendo además estos en el ya intrascendente último partido de la fase de grupos, acumuló 468 minutos al lado de su habitual pareja Reina Wakisaka. 

Laia Aleixandri (España)

Seguridad, polivalencia, liderazgo. La defensa catalana fue un seguro de vida, alternando su habitual posición de central con la de mediocentro y cuajando siempre actuaciones diferenciales. Brillante en el corte y en el robo, destacó también en la salida de balón, en la distribución y hasta anotó un importante golazo ante Nueva Zelanda. Jugó los seis partidos, convirtiéndose en la jugadora con más internacionalidades sub-17 (27).

Ri Kum Hyang (Corea Norte)

Juventud, talento, marcaje. Con 15 años cumplidos en abril y la opción de repetir en dos años, la contundente e inteligente central norcoreana fue la única defensora, junto a Aleixandri, nominada al Balón de Oro. Esto dice mucho de una zaguera de enorme potencial siempre al servicio del grupo, que disputó todos los minutos del torneo y que destacó sobremanera por el férreo y brillante marcaje a Deyna Castellanos.

Fuka Nagano (Japón)

La Balón de Oro. Por segundo campeonato mundial consecutivo, la mediocentro encargada de tejer las jugadas ofensivas de Japón se alzó con el trofeo individual más prestigioso, recogiendo el testigo de la diferencial Hina Sugita. La centrocampista, única superviviente del oro de Costa Rica 2014 y principal engranaje del fútbol de salón japonés, destacó por su visión de juego y su capacidad asociativa. Única jugadora nipona que disputó los seis partidos.

Paula Fernández (España)

Cerebro, calidad, visión. La mediocentro catalana se consolidó en Jordania como el faro ofensivo del conjunto español, merced a su gran capacidad de asociación y visión de juego. Aunando también una exquisita técnica individual, la del Barcelona firmó dos asistencias e inició la gran mayoría de jugadas peligrosas. Su importancia la convirtió en uno de los principales focos de infracciones rivales de todo el torneo.

Sung Hyang Sim (Corea Norte)

Veloz, escurridiza, diferencial. La pequeña extremo norcoreana se alzó en Jordania con el Balón de Plata del torneo. Y no fue casualidad. Desbordando constantemente, encontrando el hueco, su velocidad fue un verdadero quebradero de cabeza para todas las defensoras. De regate eléctrico y movimientos raudos fue clave en el campeonato de su selección, firmando también un gol y dos asistencias.

Ri Hae Yon (Corea Norte)

Clase, gol. La atacante norcoreana, que ya estuvo en el Mundial de hace dos años, fue la baza ofensiva más importante de las vigentes campeonas, disputando todos los minutos, firmando una asistencia y anotando cinco goles que le valieron la Bota de Plata, tres de ellos a Nigeria. De mucha calidad individual, la actual Balón de Oro asiática sub-17 aguantó el balón, repartió juego cerca del área rival y trabajó a destajo para el equipo.

Riko Ueki (Japón)

Velocidad, movimiento, definición. La delantera japonesa fue una de las más peligrosas del todo el torneo, gracias a sus inteligentes y raudos movimientos en zona ofensiva, a su técnica individual y a su interesante juego combinativo en el último tercio de campo. Muy completa, finalizó el torneo con cuatro goles y dos asistencias aunque, curiosamente, no disputó el encuentro de semifinales.

Deyna Castellanos (Venezuela)

La delantera del futuro. Lo evidenció en el Mundial de Costa Rica 2014, compartiendo Bota de Oro con su compañera Gabi Gutiérrez, y lo confirmó en Jordania 2016. De brillante técnica individual, capacidad resolutiva y un talento fuera de lo común para firmar jugadas de escándalo (como el gol a Camerún desde el centro del campo), la venezolana se alzó con la Balón de Bronce y la Bota de Bronce. El futuro del fútbol femenino lleva su nombre.

Lorena Navarro (España)

La Bota de Oro. Si ya es complicado anotar ocho goles en un torneo tan corto, todavía más lo es firmarlos en solo 273 minutos. Pues eso hizo la escurridiza delantera madrileña, merced a sus regates, sus inteligentes movimientos y su innata capacidad para aparecer en el sitio y momento adecuados. Empezó el Mundial como titular indiscutible y lo terminó desde el banquillo. Lo empezó con cinco goles a la anfitriona y lo terminó con tres a Venezuela. Mortífera, el futuro del gol.

Además de estas grandes jugadoras, desde Vavel.com también se quiere destacar a otras cuatro más que por talento podrían haber entrado en el once ideal pero que por prematura eliminación de sus respectivas selecciones no dispusieron de la oportunidad para hacerlo.

Ashley Sánchez (Estados Unidos)

Individualmente, la estadounidense firmó una de las mejores actuaciones del Mundial. La atacante, ya con experiencia en la selección sub-20, se colgó el equipo a su espalda y se convirtió, sin duda, en lo más destacable. Disputó todos los minutos posibles, tiempo suficiente para anotar tres goles y firmar una asistencia. El futuro de Estados Unidos.

Giulia Gwinn (Alemania)

Clara candidata al once ideal, de no ser por la eliminación de Alemania en cuartos de final. La extremo izquierdo, experimentada con el Freiburg en la Frauen Bundesliga, jugó todos los minutos, dando muestras constantes de su velocidad, talento y duro disparo. En total, tres goles y una asistencia en cuatro encuentros. Siempre destacando.

Georgia Stanway (Inglaterra)

Calidad, empuje y descaro. La mediapunta inglesa del Manchester City demostró de lo que es capaz en el escaparte internacional. Jugó los tres partidos de la fase de grupos, incluyendo tres goles, dos de ellos de penalti y que significaron la clasificación británica y la eliminación brasileña. Se perdió los cuartos de final por acumulación de tarjetas.

Sandra Owusu-Ansah (Ghana)

La esperanza africana. En un Mundial bastante nefasto para África, Ghana fue la única selección capaz de clasificarse para cuartos de final, eliminando en grupos a toda una Estados Unidos. Y fue precisamente esta potente, fuerte y determinante atacante la gran figura, anotando dos goles y evidenciando un poderío digno de mención.

Por último, este Mundial coronó a Corea del Norte, la selección más joven de todo el campeonato, mostrando también al gran público a otras talentosas futbolistas que por edad repetirán en la edición mundialista de 2016. Estas son algunas de las jugadoras a tener en cuenta en dos años.

Claudia Pina (España)

Pletórico Mundial. La joven delantera del juvenil-cadete del FC Barcelona cuajó un gran primer evento con la selección española. Empezó como brillante revulsiva los primeros duelos para posteriormente asentarse en el once titular. Su calidad individual, sus movimientos y su envidiable olfato goleador le auguran un gran futuro.

Eva Navarro (España)

Desborde, eficacia y gol. ¿Qué más se puede pedir? La extremo valenciana llegaba al Mundial tras coronarse en mayo como subcampeona de Europa. La infortunada lesión de María Blanco le otorgó un papel diferencial en la banda derecha. Y la atacante respondió. Rapidez, uno contra uno e inteligencia para anotar hasta tres goles. Apunten.

Lena Oberdorf (Alemania)

Una perla en ciernes. La jovencísima mediocentro germana acudió al Mundial como una de las participantes más jóvenes. Participó en 78 minutos repartidos en tres encuentros, anotando incluso dos goles. Talento, visión de juego y mucho futuro. Alemania tiene en esta futbolista a uno de sus grandes valores.

Dayana Rodríguez (Venezuela)

Mediocentro con mucho recorrido. La centrocampista venezolana se convirtió en una jugadora clave para el entramado defensivo sudamericano, merced a su posicionamiento, esfuerzo, trabajo y ayudas constantes. Con una misión menos vistosa, se destapó como una de las jugadoras jóvenes más interesantes del Mundial.

Pak Hye Gyong (Corea Norte)

La capitana más niña. La zaguera norcoreana se convirtió en la líder más joven de todo el Mundial, mérito que afirma la garra, predisposición y espíritu competitivo de una jugadora con futuro esplendoroso. La lateral izquierdo disputó todos los minutos, destacando en colocación, pase largo y ayudas constantes a sus compañeras de posición.

Ko Kyong Hui (Corea Norte)

El apoyo más joven. Pese a su poca experiencia internacional, la extremo izquierdo no fue eclipsada por las grandes estrellas ofensivas de la campeona del mundo, asociándose muy bien con ellas. Es más, su descaro y desborde la auparon como una jugadora importante en el esquema de la selección. Además, posee un centro más que interesante.