"Aunque el mayor perjudicado sea el local, es preferible jugar en un campo a reventar que en uno vacío. Es como ver un partido por la tele sin sonido", relataba Martín Vázquez al diario ABC acerca del sentimiento de jugar en un campo sin público. No son muchos los momentos en la historia del Real Madrid en los que el conjunto blanco ha tenido que disputar sus partidos sin gente en las gradas, pero sí son de grato recuerdo para la afición por las victorias cosechadas en los mismos.

El Bernabéu recibe a Maradona en silencio

Hace casi 20 años, en la temporada 1987/88, el Real Madrid de la Quinta del Buitre llegaba lanzado a la Champions. Con más de dos décadas sin saborear las mieles del éxito en Europa, la generación capitaneada por Emilio Butragueño aspiraba a volver a levantar la Orejona. Para ello, aunque finalmente no lo lograse, tuvo que dejar en el camino al Nápoles de Diego Armando Maradona. El conjunto italiano llegó a Madrid recibido en Barajas por un aluvión de aficionados en busca de una foto de 'El Pelusa', a sabiendas que no podrían verle en el campo.

Y es que aquel mes de septiembre de 1987 el Bernabéu se encontraba cerrado por una sanción de la UEFA, que afectaba a los dos primeros partidos de la edición para los blancos. La suerte quiso emparejar en la primera ronda al rival más duro posible del bombo con los blancos, el Nápoles de Maradona, que terminaría no obstante sucumbiendo por 2-0 en el feudo blanco gracias a los tantos de Míchel y Tendillo. De aquel partido no quedó tan solo el haberlo jugado sin público, sino también el marcaje histórico que Chendo le realizó a Maradona.

El ahora delegado del conjunto blanco fue su sombra, y consiguió anular por completo al argentino, dejando como curiosidad un caño sobre Diego en la banda que no tuvo consecuencias para el ataque, pero sí dejó la frase "los pajaritos se tiran a las escopetas" acuñada por Jorge Valdano y que resumía de manera irónica el hecho.

A solas en el Olímpico

No fue hasta 17 años después cuando los blancos volvieron a jugar sin público en Europa, y por primera vez fuera de casa. Los merengues degustaron la sensación de visitar a un rival sin seguidores que lo alentasen en la temporada 2004/05, cuando acudieron al Olímpico de Roma para enfrentarse al conjunto capitaneado por Totti también, como en la actualidad ante el Legia, en la Fase de Grupos.

El Madrid de los Galácticos cumplía su segunda temporada juntos, y no tuvo piedad del conjunto transalpino. Los madridistas se impusieron con claridad y contundencia por 0-3 en el marcador, gracias a los goles de Figo por partida doble y Ronaldo, que logró su tanto tras asistencia del ahora técnico blanco Zinedine Zidane.

El galo experimentó vestido de corto la sensación de jugar sin gente en un estadio rival, y lo repetirá ahora en traje y corbata aunque desde la banda. Aquel encuentro se disputó sin público por la agresión al colegiado Ander Frisk por parte de la hinchada romanista durante la disputa de un encuentro ante el Dinamo de Kiev.

Los incidentes ocurridos durante el partido de la primera jornada de la Fase de Grupos de la presente temporada en el Estadio del Ejército Polaco llevaron a la UEFA a tomar la determinación de cerrar el estadio para el siguiente encuentro. Los ultras del Legia, que ya mostraron su brutalidad en su desplazamiento a Madrid, no estarán en las gradas animando a los suyos, a pesar de que el cuadro polaco trató hasta el último momento de conseguir el permiso para llenar su estadio con sus fieles, denegado por el TAS.

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Sobre el autor
Manuel Vergara
Coordinador y redactor de la sección del Real Madrid y su cantera | Contacto: [email protected]