El Sporting de Gijón no atraviesa su mejor estado de forma. Los de Abelardo comenzarían la temporada logrando uno de los mejores arranques de la historia del club. Con el paso de las jornadas esta idílica situación se convertiría en una pesadilla. Los gijoneses deberán revertir esta situación si no quieren acabar siendo equipo de Segunda División, porque la posibilidad de descenso es real. Por ahora el diagnóstico no es bueno para un equipo que parece haber perdido la identidad.

Van once jornadas de competición. En once partidos los de Abelardo lograrían la victoria en tan sólo dos ocasiones. Por otra parte, el Sporting ha conocido la derrota hasta en seis ocasiones. Sólo hay que pararse a comparar un instante con lo acontecido la temporada pasada a estas alturas. Un equipo limitado a la hora de fichar y plagado de canteranos se defendía como gato panza arriba en su regreso a la élite del fútbol español. Los Guajes sumarían 12 puntos en once jornadas, con una victoria más y una derrota menos que esta temporada. La diferencia es de tres puntos entre pasado y presente, y aunque muy insignificante pueda parecer esta diferencia la actitud mostrada en el pasado era positiva. La temporada pasada los jugadores saldrían al terreno de juego a dejarse piel y alma, a no rendirse hasta el último minuto. Aunque los resultados no acompañasen, el aficionado se sentía orgulloso e identificado con Los Guajes de Mareo. Ahora, con un equipo plagado de caras nuevas, el equipo ya no se vacía hasta el minuto 90 como antaño. Se le podría echar la culpa a Abelardo, por sus planteamientos defensivos, pero es obvio que de un año para otro la identidad del equipo ha cambiado. Seguramente esto se deba a que, como se dice popularmente, los huevos de casa siempre son los mejores.

El próximo rival del Sporting será la Real Sociedad, que tendrá que visitar el feudo asturiano. Con el parón liguero de por medio se espera lograr revertir esta situación en el apartado psicológico, y es que la situación es delicada.