El Sporting tocó el cielo durante las primeras jornadas del campeonato liguero, pero con el paso de los partidos ha ido poco a poco cayendo hasta encontrarse en el más ardiente de los infiernos. Sin ideas, sin fútbol y sin plan de juego, los de Abelardo fueron un mero títere en manos de una Real Sociedad que por momentos parecía una escuadra inalcanzable para los rojiblancos. Dos goles de diferencia, pero un abismo mucho más amplio en lo futbolístico, que se saldaba con sendas pitadas al descanso y al final del choque para los rojiblancos. Mucho que mejorar, y sin margen de error, teniendo por delante un envite de todo menos fácil, y es que la próxima jornada el Real Sporting de Gijón se verá las caras con ni más ni menos que el Real Madrid, líder todo poderoso de la Liga Santander.
La Real, superior de principio a fin
Después de ni más ni menos que ocho partidos sin conocer la victoria, cayendo rápidamente a los puestos de descenso y con la imperiosa necesidad de empezar a sumar de tres en tres, el Real Sporting de Gijón hacía acto de presencia en El Molinón con un once inicial formado por Cuéllar, Douglas, Amorebieta, Jorge Meré, Canella, Víctor Rodríguez, Sergio Álvarez, Nacho Cases, Moi Gómez, Cop y Viguera. Abelardo Fernández iba a por todas desde el primer momento, y Eusebio Sacristán no se quedaba atrás. La Real Sociedad comparecía en el feudo rojiblanco tras sumar tres victorias consecutivas contra Deportivo Alavés, Club Deportivo Leganés y Atlético de Madrid, y su técnico saltaba al césped apostando por Rulli, Carlos Martínez, Navas, Iñigo Martínez, Yuri Berchiche, Illarramendi, Zurutuza, Carlos Vela, Abi Prieto, Oyarzábal y William José en el arranque del choque.
En una tarde donde la lluvia brillaba por su ausencia, El Molinón registraba una fabulosa entrada de 23.493 espectadores, con un fondo norte tomado en la esquina derecha por cientos de seguidores vascos que se dejaban notar. A las seis y media de la tarde el colegiado del encuentro indicaba el comienzo del mismo, y las hostilidades se desataban en el templo sportinguista. El cuadro txuri-urdin avisaría en los primeros minutos del partido, primero con un error rojiblanco que terminaba con William José rematando a puerta, en un chut que bloqueaba Jorge Meré, y a continuación Carlos Vela con un manso remate que atrapaba sin mayores problemas Iván Cuéllar.
Xabi Prieto tan solo necesita dieciocho minutos para conseguir desnivelar el encuentro
De ahí en adelante el dominio donostiarra continuaba siendo claro e incontestable por parte de un Sporting superado en todas las facetas del juego, más aún cuando en el minuto dieciocho de partido Yuri colgaba el balón al corazón del área, donde Iñigo Martínez saltaba más que nadie para cabecear el cuero abajo, obligando a Cuéllar a realizar una espectacular intervención, la cual no impedía que el cuero quedara muerto dentro del área pequeña, lugar al que acudía Xabi Prieto para batir por alto a un guardameta rojiblanco tirado sobre el suelo en lo que era el 0-1 para los vascos.
Abelardo necesitaba reaccionar, y lo hizo de la mejor forma posible, colocando a Borja Viguera durante unos minutos como extremo derecho y a Víctor Rodríguez como segundo delantero, produciendo el Sporting mucho más así, y a pesar de que la posesión era para la Real, a los veintisiete minutos el empate aparecería en el marcador. Moi Gómez dejaba el balón de cara para que sin dejarlo botar, el croata Duje Cop empalaba con el alma el balón al fondo de las redes, haciendo estallar de alegría a la parroquia rojiblanca colocando el 1-1 en el electrónico, lo que a la postre sería un mero espejismo. Borja Viguera se plantaría solo ante Rulli, pero el colegiado indicaría fuera de juego en lo que comenzaba a ser un Sporting mucho más participativo, llegando así al descanso con un marcador de 1-1, gracias al tanto visitante de Xabi Prieto y el local de Duje Cop. Cuarenta y cinco minutos cumplidos y otros tantos por disputarse en el segundo acto para dilucidar qué equipo era merecedor de hacerse con los tres puntos.
En diez minutos todo se deshace a favor de la Real
Sin cambio alguno en ninguno de los dos equipos, tanto Abelardo como Eusebio mantenían el esquema del primer acto, compareciendo en el terreno de juego para disputar los últimos cuarenta y cinco minutos del choque, los cuales tendrían un único dominador, la Real Sociedad. Tras la reanudación Borja Viguera se quedaba solo delante de Rulli, pero el guardameta argentino conseguía llegar antes al balón que el ariete rojiblanco, preludio de lo que sería el remate final de la Real, cuando Yuri Berchiche percutía por banda hasta enviar el cuero hacia la posición de David Zurutuza, que aparecía rápidamente desde segunda línea para enviar el cuero al fondo de las redes en lo que era el 1-2 a favor del cuadro txuri-urdin. Seis minutos después la Real Sociedad daría la estocada final al choque, y es que Iñigo Martínez, colocaba en la frontal del área el balón, tomaba una corta carrera para golpear el esférico con virulencia hasta la misma escuadra, donde Cuéllar volaba pero no conseguía evitar el 1-3 para los vascos.
Buscando cambiar el rumbo de un partido que se había convertido en misión imposible para el Sporting, Abelardo Fernández movía ficha por partida doble, siendo Moi Gómez y Víctor los encargados de dejar su sitio en el campo a Burgui y Castro, buscando más mordiente arriba sin arriesgar en sus permutas. El paso de los minutos favorecía a la Real Sociedad, que tendría el cuarto y quinto tanto en las botas de David Concha, peero Iván Cuéllar, primero con una gran parada en un balón que se iba envenenando, y luego un lanzamiento a bocajarro. Sin ganas, sin esfuerzo y con total tranquilidad, el Sporting dejó que el encuentro fuera poco a poco muriendo con más pena que gloria hasta que el colegiado indicaba el final del mismo con un marcador de 1-3 gracias a los goles de Xabi Prieto, David Zurutuza e Iñigo Martínez, anulando por completo el tanto obtenido por Duje Cop.