Hay duelos que no pasan precisamente a la historia por su belleza. La mayoría de duelos en Segunda B, de hecho, son así. Sin embargo, existen choques a lo largo de la temporada que se convierten en puntos de inflexión improvisados, para detener tendencias o para hacer saltar las alarmas.

El San Fernando - Jumilla de esta tarde en Bahía Sur era uno de ellos. Los azulinos buscaban volver a la senda del triunfo tras dos derrotas consecutivas y conseguir el segundo triunfo de la temporada en casa. Por su parte, los pupilos de Pichi Lucas debían certificar que su tercer puesto no era fruto de la casualidad y que podía mostrar su mejor cara también a domicilio, quizás el talón de Aquiles de los jumillanos en este arranque notable de campeonato.

Pero, visto lo visto, la provincia de Cádiz se ha convertido en inexpugnable para el cuadro murciano después de caer en Sanlúcar (1-0) y en La Isla. Hoy el San Fernando entró al partido con las ideas claras. Con la firme convicción de que una victoria le daba un respiro en la tabla y volvía a ofrecerle un mínimo de tranquilidad con respecto a la zona de descenso. Para ello tenía que morder. Desde el primer minuto. No perder la concentración en ningún momento. Y así lo hizo.

Recompensa al esfuerzo inicial

El cuadro de Antonio Méndez no acusó en ningún momento la baja de Fran Martínez y Lolo Garrido. Quería protagonismo, sobre todo, Carralero, muy incisivo por la banda izquierda. De hecho, una bonita jugada individual del isleño fue culminada con un zurdazo de Francis que bloqueó Neftalí. Era el quinto minuto de juego y las bandas azulinas ya habían avisado.

Foto: Salvi Reyes
Foto: Salvi Reyes

Aun así, el Jumilla se mantuvo ordenado y el San Fernando, con el balón, no quería sorpresas, sobre todo bloqueando los pases al espacio en busca de Titi, hombre-gol de los visitantes. En una de las acciones más claras en este sentido, Salva estuvo providencial al anticiparse al delantero y abortar la ocasión saliendo fuera del área.

Francis adelantó al San Fernando tras un robo en zona de tres cuartos

Parecía que el San Fernando había bajado la intensidad del inicio. Buscaban los de Méndez una transición rápida. Dejar al Jumilla la iniciativa en el ecuador del primer acto para lanzar un hachazo mortal. Lo intentó de esta manera Dani Martínez, pero la ejecución fue nefasta, ya que su disparo se marchó a la izquierda de Seral.

La estrategia isleña, además, tuvo un colaborador inesperado. Una mala salida de balón por la derecha por parte de Julián fue aprovechada por Espinar, que le robó la cartera. El resto fue un visto y no visto. Carralero impulsó el esférico en diagonal para sortear a dos rivales y dejar prácticamente un penalti en movimiento a Francis. El sevillano, que se encuentra en un estado de forma magnífico no perdonó y fusiló al portero.

¿Mejor con diez que con once?

El tanto, como es costumbre, espoleó al equipo que se puso por delante. El San Fernando arrinconó durante unos instantes al rival y Galindo estuvo cerca de marcar el segundo al disparar desde dentro del área culminando una gran jugada colectiva en la que Espinar jugó un papel importante al dejar pasar un servicio raso de Mario desde el lateral diestro. Todo se puso aún más de cara cuando el propio Galindo fue objeto de una durísima entrada por parte de Antonio Bello, que le costó la expulsión al jerezano.

Foto: Salvi Reyes
Foto: Salvi Reyes

Pese a todo, el partido estaba destinado a ser parejo. A decidirse en el segundo tiempo, cuando las recientes lluvias afearan el césped y por ende el espectáculo y los jugadores sufrieran las dificultades propias de esta época del año. Campo pesado y nervios para que avanzar se convirtiese ni más ni menos que en una auténtica hazaña. La ley del más fuerte, en definitiva.

Bello fue expulsado en el 39', pero el Jumilla no notó la inferioridad numérica

Por lógica, el Jumilla debía pasarlo mal en el segundo periodo, pero lo cierto es que la preparación física de los de Pichi Lucas ha demostrado ser de matrícula de honor. El técnico gallego movió el banquillo en el intermedio (Morgado por Borja) y se lanzó en busca de la igualada. A pesar de que su rival arrancó la segunda mitad con dos acciones puntuales en las que generó peligro en las bandas, lo cierto es que el Jumilla llevó la iniciativa en el segundo tiempo.

Por repliegue azulino o por empuje propio. Pese a ello, careció de pegada por completo. Por algo es el visitante que menos anota a domicilio (solo dos tantos). Perona, con un lanzamiento de falta seco y fuerte desde la frontal del área, tuvo la ocasión más clara. El resto fue un quiero y no puedo. El San Fernando se encerró bien ordenado atrás y buscó la contra, mientras que los vitivinícolas, a la hora de juego, se estiraron con la entrada de Ian Soler por el central Verdú.

Esto provocó un efecto totalmente contrario a lo esperado, ya que Mario y Francis estuvieron a punto de sentenciar con sendos disparos. Méndez fortaleció la medular con la entrada de Jorge Herrero e Ismael fue la última pieza puesta en el tablero por parte murciana en detrimento de Titi.

Impotencia y final feliz

La tensión era palpable, el gol podía llegar en cualquier momento y a favor de uno u otro. El sufrimiento era un hecho en la recta final, pero las ocasiones se esfumaban por la imprecisión reinante en un césped cada vez más pesado. El San Fernando sufría ante diez, pero eso era lo de menos. El único objetivo era sumar. Volver a ganar. Iván salió como refresco final, al igual que Edgar y ambos contribuyeron enormemente a desahogar a su equipo en los últimos instantes del envite.

La celebración final de los azulinos estuvo más que justificada. El San Fernando es décimo, pero la posición es anecdótica. Los cálculos dicen que con 46 puntos un equipo permanece en la categoría. El Club Deportivo ya ha logrado la mitad.

San Fernando y Jumilla no estuvieron finos en el último pase en la recta final

Con lucha y sufrimiento. Con lo que se necesita para sobrevivir en Segunda B. Hoy, los isleños han cursado un máster en efectividad, en olvidar las florituras para triunfar por la vía rápida. Y han tumbado a un Jumilla que, aunque ha perdido el tren de los playoffs está seguro de que seguirá dando guerra en las próximas jornadas.

Foto: Salvi Reyes
Foto: Salvi Reyes

Bahía Sur, por fin, volvió a sonreír. Semana de felicidad en La Real Isla de León. Su equipo vuelve a tener un colchón de cinco puntos sobre la promoción de descenso, misma distancia que les separa de un tan utópico como ilusionante playoffs. A las puertas, dicho sea de paso, se sitúa el Jumilla, que suma 28 puntos, uno menos que el cuarto clasificado, el Villanovense.