Al Atleti le crecen los enanos. Ha entrado en esa dinámica en la que parece salirle todo al revés. Desde la derrota cosechada en Nervión, el equipo de Simeone no encuentra su estilo de juego y parece que toda la suerte habida y por haber se le ha vuelto en contra. En Villarreal pareció tocar fondo, aunque conviene recordar que tocar fondo para este equipo es estar en sexta posición, una situación bien distinta a la de hace cinco años atrás. Aún así, tuvo un par de ocasiones para ponerse por delante en el marcador y acabó pagando sus dos errores en defensa con un marcador quizás demasiado abultado.

El equipo no solo se fue con un 3-0 bajo el brazo y un mar de dudas, sino también con dos lesionados. Tiago se retiró del campo justo tras fallar en el primer gol al sentir molestias en su rodilla. En principio, el centrocampista lo hizo por precaución, aunque no parece que vaya a llegar al último partido de Liga del año ante Las Palmas. Aunque sin duda lo más preocupante es lo de Oblak, que falló en el segundo tanto y acabó lesionado en la misma jugada. El esloveno pasará por quirófano y estará entre 3 y 4 meses de baja en lo que supone un grave contratiempo para la defensa de Simeone.

A ello hay que añadir la baja de larga duración de Augusto Fernández, que deja aún más tocado el centro del campo, y la Cerci, que todavía no tiene el alta médica y cuyo futuro es una incógnita. Pero es que además, en la sesión de entrenamiento de este martes ha tenido que pasar por la enfermería Giménez, que sufre un traumatismo en el pie izquierdo y tampoco estará ante el conjunto canario el próximo sábado. Para completar el parte de bajas, Filipe Luis sigue recuperándose de su lesión muscular y no estará hasta el mes de enero, mientras que Correa tampoco podrá jugar ante Las Palmas al ver la quinta amarilla en el duelo de El Madrigal. En total, seis lesionados y un sancionado que dejan al Atlético en cuadro para el último partido liguero del año.