No ha sido un año fácil para Arbilla a decir verdad, futbolísticamente hablando. Y es que una grave lesión que le tuvo apartado la mayor parte de la temporada 2015/2016 y el gran nivel de Ander Capa en los primeros partidos de la temporada solo le han permitido jugar ocho partidos en 2016.

La condena del tendón de Aquiles

En la temporada 2015/2016, el pamplonica cumplía su segunda temporada como periquito, pero apenas pudo disputar siete partidos, todos ellos en el primer tramo de la temporada, por una lesión en el tendón de Aquiles que le apartó de los terrenos de juego durante todo lo que restaba de temporada.

Se recuperó, y realizó la pretemporada con el Espanyol, pero en los últimos días se anunció que la escuadra armera fichaba al lateral derecho.

De menos a más

No tuvo un comienzo fácil, y es que teniendo delante a un hombre como Ander Capa tuvo que esperar a la quinta jornada para debutar con la zamara eibarresa. En algo más de dos meses, tan solo acumulaba un encuentro en nueve jornadas, pero ante el Villarreal, saliendo desde el banquillo y un resultado adverso, ayudó a su equipo a darle la vuelta al marcador en veinte minutos que le valieron para que Mendilibar contase con él en los partidos restantes.

En total, ha sumado ocho encuentros con el Eibar, disputando algo más de 600 minutos y completando un final de año impecable, después de atravesar un año convulso, en primer lugar, por la lesión en el tendón de Aquiles por la que tuvo pasar por quirófano y le dejó en el dique seco durante el primer semestre de 2016 y, por segundo lugar, su poco protagonismo en los primeros partidos con el conjunto armero, a pesar de que poco a poco va siendo más imprescindible en los esquemas de Mendilibar.

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