Comenzaba el año 2016, un año más que histórico, el mejor sin lugar a dudas. El UCAM Murcia Club de Fútbol comenzaría este año con una plantilla renovada debido a los fichajes del mercado invernal, con piezas clave como el extremo diestro Josán Fernández, el meta Biel Ribas, el '9' Álex Rubio y los centrocampistas Nono Delgado y Julio de Dios. 

Al UCAM Murcia CF parecía haberle pasado factura la cuesta de enero con una plantilla renovada, ya que los resultados no fueron los deseados. Los universitarios comenzaron el año empatando en La Línea ante la Balompédica Linense por 0-0. Siete días después, el Sevilla Atlético derrotó a los de Salmerón por 1-0. El conjunto azuldorado cogería aire en La Condomina derrotando a la UD Almería B por 2-0, mostrando una leve mejoría en el juego ofensivo, y volverían a empatar en el Estadio Romano 0-0 con el estreno de Biel Ribas en la portería.

El empate ante FC Jumilla en La Condomina, las victorias ante Real Betis "B",  Recreativo de Huelva y Real Jaén (este último como visitante) confirmaron la buena marcha de los murcianos. El resto del mes de febrero y todo el mes de marzo se siguió traduciendo en victorias y algún que otro empate, excepto la derrota en el campo del Algeciras una tarde del 13 de marzo. Los universitarios poco a poco comenzaban a ver la luz, y que el Real Murcia empezó a cosechar derrotas y algún que otro empate, por lo que el UCAM Murcia se acercaba al primer puesto.

Abril de 2016 fue un mes clave en la historia de este UCAM Murcia CF. El equipo universitario abría la jornada 32 de liga frente a La Hoya Lorca en un partido soporífero y aburrido que acabó con empate a uno. Un partido que sería la antesala del comienzo de la escalada de este equipo en la tabla clasificatoria.

Tan sólo siete días después de ese partido frente a La Hoya, llegó lo bueno. Llegó el tan esperado derbi frente a un Real Murcia que iba líder por aquellas fechas. Un partido del que toda la ciudad de Murcia estuvo pendiente, llegando a congregar 18.000 personas en la Nueva Condomina para presenciar el espectáculo. Tras 90 intensos y emocionantes minutos, el equipo de José María Salmerón consiguió alzarse vencedor con un solitario gol de Pallarés que enmudeció el estadio grana.

Reforzados y cargados de moral, al UCAM le tocó cerrar el mes de abril enfrentándose a la UD Melilla, San Roque de Lepe y Linares Deportivo. Tres equipos que luchaban por eludir el descenso y que necesitaban vencer sí o sí. A pesar de la dificultad de la contienda, el equipo azuldorado consiguió cinco de nueve puntos, consiguiendo así adelantar al Real Murcia en la clasificación tras vencer 3-0 al Linares en La Condomina.

Con el liderato en el bolsillo y un Real Murcia (segundo clasificado), el UCAM Murcia no bajó el ritmo en el mes de mayo. El 7 de mayo tocaba visitar al Cádiz en Carranza, consiguiendo una holgada victoria frente al conjunto cadista por 2-0, y con el golazo de Manolo de vaselina grabado en las retinas de los aficionados.

Una semana más tarde, y con el primer puesto asegurado, tocaba despedir la temporada de liga regular frente a la Balompédica Linense en casa. Un partido en el que los suplentes tomaron el relevo consiguiendo una contundente victoria por 3-1 con goles de Isi Ros, Iván Aguilar y Álex Rubio.

Pero todavía quedaba lo más complicado. El 16 de este mes, el UCAM Murcia conoció quién sería su rival en la lucha por el ascenso a Segunda División. Fue nada más y nada menos que el Castilla de Luis Miguel Ramis que venía con la vitola de ser uno de los principales “cocos” del sorteo. La ida se disputó en La Condomina en la que se tuvo que poner el cartel de "todo vendido" para el decisivo choque por el ascenso. Intensidad y emoción hasta el último minuto. Febas fue el encargado de abrir el marcador a los 10 minutos de juego, tanto al que respondió Iván Aguilar tan sólo 3 minutos después con el empate. Sería ya tras el descanso, cuando de nuevo, el cañón de Iván Aguilar salía a relucir para poner el 2-1 y sentenciar el choque en La Condomina.

Pero, este partido no fue nada comprado con el de la vuelta en el Alfredo Di Stéfano. Sudor, lucha, cuatro goles y 300 aficionados universitarios esperando ver ascender a su equipo en primera persona. Fue un encuentro de esos que hacen afición, y sobre todo, un partido que estará escrito a fuego lento en la historia de este equipo, consiguiendo ahí el ascenso a Segunda División.

Tras la euforia de un ascenso, y el dulce sabor del trabajo bien hecho, Pedro Reverte se puso manos a la obra para elaborar un equipo competitivo para esta nueva andadura en LaLiga 123. Un proyecto ambicioso que estaría sustentado en fichajes de calidad y de experiencia en la categoría que se suponía que iban a aportar el toque de calidad que necesitaba el equipo para competir. Antes del partido de vuelta frente al Castilla, se renovó a José María Salmerón como técnico universitario por lo que él iba a ser el encargado de dirigir la nave azul y dorada en Segunda División. 

Se dieron hasta un total de 14 bajas dónde iban incluidos jugadores clave la pasada campaña en Segunda División B como lo eran Iván Aguilar o el centrocampista Checa. Pero, el número de altas también fue muy cuantioso efectuando hasta un total de 16 fichajes. Reverte optó por nuevos jugadores conocedores de la categoría, en vez de dar continuidad al bloque que había conseguido ascender al equipo a fútbol profesional. 

La pretemporada tampoco fue lo que se esperaba. Un equipo irregular con bastantes carencias en defensa y que no aportaba seguridad alguna. Aunque el verdadero problema estaba en la delantera, con unos números pauperrimos que acrecentaban los rumores de la falta de un delantero. Para ello se firmó a última hora a Juanma Delgado, un delantero que hasta la fecha no está dando la talla. De esta manera, se llega al inicio de liga siendo el joven Isi Ros el mejor y dejando muy buenas sensaciones. A pesar de esto, acabó con ficha en el filial de Tercera División. 

El inicio liguero tampoco fue lo esperado acumulando una contundente derrota por 3-1 en la primera jornada frente al Real Zaragoza en La Romareda. Tan sólo siete días después, un empate en el descuento frente al Córdoba en La Condomina, aguaba el estreno de los universitarios en el estadio capitalino.

La subida y bajada de la montaña rusa

El UCAM Murcia CF empezó la LaLiga 123 pagando la novatada y tras perder en Zaragoza por 3-1  y empatar en casa ante el Córdoba, empezaba septiembre con un nuevo punto ante un rival conocido del año anterior como era el Sevilla Atlético. A lo largo de septiembre el conjunto universitario fue haciéndose a la categoría. Muestra de ello son los resultados cosechados durante este mes, en el que no solo no perdió, sino que tras empatar ante el Elche, fue capaz de ganar en el José Zorrilla 0-1 y una semana después, de forma contundente, por 4-0 al Almería. El equipo, dirigido entonces por José María Salmerón, mostraba síntomas de mejoría respecto al inicio del campeonato doméstico.

Sin embargo, ocurría en muchas ocasiones que malos inicios o malos finales dejaban un sabor agridulce y empañaban una actuación general que merecía un mejor resultado final. A pesar de ello, el UCAM Murcia CF se situaba en puestos alejados del descenso, que es objetivo principal del club y que por esta época estaba cumplido con creces, ya que los pupilos de Salmerón acabaron septiembre en la séptima posición. Un empate el campo del Mallorca ponía punto y final a un mes que ilusionaba, y de qué manera, de forma conjunta a la directiva, cuerpo técnico, plantilla y afición azulona. Además, el equipo se hizo fuerte atrás encajando tan solo un gol en los cuatro partidos disputados en el segundo mes de competición.

Sin embargo, todo lo bien que estaba compitiendo y lo sólido que se estaba mostrando el conjunto universitario, como por arte de magia, desapareció de un mes para otro. Si septiembre fue un mes que incitaba a la ilusión, octubre fue todo lo contrario, el inicio del fin de la era Salmerón en La Condomina. El conjunto universitario comenzó empatando a dos en casa ante el Mirandés en un partido en el que le penalizaron los errores propios más que los aciertos del contrario. En el primer partido del mes, el UCAM Murcia CF ya había encajado más goles que en todos los jugados en el mes anterior. En las dos semanas siguientes no iba a mejorar la suerte de los azulones, que vieron como primero les pasaba por encima el Getafe por 2-0, para después caer por el mismo resultado en casa ante el recién ascendido Reus. El encuentro coincidió con el inicio de Pepe Bordalás al mando del banquillo getafense, que dio un giro a la dinámica que llevaba el equipo hasta su llegada. Una semana más tarde, dos fallos defensivos en apenas quince minutos le hicieron perder el partido a los murcianos ante el conjunto catalán; fallos defensivos que, por otra, se sucederían durante varias jornadas consecutivas y terminarían sentenciando a Salmerón poco antes del parón navideño.

Ante el Cádiz una jornada más tarde, en el Carranza, la historia se repetía y el UCAM Murcia CF se ponía 2-0 en los primeros catorce minutos. Sin embargo, los universitarios reaccionaron a tiempo para salvar un punto in extremis en campo contrario ya que lograron el gol del empate en el descuento. El último encuentro del mes de octubre se saldó con otra derrota, esta vez ante el Oviedo y en La Condomina. Si bien es cierto que los universitarios fueron incapaces de marcar un gol en noventa minutos, también fue probablemente el partido con menos fortuna para los mismos, ya que antes del gol visitante Góngora falló un penalti y en la segunda parte, ya con el 0-1, tuvieron varias ocasiones claras para haber, como mínimo, empatado el encuentro. 

Fin de año para el olvido

Tras un mes de octubre en el cual comenzaron a tambalearse los cimientos en el UCAM Murcia CF, el técnico José María Salmerón empezó a estar en el punto de mira tras cada partido. A pesar de encarar los dos últimos meses del año con una importante victoria por la mínima ante el Rayo Vallecano, el conjunto universitario no consiguió enderezar el rumbo y sufrió un fin de año para olvidar.

Tras la última victoria en Vallecas aquel 5 de noviembre de 2016, el club murciano estuvo casi un mes sin sumar tres puntos de nuevo: la afición tuvo que esperar hasta el 26 de noviembre para ver una nueva victoria de su equipo -esta vez ante el Numancia por un ajustado 3-2-. Antes de dicho encuentro, los pupilos de José María Salmerón cayeron ante Girona y Tenerife para -posteriormente a la victoria- volver a encadenar tres derrotas consecutivas. Tres derrotas que, de haber mostrado una buena cara, no hubiesen creado tanto revuelo en la afición. Pero no fue así. El juego del equipo decayó hasta sus mínimos de la temporada, dando imagen de un conjunto con las ideas agotadas y sin conocer un rumbo fijo que les llevase a ver la luz en mitad de la tormenta.

Jugadores y técnico intentaron devolver la calma a los aficionados con cada una de sus declaraciones, confiados de poder revertir la situación, pero no fue suficiente. Fue entonces cuando, tras una abultada derrota por 5-2 ante el Huesca, se confirmó lo que estuvo siendo un secreto a voces durante varias jornadas atrás: José María Salmerón dejó de ser entrenador del UCAM Murcia CF. Un técnico que entró en la historia del club por conseguir el ascenso a Segunda División, pero finalmente no terminó por encontrar una solución ante la racha negativa de resultados en dicha categoría. La confianza del club él fue máxima siempre hasta que se llegó a un punto de no retorno.

Y tan solo dos días más tarde, y tras aparecer varios nombres como candidatos a ocupar el banquillo universitario, el UCAM Murcia anunció su nuevo técnico hasta final de temporada: Francisco Rodríguez. Un técnico con experiencia en la máxima categoría del fútbol español, donde ha entrenado un total de 57 encuentros como técnico del Almería por aquel entonces. Su primer reto; intentar darle la vuelta a la eliminatoria de Copa del Rey ante el Celta tras caer en la ida por 0-1. No pudo ser, pero la imagen del equipo en Balaídos fue totalmente distinta. Se vio a un equipo luchador, con buenas transiciones y que en ocasiones llegó a dominar el encuentro poniendo en alerta al conjunto gallego. Fue una pequeña muestra de lo que Francisco quería en su nuevo equipo, y que nada disgustó a los aficionados. Iba a tener una ocasión para despedir el año con buen sabor de boca, pero las fuertes lluvias en la Región de Murcia obligaron a suspender en encuentro ante el Levante.

Fin de año turbulento para el conjunto murciano. Aire fresco en el banquillo y que todo parece indicar continuará con la marcha de varios futbolistas y la llegada de nuevos refuerzos. Sin ir más lejos, ya se han confirmado algunas salidas. como la de Guichón y Sergio Mora, y la llegada de Manolín -procedente del Alcorcón aunque con carta de libertad- para reforzar al equipo en la segunda vuelta del campeonato. Se espera una pequeña revolución en el próximo mercado invernal para darle la vuelta a la situación y devolver la ilusión y las alegrías a una afición que nunca ha dejado de creer en conseguir la salvación en la segunda máxima categoría del fútbol español.