Volvía a pisar el Real Oviedo el Ramón Sánchez Pizjuán por primera vez desde el año 2000. El partido se esperaba con mucha ilusión por parte de la parroquia ovetense por ser el primero del año 2017, y por disputarse en un escenario de Primera División como es el feudo sevillista. Sin embargo, el Real Oviedo volvió a hacer un ridículo espantoso sobre el césped, en una tónica más que preocupante que se viene repitiendo en las últimas salidas y que deja muy tocado al conjunto carbayón.

El Real Oviedo presentó un sorprendente once, en el que Toché se quedaba en el banquillo, dejando su lugar en la punta de ataque a Linares. Acompañando al atacante maño estuvieron un inédito Jorge Ortiz y un Nando que está a años luz del que arrancó la temporada. El flamante fichaje, Saúl Berjón, esperaba a su debut en el banco de suplentes.

El encuentro comenzaba con el guión esperado, con un filial sevillista teniendo el control del balón y con el Real Oviedo esperando con los once jugadores en campo propio. A pesar de la acumulación de jugadores azules, el Sevilla Atlético no tenía problemas para encontrar espacios, debido a la total ausencia de actitud y de gen competitivo de los carbayones.

A los diez minutos, se producía la primera jugada importante del encuentro. El colegiado, que tampoco cuajó su mejor actuación en el día de ayer, se inventa un penalti absurdo e inexistente de Fernández sobre el lateral sevillista Matos, que Ivi, que volvía al equipo tras su sanción de cuatro partidos, se encargaba de transformar con un disparo fuerte y raso. Una vez más, como casi siempre cuando los asturianos juegan fuera de su feudo, el Real Oviedo se veía por detrás en el marcador en los primeros minutos.

Foto: LFP
Foto: LFP

A partir de este momento, en el Sánchez Pizjuán se iba a repetir la película que ya se rodó en Huesca y en Alcorcón. El Real Oviedo, que lleva ya más de un año sin ser capaz de remontar un marcador adverso, veía como su rival le bailaba. El Sevilla Atlético tocaba y tocaba y los azules corrían detrás del balón, sin ningún tipo de tensión. Cuando el Real Oviedo recuperaba el balón, no era capaz de dar dos pases y mucho menos conseguir crear peligro en la meta defendida por Caro.

Y tras veinte minutos en los que los carbayones seguían arrastrando el escudo, llegaba el segundo tanto local a la media hora de juego. Un centro de David Carmona, en una de sus muchas incorporaciones desde la derecha, lo tocaba Héctor Verdés y el balón se colaba en la meta de un Juan Carlos que no tuvo precisamente el mejor partido de su carrera deportiva. Las últimas actuaciones del meta están poniendo en entredicho su titularidad. Esteban, leyenda oviedista, aguarda en el banquillo.

Pero la cosa no iba a quedar ahí en la primera mitad, ya que aún la afición azul tenía que ver como un nuevo centro, esta vez desde la banda izquierda, por la que el filial entró como Pedro por su casa todo el partido, era rematado por el canterano racinguista Fede, que  empujaba el balón entrando completamente solo en el segundo palo. Así se llegaba al descanso en una de las actuaciones más lamentables que se recuerdan del Real Oviedo en los últimos años.

En el descanso, Fernando Hierro intentó, como ya hiciera en Alcorcón, arreglar del desaguisado introduciendo a dos nuevos hombres de ataque, en este caso Toché y Saúl Berjón. Sin embargo, como ya se vio ante el conjunto alfarero, el problema del equipo es mucho más profundo y ni mucho menos se iba a arreglar con dos cambios.

En la segunda parte, el conjunto azul mejoró porque empeorar ya era imposible. Sin embargo, el peligro que creó fue por la acumulación de hombres arriba y no por una mejora en el juego, ante un filial que salió mucho más relajado en el segundo acto.

Hasta el minuto 75 no iba a conseguir recortar diferencias el Real Oviedo, con un penalti sobre Christian que transformaba Toché. Sin embargo, el filial sevillista iba a conseguir dos goles en cinco minutos, dejando en evidencia a la calamitosa zaga ovetense, que se volvía a llevar cinco goles una vez más. Ya en los últimos minutos, Toché y Linares maquillaban el marcador para dejar el definitivo 5-3.

Tras esta bochornosa actuación, el Real Oviedo acumula tres derrotas en los últimos cuatro partidos. El equipo sigue a dos puntos de los puestos de Playoff, pero la imagen de ayer y de los anteriores partidos es de un equipo que va a luchar por otra cosa. Hay tiempo y margen para reaccionar, pero esta vez hay que acertar y dejar los experimentos para otro club que no se juegue tanto. Los dos próximos partidos de los azules serán en el Tartiere ante Elche y Valladolid. Urge una reacción, si no se quiere convertir esta temporada en una pesadilla.

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