El jueves se definirán los últimos clasificados a los cuartos de final, en la Copa del Rey de la presente campaña: Celta de Vigo-Valencia, Sevilla-Real Madrid y Eibar-Osasuna. En este último partido, el equipo armero se encuentra a un paso de certificar el boleto a la siguiente instancia lo que supone una clasificación histórica, ya que los dirigidos por José Luis Mendilibar jamás superaron los octavos de final. Anteriormente, cayeron en esta instancia durante las temporadas 2003-2004 y 2012-2013. Primero, perdieron ante el Real Madrid (global 3-1) cuando militaban en Segunda. Al conjunto armero les dirigía Amorrotu y a los de la capital Queiroz. Por su parte, la segunda eliminación de los octavos de final sucedió ante el Málaga (global 5-1). En esta oportunidad, Gaizka Garitano se encontraba al frente del Eibar y Manuel Pellegrini era el míster blanquiazul. Ese año, el Eibar logró el ascenso a Segunda junto al Alavés (ambos actualmente en Primera División). El representativo eibarrés, contaba en sus filas con: Eneko Bóveda (Athletic Club), Yuri (Real Sociedad), Raúl Navas (Real Sociedad), Dani García (en el presente es jugador del Eibar), David Mainz (Hércules) y Ander Capa (Eibar).

El rival de turno del Eibar, será Osasuna. En lo que va de temporada, se enfrentaron en dos oportunidades y correspondió un triunfo para cada bando. Fue victoria para los navarros en la jornada ocho de Liga por dos goles a tres, en condición de visitante y goleada por cero a tres de los armeros en Copa. En este momento, los rojillos se encuentran en un período de transición debido a su presente. Como consecuencia de los resultados adversos, Martín Monreal y Joaquín Caparrós fueron destituidos en el curso. Recientemente, Petar Vasiljevic se hizo cargo del banquillo. El cambio de entrenador surtió efecto, ya que Osasuna igualó in extremis ante el Valencia en un duelo clave por la zona de descenso. Cabe recordar que, el nacido en Belgrado militó tres temporadas como futbolista del conjunto navarro (1994-1995, 1995-1996 y 1999-2000). En esta última fue cuando los de Miguel Ángel Lotina consiguieron el ascenso a Primera.  

La readaptación de Osasuna a la máxima categoría del fútbol español, en estos primeros meses de competencia ha sido costosa. Los rojos, demostraron que les está siendo difícil hilvanar una regularidad. Las estadísticas reflejan un presente negro: 20 partidos jugados, 13 derrotas, cinco empates y dos victorias. Además, vulnerables en defensa (recibieron 41 goles y anotaron 18) y mantuvieron solamente su portería a cero en dos oportunidades (Celta de Vigo y Granada). Asimismo, la eficacia es relativamente baja en relación a los puntos que consiguió (18.3% de las unidades alcanzadas). Por otro lado, la inestabilidad en el rendimiento produjo que se utilizaran 30 jugadores. Estas producciones, presentan una discontinuidad: en casa los rojillos disputaron once partidos, consiguiendo tan solo una victoria (Granada en Copa) y luego diez derrotadas, acompañadas de 21 goles encajados y nueve a su favor. A domicilio, las cifras se acoplan a la sintonía: nueve juegos, una victoria (Eibar en Liga), dos empates y seis derrotas, además de veinte goles recibidos y nueve a favor. Lo cierto es que, si Osasuna desea coexistir en la Primera División, deberá cambiar repentinamente su versión para acercarse más a sus rivales del descenso porque de esta manera, encontrará más fácil caer en el vacío.