En estos tiempos en que el fútbol globalizado ha disparado la brecha entre un grupo selecto de clubes europeos y el resto, nos hemos acostumbrado a que, semana tras semana, se vayan batiendo récords imposibles. En 2012 el Real Madrid entrenado por Mourinho alcanzó la histórica cifra de 100 puntos en un campeonato de liga y él Barça tardó sólo un año en igualar esa cantidad. Los 38 goles que logró Telmo Zarra en la temporada 50-51 se mantuvieron durante décadas como el récord histórico de la Liga y sólo Hugo Sánchez fue capaz de igualarlo. Sesenta años más tarde Cristiano Ronaldo superó esa cifra y llegó a los 41 goles, logrando un récord que parecía llamado a perdurar durante décadas. Pero la temporada siguiente Messi elevó la cifra hasta los 50 goles y una más tarde hizo otros 45.

En las últimas temporadas los desorbitados presupuestos que manejan Real Madrid y Barcelona les han facilitado ir rompiendo todos los récords históricos de la liga y estableciendo marcas que hubieran resultado imposibles hace no muchos años; pero hay un récord que aún se mantiene vigente y que, aunque en los últimos años han amenazado con romperlo, sigue resultando inalcanzable. Es un récord que no se logró con una plantilla formada a base de fichajes millonarios, más bien lo lograron un grupo de jugadores salidos de la cantera del mismo club. Fueron los Arconada, Kortabarria, Zamora, López Ufarte y demás, entrenados por Alberto Ormaechea, los que se mantuvieron durante 38 partidos de liga consecutivos imbatidos.

En la 28ª jornada de la temporada 78-79 la Real Sociedad perdió en el Sardinero frente al Racing de Santander. Fue un 22 de Abril. Aquella temporada terminó con el Real Madrid como campeón. Unos meses más tarde el País Vasco aprobaba en referéndum el Estatuto de Autonomía, luego se convocaron las primeras elecciones al Parlamento Vasco y finalmente se formó el primer gobierno autonómico. Y la Real no había vuelto a perder. De hecho no lo haría hasta el 11 de Mayo de 1980, cuando un gol de Bertoni en el Sánchez Pizjuán dejó el récord en 38 partidos sin conocer la derrota.

Desgraciadamente aquel fatídico gol de Bertoni también significó el adiós al primer título de Liga para la Real Sociedad y la tristeza empañó el valor del récord obtenido. Con el paso de los años y la vigencia de aquella cifra, se ha ido reconociendo en su justa medida la enorme dificultad de lo alcanzado por la Real de Alberto Ormaechea. En todo este tiempo equipos que han dejado huella en la historia de la Liga se han acercado a aquella cifra, pero nadie ha logrado superarla. El Madrid de la Quinta del Buitre fue el primero en amenazarla y llegó hasta los 31 partidos. El Barça de Cruyff también lo intentó, pero ni siquiera alcanzó a esa cifra. Cuando Guardiola revolucionó el fútbol al frente del Barcelona, el récord de la Real volvía a estar amenazado, pero fue el propio equipo txuri-urdin quien frenó la racha culé. La misma semana en que se cumplían 30 años del primer título de Liga de la Real, los goles de Ifrán y Xabi Prieto permitieron que el récord de los Arconada, Alonso o Satrústegui siguiera vigente. Poco después, con Luis Enrique en el banquillo y Messi, Neymar y Luis Suárez como figuras estelares, el Barça se volvió a acercar, pero la cifra se paró en 23 partidos.

El último aspirante parecía ser el Real Madrid entrenado por Zidane, que no perdía en Liga desde que un gol de Griezmann los superara el pasado 27 de febrero. Habían pasado once meses desde aquel día y los merengues volvían a acechar el récord realista. Hasta que este fin de semana el Sevilla se ha impuesto al Real Madrid. Igual que le ocurriera a la Real de Ormaechea, ha sido en el estadio Sánchez Pizjuán donde se ha parado la cifra de los de Zidane y ha sido Jovetic quien se ha convertido en el nuevo Bertoni. Con esta derrota el Madrid llega hasta los 29 partidos de liga invicto y vuelve a poner el contador a cero. El bipartidismo extremo que vive la liga española seguirá acechando, pero, de momento, los 38 partidos que estuvo invicta aquella Real histórica parecen inalcanzables. El récord descansa tranquilo.