Quien se lo iba a decir a Marc Navarro hace unos meses, cuando le llegó la noticia de que debía ser operado tras sufrir aquella lesión que cualquier futbolista teme, rotura de ligamento cruzado. Le llegaba en el peor momento ya que el nivel de rendimiento que estaba ofreciendo con el filial periquito era muy alto, sin embargo, debía apartarse de los terreros de juego durante más de ocho meses.

Marc Navarro ha sido el ejemplo perfecto de superación  y del trabajo que se necesita realizar diariamente para recuperarse de una Iesión de esas características. Comenzó a trabajar con el filial y volvió con mas ganas si cabe. Acabó el año 2016 siendo una pieza clave en los esquemas de David Gallego, míster del Espanyol B, y siendo indiscutible en el once inicial. Empezó a llamar la atención de Quique Sánchez Flores igual que anteriormente lo habían hecho Marc Roca. Aarón o Óscar Melendo. Llevaba un mes entrenando con el primer equipo y en las últimas listas de convocados ya había entrado a formar parte. Aun así, el día de su debut parecía resistirse.

Llegó el sábado 21 de enero, el Espanyol se enfrentaba al Granada en el RCDE Stadium. Se hace oficial el 11 inicial donde el lateral derecho era Víctor Sánchez , sin embargo, las molestias físicas que arrastra el de Rubí desde hace partidos atrás le imposibilitan estar. En su lugar, será Marc Navarro, quien finalmente se convertirá en el cuarto jugador del filial en debutar con Quique Sanchez Flores en el banquillo. 

Cualquier niño ha soñado en debutar en Primera División ante su afición, y si ya es como titular mejor que mejor. No obstante, Marc Navarro llevó el sueño un pasó más allá, a la perfección, marcando un auténtico golazo y haciendo gala de una de sus mayores virtudes, su potente disparo. Debut de ensueño para el jugador de 21 años quien puede seguir apareciendo en el lateral derecho en más ocasiones, mientras Víctor Sánchez se recupera de la sobrecarga muscular en su cuadríceps.

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