La Sociedad Deportiva Eibar sigue sorprendiendo por sus actuaciones. La escuadra que conduce técnicamente José Luis Mendilibar, dio un cimbronazo inolvidable y venció a domicilio al Valencia Club de Fútbol. No sólo consiguió la victoria que le permite alcanzar las 32 unidades, sino que lo hizo por un tanteador abultado de cero goles a cuatro. Desde el primer minuto, propugnó un fútbol ofensivo, consciente en la elaboración y efectivo en el arco rival. Fue por ello que, Sergi Enrich (28’, 77’), Adrián (47’) de penalti y Dani García (57’) rubricaron el triunfo armero. Además, contó con los regresos de Fran Rico e Iván Ramis ingresando ambos desde el banquillo. Los blanquinegres terminaron el encuentro con diez hombres, ya que Carlos Soler fue expulsado en el 45 de partido.

Las enfermerías, una frecuente

Actuando de condicionantes, las lesiones determinaron  la conformación de los equipos. Por un lado el Valencia no contaba de antemano con tres habituales por sanción: Dani Parejo, Nani y Munir El Haddadi. Encima, Enzo Pérez y Rodrigo no se encontraban en aptitud física para recibir a Eibar. El albiceleste padece una sobrecarga muscular en el sóleo y el hispano-brasileño se fracturó recientemente el tobillo. Las buenas noticias corrían en la previa por los retornos de Álvaro Medrán baja del último compromiso liguero, añadiéndose también al rodaje de Simone Zaza como a la primera convocatoria del flamante refuerzo: Fabián Orellana. Por otro lado Eibar no se halla exento a la enfermería. Prosiguen en la recuperación David Juncà (esguince de tobillo), Asier Riesgo (esguince de rodilla) y Kike García (fractura de peroné). Antonio Luna y Nano se sumaron en las últimas horas a la lista de bajas. Ambos sufren dolencias musculares aunque las noticias positivas se desprenden de Fran Rico (sobrecarga en el aductor), Iván Ramis (fractura en el maléolo tibial) y Gonzalo Escalante (cumplió su jornada de suspensión) quienes volvieron a ser convocados.

En la conformación de las alineaciones, ambos entrenadores apostaron a modificaciones repentinas. Tanto Voro como José Luis Mendilibar defendieron los últimos esquemas precedentes. El Valencia se configuró 4-3-3, un sistema frecuente desde el arribo de Salvador González. En él Diego Alves se colocó bajo palos. La última línea los blanquinegres utilizaron dos laterales de proyección: Martín Montoya en el ala derecha y José Gayá desde la izquierda, completando la retaguardia Ezequiel Garay (centro-derecha) y Eliaquim Mangala (centro-izquierda). Ubicados en el centro del campo, Mario Suárez hizo las veces de pivote. Al ex del Atlético de Madrid le acompañaron Álvaro Medrán (interior derecho) y Carlos Soler (interior zurdo). Finalmente los atacantes: Joao Cancelo (extremo derecho), Simone Zaza (centro) y Santi Mina (extremo izquierdo).

Así arrancaron el encuentro. Fuente: Lapizarradelmister.es
Así arrancaron el encuentro. Fuente: Lapizarradelmister.es

Los guipuzcoanos estructuraron al equipo con un 4-2-3-1, que tenía a Yoel Rodríguez en portería. En los carriles de la defensa, dos futbolistas de características antagónicas: Ander Capa un motorista devenido a lateral derecho y Anaitz Arbilla de corte más conservador. La zaga la configuraron Alejandro Gálvez (centro-derecha) y Florian Lejeune (centro izquierda). En la zona de las máquinas estuvo el doble pivote de las últimas jornadas: Gonzalo Escalante (centro-derecha) y Dani García (centro-izquierda). Desde la línea de las mediapuntas los dos habituales: Pedro León (extremo derecho) y Adrián en el mediocentro ofensivo. A la izquierda del exrayista, Rubén Peña en el costado zurdo. Estos tres funcionando como nexo del punta, Sergi Enrich.

Presión, cierre en bandas y laterales ofensivos

Mendilibar es un entrenador que en cada jornada sorprende. En el partido ante el Valencia, e lo oriundo de Zaldívar trabajó sobre un factor importante para ganar la batalla táctica a Voro. Entre sus medida más acertadas, la clave sobresalió en la presión e intensidad que imprimió el Eibar en los 90 minutos. A través de un esquema sin posiciones específicas, la intensidad armera permitió el adelantamiento del equipo: Sergi Enrich y Adrián estaban colocados en la frontal del área, Pedro León y Rubén Peña lo hacían desde los costados. Por detrás de ellos, el eje se encuadraba como encastre del hostigamiento azulgrana.

Asimismo, Arbilla y Capa se olvidaban que eran laterales por un momento para reducir los espacios. La zaga, permanecía a la altura del círculo central. Entonces, los diez jugadores de campo del conjunto guipuzcoano se compaginaban en menos de 50 metros. Este cometido, trajo consigo otros tales como la salida sucia del Valencia. En ningún momento, Mario Suárez avanzó progresivamente en el campo en el pase limpio. Los laterales Martín Montoya y José Luis Gayá tenían una marca permanente. Esto obligaba al balón largo y por ende, la recuperación instantánea. Ante una pérdida en esa zona, los de Mendilibar creaban oportunidades y dominaban la posesión, actuando en bloques tanto en el momento de la presión como en la basculación. Esta clave, la dominó el representativo eibarrés y fue la fotografía de todo el encuentro, tanto con once versus once y tras la expulsión de Carlos Soler se recrudeció.

La presión armera, un calvario blanquinegre. Fuente: Lapizarradelmister.es
La presión armera, un calvario blanquinegre. Fuente: Lapizarradelmister.es

La pizarra de Mendilibar presentó otro punto fuerte: el cierre de bandas. Indudablemente, las características de Rubén Peña y Takashi Inui divergen. Con afán de tener un jugador más completo en el recorrido de banda, fue uno de los motivos que llevaron al de Ávila a posicionarse en el once. Asimismo, ubicándolo de lateral perdería fuerza al llegar al tercio superior, es por ello que Anaitz Arbilla ganó enteros ante la lesión de Luna. Entonces con dos mediapuntas que también conocen e interpretan el retroceso sin el balón, Pedro León y Rubén Peña fueron la rueda de auxilio para impedir la asociación blanquinegre.

Voro lo planteó difícil con dos tándems: Gayá-Santi Mina en la izquierda y Montoya-Cancelo en la derecha. Pero Capa-Pedro León y Arbilla-Peña se abroquelaron efectivamente, funcionando de barrera ante las incursiones de Gayá y Montoya. Incluso, Mendilibar apostó al cambio banda de las mediapuntas. Tanto Pedro León como Rubén Peña se colocaron en la izquierda y derecha respectivamente, ya que Rubén es más aplicado en la marca que Pedro León y ante el crecimiento de Gayá en ataque optó por esta variante como así también Montoya se mostró vulnerable ya que le hacían el dos uno por el retroceso tardío de Cancelo.

Los dueños de las bandas

Los dos laterales del Eibar Capa y Arbilla, estuvieron impecables en las dos áreas. Primero, fueron uno de los puntales en la solidez de la última línea solidificándose junto al mediapunta en el aspecto de evitar los desbordes por banda. Al ser los guipuzcoanos un equipo compacto, corto y sin espacios, estas circunstancias le facilitaron la labor. Siempre en estado de alerta, sin ceder resquicios con respecto a sus rivales a quienes hostigaban. Durante los 90 minutos, permanecieron más en zona ofensiva que defensiva. Uno de los que sorprendió positivamente fue Arbilla.

El devenido a lateral zurdo, incursionó efectivamente en ataque, se mostró solvente en defensa y funcionó en esta posición con criterio. Prudente para pasar, intenso para someter a Cancelo y de partido certero. En misma sintonía, Capa. Ambos guardaron un espacio ínfimo con los centrales, estos pudieron mantenerse adelantados para conservar una estructura sin fisuras. Lo había adelantado Yoel en la previa del partido, el equipo propagó la idea pese a cambiar los nombres. Salió Gálvez e ingresó Ramis, pero la esencia continuó. Centrales abiertos y adelantados para la salida en limpio, los laterales en la medular para permitir la presión y el hostigamiento permanente, una premisa que se extendió en el cotejo.

Adrián, el generador de faltas. Fuente: Lapizarradelmister.es
Adrián, el generador de faltas. Fuente: Lapizarradelmister.es

Adrián González, no sólo se limitó a su función de mediocentro ofensivo. En más de una oportunidad, fue la bocanada de aire para el Eibar. El balón bajo su suela le tuvo como propietario. Tirándose hacia la izquierda, generó varias faltas en el ala izquierda y les permitió a los azulgranas llegar mediante balones aéreos.

Este movimiento de Adrián, automáticamente generaba un movimiento posicional porque Rubén Peña se cerraba a la izquierda de Enrich en un 4-2-4. También ejerció la posición de doble ‘9’ en la zona ariete y mientras se mantuvo en cancha el equipo tuvo fútbol asegurado, siendo el socio más tangible de Enrich.

Arbilla, soldó la izquierda. Foto: Photo Silver-VAVEL-
Arbilla, soldó la izquierda. Foto: Photo Silver-VAVEL-

La plantilla del Eibar se caracteriza por la amplitud y diferencia entre cada uno de sus jugadores. Dani García es uno de ellos, un especialista en la zona de máquinas. Importante para dar la salida limpia, el capitán permitió ese primer pase seguro cuando se inmiscuía para abrir hacia las bandas o profundizar centralizado. Atento en el corte desde el tercio superior, fue un pulpo.

Su capacidad para robar y distribuir, también le permitió a su compañero de eje (Gonzalo Escalante) a soltarse y tender más hacia la elaboración. Así sucedió en la apertura del marcador. Escalante se hallaba en la derecha del tercio superior. El de Zumárraga, estuvo en todos los relevos, era la voz de mando en la presión para ordenar a los armeros e ir a someter la salida en bloque. Bien ubicado en todo momento, le agregó a la vista a Mestalla una guinda: el gol que quebró anímicamente a Valencia. Verdaderamente, un emblema que aporta en las dos áreas y fue fundamental, en presión, intensidad, fluidez.

Sentido táctico

Durante la primera parte, tanto Valencia como Eibar desplegaron varios sistemas. En el dueño de casa observamos dos perspectivas: el 4-4-2 y 3-5-2. En uno, Santi Mina olvidaba su posición de extremo zurdo para juntarse al lado de Zaza en la función de doble ‘9’. Por su parte el dibujo más osado, encontraba a Álvaro Medrán como segundo punta en compañía de Zaza.

Por detrás, los mediapuntas se ubicaban en la medular en el interior y el Montoya posicionado de volante. Simone Zaza en ofensiva no desempeñó un puesto fijo de ariete clásico, sino que en determinadas circunstancias se tiraba a la banda para tocar y picar al espacio en sociedad con el extremo. La salida en limpio de Mario Suárez, a la que Eibar doblegaba con intensidad y presión, conformaba un 3-2-4-1 con el ex del Atlético en el medio de la zaga, los laterales por detrás de una línea de mediapuntas de cuatro futbolistas y Zaza en la zona ‘9’. Al momento de intensificar la recuperación, los murciélagos reflejaban un 4-4-2 con Zaza-Mina en ataque.

El Eibar en la etapa inicial también funcionó tácticamente y presentaba alternativas en todos los sectores del campo. Para actuar con fluidez en la zona media, se necesitaba de un primer pase limpio que podía ser mediante el 3-4-3 ó 2-4-4, supeditado a la salida unívoca en los pies de Dani García o doble con Escalante. Cuando Adrián se centralizaba por delante del doble pivote, los guipuzcoanos plasmaban un 4-2-1-3 que vislumbraba el adelantamiento de las mediapuntas externas (Pedro León y Rubén Peña). Sin el balón, el único que no pasaba la línea del rival que poseía el esférico era Enrich. Los demás, superaban a este jugador y el equipo formaba 4-5-1.

Dani García se ubicaba de líbero para salir limpio. Fuente: Lapizarradelmister.es
Dani García se ubicaba de líbero para salir limpio. Fuente: Lapizarradelmister.es

Con la expulsión de Carlos Soler, al Valencia la se le complejizó el partido. Con la introducción de los cambios, los blanquinegres configuraron un dibujo de 4-3-2. En él, Zakaria Bakkali se estancó en el interior izquierdo, Mario se mantuvo en el pivote y Fabián Orellana ocupó la derecha, aunque este último alternaba con Álvaro Medrán en la función de delantero. La desventaja exasperaba al conjunto ché, que atacaba desordenado, sin una idea clara de juego y vulnerable en defensiva. Circunstancialmente, Mario Suárez se sumaba de atacante producto de la necesidad imperiosa de descontar.

La visita probaba libretos y posiciones. 3-2-5, 4-4-2, 4-5-1, 4-1-4-1 ó 4-3-3 fueron algunos de ellos.  En el primero cuando Escalante se ofrecía a la salida, Dani García y Arbilla se formaban por delante, actuando en ofensiva cinco futbolistas de derecha a izquierda: Capa-Pedro León-Enrich-Adrián/Fran Rico-Peña/Bebé.

El segundo dibujo, lo tenía a Adrián y Enrich en punta. Los mediapuntas retrocediendo para bascular como volantes y reforzar al doble pivote. En el tercero con el ingreso de Fran Rico, Eibar fue un 4-3-3 robustecido por la compañía de los externos para transformarse en 4-5-1, dependiendo de la posición en retroceso por parte de Dani García este adquiría una connotación de 4-1-4-1. Finalmente el 4-3-3, hallaba a Pedro León, Enrich y Bebé en ataque. Por detrás los tres centrocampistas defensivos: Fran Rico (derecha), Gonzalo Escalante (pivote) y Dani García (izquierda).

Así finalizaron el encuentro. Fuente: Lapizarradelmister.es
Así finalizaron el encuentro. Fuente: Lapizarradelmister.es