Partido muy alocado e impredicible el que vivimos en el Camp Nou. El FC Barcelona defendía una renta de 1-2 conseguida en el partido de ida y eso se notó en los dos equipos. El equipo azulgrana llegó media hora tarde al encuentro, mientras que el Atlético de Madrid pudo equilibrar fuerzas con un arranque explosivo pero su falta de acierto le condenó.

Los dos equipos presentaron la siguiente disposición táctica para afrontar el partido:

El Atlético de Madrid salió con el convencimiento de repetir la segunda parte del partido de ida y con un equipo muy ofensivo. Rápidamente, Gaitán y Carrasco fueron unos puñales en las bandas. que el Barça no sabía controlar, sobretodo en el costado de Sergi Roberto que no recibía ayudas y empieza a no sentirse cómodo en la posición de lateral derecho. Carrasco tuvo la primera gran ocasión a los seis minutos, precisamente por ese costado.

El partido tenía un ritmo altísimo, impuesto por el conjunto colchonero. El Barcelona, por su parte, todavía no había respondido a la presión y estaba totalmente superado. André Gomes, situado como mediocentro, jugaba en una posición que no es la suya. No conseguía presionar con certeza y no daba salida al balón ante la presión del Atlético de Madrid. Eso, junto a que Rakitic estaba muy abierto y que Denis estaba demasiado arriba, hacía que durante la primera media hora, el equipo azulgrana sufriera y no pudiera salir de su campo. Messi y Luis Suárez estaban en las posiciones de ataque totalmente aislados.

Pero el Atlético de Madrid no aprovechó su momento y dejó al FC Barcelona vivo. Y el equipo azulgrana tiene a Leo Messi. A finales de la primera parte, enganchó el primer balón en la frontal del área, desde donde ejecutó un potente disparo que desvió Moyà pero Suárez recogió el balón para marcar el 1-0. El FC Barcelona había sido inferior pero se iba al descanso con ventaja al marcador gracias a la efectividad de sus dos atacantes. Justo lo contrario que el Atleti.

En la segunda parte no se jugó a nada

La segunda parte fue un puro espectáculo copero pero nula calidad futblística. Los dos equipos tenían prisa por marcar(el Barcelona para finiquitar la eliminatoria y el Atlético por engancharse a ella) y durante los primeros diez minutos fue un correcalles, con un ritmo altísimo pero sin creación de juego.

Pero a partir del minuto 56, todo se revolucionó todavía más. Sergi Roberto fue expulsado y mientras el Barcelona intentaba recolocarse, el Atlético quiso correr más. No había pausa ni control, sólo emoción, pasión y empuje colchonero. Eso duró otros diez minutos, que fue cuando Carrasco fue expulsó a Carrasco y Luis Enrique situó en el campo a Busquets e Iniesta. Entonces hubo un tiempo de calma y dominio azulgrana, que enfriaron ese ímpetu colchonero.

Pero llegó el penalti cometido por Piqué y muy mal ejecutado por Gameiro en el minuto 79. Esa acción despertó a los colchoneros, que cuatro minutos más tarde, por fin, consiguieron su ansiada gol de las botas del delantero francés, que se resarcía del fallo en la pena máxima. A partir de ese momento, el Atletico creyó aunque a base de centros desde las bandas o bien con faltas lejanas. Fue el guión hasta el final del partido y aún más tras la expulsión de Suárez en el minuto 90. El Barcelona aguantó estoicamente las embestidas colchoneras y consiguió mantener el empate que le dió el billete para la final de copa, su cuarta consecutiva.