"Vuelta a las andadas". Con esta sencilla frase podríamos definir la derrota del Sporting por seis goles a uno ante el Fútbol Club Barcelona. Los errores defensivos de los rojiblancos, impropios de un equipo que quiere permanecer una temporada más en Primera División, sirvieron la victoria en bandeja a un Barça herido, y que buscaba reencontrarse con las buenas sensaciones para afrontar el tramo decisivo de la temporada con la moral alta.

Se confirmaban las rotaciones anunciadas por Rubi en rueda de prensa, y el conjunto asturiano saltaba al césped del Camp Nou con muchas novedades en el once. Una defensa inédita hasta la fecha, compuesta por Lillo, que recuperaba el lateral diestro, Jean-Sylvain Babin, que regresaba al eje de la zaga tras superar una rotura fibrilar en el abductor de su pierna derecha, el joven central del filial Juan Rodríguez, y Elderson Echiéjilé, que debutaba tras su llegada en el mercado invernal cedido por el Mónaco. Nacho Cases y Xavi Torres serían los encargados de acompañar a Sergio Álvarez en la medular, y Carlos Castro disfrutaba de una merecida titularidad como referencia en la punta de ataque.

Once inicial del Sporting (Imagen: laliga.es)

Un error tras otro

El primer acercamiento por parte del conjunto catalán lo protagonizó Rafinha, con un chut flojo que acabaría por atajar sin problemas el Pichu Cuéllar. Sería solamente un tímido aviso de lo que estaba por venir. Ocho minutos duró la solidez defensiva de los pupilos de Rubi, los mismos que tardó Lillo en quedarse descolgado al tirar la línea de fuera de juego, dejando a Messi completamente solo para batir con la cabeza a un Cuéllar que se quedaba a media salida. Dos minutos más y nuevo "regalito". Luis Suárez chuta desviado tras sortear al meta visitante, pero su disparo acaba colándose en la portería asturiana al tropezar en las piernas de Juan Rodríguez. Demasiadas facilidades cuando te enfrentas a un equipo con la calidad del Barça.

Una nueva esperanza

Cuando parecía que todo estaba perdido, reaccionaría el Sporting. Burgui, único miembro del ataque rojiblanco que generaba sensación de peligro, filtró un buen pase entre líneas para Sergio Álvarez, pero el avilesino estrellaría el cuero contra el poste izquierdo del marco custodiado por Marc-André Ter Stegen. En ese preciso instante emergería la figura de Carlos Castro. El ariete de Ujo se anticipó a Umtiti y aprovechó el rechace para recortar diferencias en el electrónico.

Castro celebra el gol con sus compañeros (Imagen: laliga.es)

Nuevo bofetón de realidad

Cada vez que el Barça quería, generaba peligro y, lejos de terminarse, las calamidades de la defensa asturiana se acrecentaban con el paso de los minutos. Empezaría entonces el show de Babin, que firmó su peor partido desde que es futbolista del Sporting. Un error propio del fútbol amateur al despejar el balón hacia el centro de su propio área, brindó a Luis Suárez la oportunidad de fusilar a Cuéllar con una excepcional volea. Con el marcador de tres a uno se retiraban los futbolistas camino del vestuario.

En la segunda mitad, más de lo mismo.

Tras la reanudación, ambos entrenadores aprovecharon para mover ficha. Luis Enrique dio entrada a Paco Alcácer en detrimento de Luis Suárez y Rubi le concedió la alternativa a Víctor Rodríguez, que entraba sustituyendo a un discretísimo Douglas.

Los culés sentenciarían el encuentro al poco de iniciarse la segunda parte. Leo Messi le robó la cartera a un Babin demasiado contemplativo, levantó la cabeza y vio el desmarque de Alcácer, que no falló ante Cuéllar. Cuatro a uno a falta de más de 40 minutos por disputarse y ambos conjuntos con la mente puesta en sus futuros compromisos. Desde ese momento fue un monólogo del Barça, que movía la pelota a su antojo, sin que el Sporting pudiera, ni siquiera, acercarse a la portería rival.

Alcacer señala al cielo tras anotar el gol que sentenciaba el choque (Imagen: laliga.es)

¡Incluso Messi se fue sustituido!

Luis Enrique decidió dar descanso a su gran estrella, Leo Messi, que se retiró ovacionado por todo el Camp Nou. Rubi hizo lo propio con Burgui, que se marchó con un fuerte golpe en el tobillo.

A pesar de que el choque estaba resuelto desde hacía ya varios minutos, el Barcelona no se conformaba y todavía tendría tiempo de anotar dos goles más. El primero tras una magistral falta botada por Neymar y el segundo obra del croata Iván Rakitic. Con el pitido final y el marcador de seis a uno, la pesadilla del Sporting en la ciudad condal tocaba a su fin.