Fútbol, Golf, Derecho Económico y un sueño, triunfar en todos esos campos. Matías Lizarazu es un jugador diferente. Su carácter y su manera de sacar lo positivo de las peores situaciones le diferencian del resto de sus compañeros, a quienes trata de inculcar todos esos valores.

Lo tiene claro, él se describe a sí mismo como un jugador “trabajador, muy cuadriculado, incluso maniático”, que además siempre mira hacia delante. “Futbolísticamente soy central, y me defino como un jugador rápido e inteligente en el campo”, añade orgulloso Matías, sabedor de que una correcta actitud es la base de un rotundo éxito.

Ha ido quemando etapas. Primero en Osasuna, donde aprendió a nivel deportivo lo que implica la exigencia de cada fin de semana. Sin embargo, si tiene que quedarse con uno de los ciclos que ha vivido hasta hoy, firma con letras de oro la del Athletic de Bilbao. “Se produce uno de los cambios más importantes en mi vida, salir de casa”, explica Lizarazu a VAVEL.

Foto: Twitter
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Un futbolista que quiere cumplir el sueño de ser profesional debe dejar atrás muchas cosas, sobre todo las que están directamente relacionadas con el tiempo. “Tiempo con tu familia, tiempo con tus amigos, muchas horas de estudio que centras en el fútbol. A nivel de ocio, dejas atrás mucho también”, resalta el jugador, conocedor de que todo éxito implica un gran sacrificio y trabajo. “Muchas personas incluso no lo valoran. El deporte, como cada aspecto de nuestra vida, tiene un lado benévolo y otro no tanto, casi cruel”, termina de explicar a este medio.

“Hay que darse cuenta que no todo es tan bonito como lo pintan. Y que, si es bonito, es porque antes ha habido un trabajo muy grande previo”, señala orgulloso de sentir que, hasta el día de hoy, se ha dejado piel y alma por cumplir su sueño, ser profesional y vestir la camiseta del primer equipo del Athletic de Bilbao.

Cabe recordar que Matías ya se lesionó una vez el ligamento cruzado anterior, pero de la rodilla derecha. Tardó 468 días en volver, pero regresó como se fue, con la cabeza alta. Este curso fue cedido por el club bilbaíno a las filas del Danok Bat. Y cuando más cómodo se encontraba en el centro de la zaga, disfrutando de minutos y gozando de la titularidad, la rodilla, esta vez la izquierda, volvió a crujir.

“Metas sí, límites, prohibido”. Ese podría ser otro posible titular para este reportaje. A corto plazo, Matías busca recuperarse de la lesión de rodilla izquierda que sufrió el pasado diciembre. “A corto plazo busco recuperarme de la lesión y mi mayor reto es ver que puedo volver al nivel con el que volví cuando me lesioné la otra rodilla”, explica.

A largo plazo, los planes del jugador pasan por la intención de “desarrollarme como futbolista estos años próximos y ver que posibles opciones hay para luchar por mi sueño”. Lecciones ha aprendido las suficientes. Todo un ejemplo a seguir. “Está claro que trabajo para cumplir el sueño de llegar al primer equipo, pero es algo que a día de hoy, no se puede predecir. Hay una parte de esperanza y oportunidad que me inclina día a día a seguir intentándolo”, manifiesta el defensor a esta web, con la fe puesta en que si se cree y se trabaja, se puede.

Me considero un luchador

Asimilar que van a ser varios meses de recuperación no es nada sencillo. “En un primer momento se te pasan por la cabeza muchas cosas. Me considero un luchador”, dice el ‘4’. Sin embargo, hay dos opciones de verlo, tirar la toalla o levantarse y volver a currar, a jugar al fútbol, que es su pasión. Sin duda, Matías elige la segunda opción.

Foto: Twitter
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El apartado psicológico es muy importante en el mundo del deporte, no únicamente en el fútbol. Es por ello que Lizarazu cambió el ‘chip’. “Se te pasa por la cabeza que es una lesión en la que vas a sufrir mucho. Uno llega a ver que no vale la pena luchar y que lo más cómodo es rendirse y centrarse en los estudios. Sin embargo, todo lo contrario. Mi mentalidad es ganadora y quiero superar este reto”, explicó satisfecho de haber conseguido esa mentalidad de gladiador.

Todo tiene una explicación. Es por ello, que la pasión por el balompié de Matías Lizarazu, también. Nace de su abuelo, que fue futbolista. “De pequeño, crecí con un balón en los pies, todo hay que decirlo. Todo crece y llegó un momento en el que el fútbol pasó a ser mi vida”, recuerda nostálgico y con cierto cariño.

El golf es otra de sus grandes aficiones. Tal es así, que en su biografía de las redes sociales se puede leer: “jugador de golf con hcp [4]”. Si no se hubiera dedicado al futbol, probablemente estaría inmerso en los 18 hoyos. “Llegó un momento en el que tuve que tomar la decisión y me decanté por el fútbol, pero, sin duda, mi otra gran pasión es el golf”, rememora.

Todo crece y llegó un momento en el que el fútbol pasó a ser mi vida

Foto: Twitter
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En el deporte, los apoyos y los ejemplos a seguir son clave. Las personas que Matías ha tenido cerca siempre han sido sus padres y su hermana. Admite también que valora mucho “las situaciones que han vivido otras personas, similares a la mía. Me gusta, en referencia a esto último, fijarme en Carlos Gurpegui”, ya que le transmite esa “necesaria esencia de luchador, por todas las situaciones que ha vivido, a nivel deportivo y extradeportivo”.

El fútbol me enseña muchos valores que luego he aplicado en la vida. Compañerismo, sacrificio, trabajo, respeto por el contrario, respeto hacia los árbitros y hacia el entrenador. La ultima figura es muy importante, ya que es el que te dirige y te da las indicaciones. El futbol y la vida comparten muchos valores. Dándole la vuelta a la tortilla, Lizarazu intenta transmitir liderazgo, dentro y fuera del campo, intento también marcar objetivos y tirar del conjunto, además del sacrificio que eso conlleva.

Me quedo con todos los entrenadores que he tenido. Intento quedarme con los aspectos positivos que me han transmitido todos ellos. Un entrenador puede hacer también de padre, no solo se dedican a formar futbolistas, sino también personas.

Le estoy muy agradecido a Félix Taínta

Además de la figura de los entrenadores, hay que resaltar a los representantes y a todo el equipo de comunicación que hay detrás de la labor de un deportista. Lizarazu es consciente de ello. Por eso, buscó una “persona de la máxima confianza con el jugador”, con el objetivo de que este “pueda transmitirle cualquier tipo de información, ya sean sentimientos o cosas básicas de la rutina”. “Eso es lo que busqué y ahora mismo lo tengo. Le estoy muy agradecido a Félix Taínta”, declara feliz, a pesar de los baches que ha vivido.

Futbolista con alma también de periodista. Matías ha aprovechado su lesión para mostrar al mundo entero como se vive desde dentro una experiencia como tal. En concreto, desde un blog. “Cuando me estaban realizando las pruebas del ligamento para saber el alcance final de la lesión. Prometí a un compañero que, si finalmente se daba el peor de los casos y el ligamento anterior estaba roto, escribiría un libro. Pero, antes de escribirlo, me pareció una buena idea montar un blog, durante mi periodo de recuperación”, expresa feliz a este medio, al mismo tiempo que narra el porqué de esta promesa.

“Creo que hay pocos futbolistas que sean capaces de sobreponerse a dos roturas de ligamento cruzado. Los hay, pero el libro busca dar las claves para sobrepasar esta experiencia y aprender de ella. Ese es mi proyecto, espero que coja forma. Además, voy a intentar reunir a gente que pueda colaborar en él, ya sean periodistas, futbolistas, entrenadores, médicos…”, termina Lizarazu, sabedor de que lo mejor está siempre por llegar, y de que llegará. No porque lo quiera el destino, sino porque lo desea y pone los medios él.