Otra victoria, otra remontada y otra actuación insuficiente del Real Madrid. Insuficiente no para lograr puntos, que se lograron, pero sí para transmitir la confianza y la fiabilidad que se necesitan para ganar una liga. Solo los malos resultados del Barcelona y la persistencia de los líderes de la plantilla blanca, Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos, están manteniendo al Real Madrid en la cabeza de la clasificación.

Zidane no consiguió dar con la clave en el sistema y cambió varias ocasiones a lo largo del partido. Comenzó con un 4-4-2, o un 4-2-2-2, en el que Isco y James jugaron de interiores. Ambos cayeron a menudo al centro para que los laterales ganaran profundidad, especialmente Marcelo.

 

El problema que se le presentó al Real Madrid fue el que lleva acusando desde que Zinedine Zidane tomó el mando: le cuesta generar peligro por el centro. Pese a que Isco y James jugaron la mayor parte del tiempo por dentro, las acciones de peligro nacían en la banda, normalmente con centros laterales, un recurso habitual del Real Madrid de Zidane. Las combinaciones por dentro escasearon y se confiaba en el acierto rematador de Ronaldo y Morata para llevarse los puntos. En uno de esos centros, Cristiano conectó con un balón y lo cabeceó a la red para empatar el partido poco antes del descanso.

La segunda parte presentó a un Real Madrid que, pese a variar poco el plan, se encontró más atascado y con más dificultades para hacer daño al Betis. Gran parte de la culpa la tuvo el equipo de Víctor Sánchez del Amo, que subió la línea de presión y dificultó la salida de balón blanca. Alrededor del minuto 70, Zidane movió el banquillo por partida doble. Lucas Vázquez entró en sustitución de James Rodríguez y Benzema en lugar de Morata. Cristiano Ronaldo cayó algo más a banda, Isco se colocó de mediapunta y durante unos minutos se pasó a un dibujo más parecido al 4-3-3.

No duró demasiado esta disposición sobre el campo, pues diez minutos después Zidane dio entrada a Marco Asensio por Isco y el equipo volvería al 4-4-2, con el balear en banda izquierda y Cristiano Ronaldo nuevamente en la delantera junto a Karim Benzema.

Solamente dos minutos después de la entrada de Asensio y el cambio de sistema, Sergio Ramos anotó el gol que consumaba la remontada del Real Madrid. Zidane mantuvo el dibujo hasta el final y el conjunto blanco amarró los puntos para que se quedaran en su casa, aunque Keylor Navas tuvo que hacer una parada milagro para que esto fuera así, resarciéndose en cierto modo de los dos errores que cometió en la primera mitad.

Zidane sigue sin dar con la tecla para que su equipo sea dominador. Los resultados siguen llegando, pero el modelo de juego del Real Madrid no convence y parece depender demasiado de que Cristiano Ronaldo o Sergio Ramos den la victoria con goles en jugadas aisladas. Los centros son el principal (a veces único) recurso de los blancos y, aunque son dominadores en este lance del juego, es una manera poco fiable de ganar una Liga. El trofeo de la regularidad requiere un modelo de juego solvente que permita ganar y dominar los partidos para no depender de individualidades para ganar los partidos.