A veces, y sin saber cómo, las rachas de los equipos pueden cambiar de una jornada a otra. Son los llamados puntos de inflexión, en los que un sólo partido o un cambio de banquillo puede cambiar en ocasiones el desarrollo de toda la temporada. De repente, un detalle puede cambiar toda la dinámica de un conjunto. Acertar de cara a gol o mantener lo conseguido sabiendo sufrir dota de confianza a un equipo y lo lleva hacia arriba en la tabla. Y en Lleida lo saben bastante bien. Los ilerdenses comenzaron la campaña dubitativos y sumidos en la zona baja de la clasificación. Sin embargo, todo comenzó a cambiar en el Camp d' Sports frente al Llagostera.

Cambio de trayectoria

Los catalanes estaban con el agua al cuello. Hundidos tras encadenar cinco partidos sin ganar consecutivos, los ilerdenses veían como su situación se complicaba semana tras semana. Eran decimoctavos y debían recibir al Llagostera. En los últimos diez minutos, Guillem Martí primero y luego Alfonso de penalti, remontaban el gol gerundense y daban una épica victoria al Lleida Sportiu. Desde ese partido, el Camp d' Sports se ha convertido en un muro infranqueable, porque desde esa jornada no se ha escapado ni un punto de su campo. Esa extraordinaria solidez como local se contagió también al equipo cuando viajaba fuera. Si bien es cierto que fuera, el Sportiu si ha sido derrotada, tanto por el Mestalla como por el Saguntino.

Lo cierto es que tras la victoria frente a la UE Llagostera, lo que vino fue una derrota por la mínima frente al Mestalla. Seguramente, ningún aficionado de la única provincia catalana de interior se imaginaba la dinámica que iba a coger su equipo en las próximas jornadas. Nada más y nada menos que siete partidos sin perder. Los catalanes recibieron al Eldense y finalizaron la primera vuelta fuera de los puestos de descenso.  Cuatro jornadas más tarde,  5 de febrero, la situación ya había mejorado mucho. El nuevo año sentó bien a los ilerdenses, que ya estaban posicionados en octava posición, alejándose del peligro. En la jornada 26, un Saguntino enrrachado  hizo caer al Lleida por primera vez en ocho jornadas.

A por todas

Pero lejos de amilanarse, a los catalanes les reforzó aquella derrota. El panorama se presentaba complicado, con enfrentamientos ante equipos punteros como Hércules, Villarreal B y Alcoyano. El Lleida consiguió sacar los nueve puntos de estos tres enfrentamientos. Especialmente sufrida fue la victoria en cancha castellonense, donde Miki, en las postrimerías del encuentro, dio la victoria a los suyos. Tras la victoria ante el segundo clasificado, el Alcoyano, el Lleida se sitúa a solamente cuatro del playoff. El objetivo obviamente ha cambiado y en la terra ferma se permiten soñar. El Lleida es un claro ejemplo de como las temporadas pueden girar a partir de un solo partido.