El partido que se disputó el sábado en Mestalla se saldó con un empate. El Valencia arrancó un punto en los compases finales gracias a un buen remate de cabeza de Munir,  que sorprendió a Cuellar. Si bien, los aficionados se marcharon de Mestalla con una preocupación: el desacierto en ataque de su equipo, algo que no es nuevo esta temporada.

Durante todo el encuentro y especialmente en la primera parte, los locales se mostraron imprecisos. El centro del campo valencianista no enlazaba cuatro buenos pases seguidos, Mestalla se aburría.

Los de Voro en la segunda parte se crecieron, y lograron un penalti a favor que Parejo falló para decepción valencianista. Aunque en la última media hora de partido el Valencia asedió el área del Sporting, no dio la vuelta al marcador. El penalti fallado y otros muchos errores ofensivos desquiciaron a la grada y es que de los 20 tiros que ejecutó el Valencia contra la portería de Cuellar, 8 fueron entre los tres palos y solo uno acabó en gol.

El equipo de Voro cuando juega como local es el equipo número 12 en la clasificación total de efectividad. Los suyos necesitan tirar más de 8 veces para conseguir marcar un gol. Por lo tanto, como se vio contra el Sporting de Gijón, el Valencia necesita mejorar su efectividad si quiere escalar posiciones en liga.

Exhibió por tanto, el conjunto blanquinegro un problema que lleva arrastrando durante toda la temporada, la falta de gol y de acierto de cara a puerta. Es el undécimo equipo de La Liga en cuento a goles a favor con 36 dianas.

Otra estadística que refleja el grave problema en Mestalla, es la que coloca a Santi Mina como máximo goleador del equipo con tan solo 5 goles. Rodrgio y Munir cuentan con cuatro goles cada uno.

Cabe señalar que Mina se posiciona en la penúltima plaza de los máximos goleadores de cada uno de los equipos de La Liga Santander. El máximo goleador del Valencia solo supera al del Leganés, Szymanowski, que cuenta con cuatro goles en su haber.

El Valencia  históricamente siempre ha contado con delanteros de alto nivel, pero las estadísticas demuestran que eso ha cambiado y que los aficionados tienen motivos para estar disgustados con su equipo.