Gris partido el protagonizado por el Deportivo de La Coruña y el Celta en la tarde de hoy en el Estadio Municipal de Riazor. Si bien ambos equipos llegaban de dulce, el Deportivo tras batir al Barcelona el pasado domingo y el Celta de Vigo tras superar al Krasnodar, no se vio sobre el verde coruñés todo el fútbol y espectáculo que suele acompañar a este tipo de partidos.

El partido comenzó como cabía a esperar del planteamiento blanquiazul, y es que Pepe Mel sacó a un equipo que prometía pelear en labores de contención. La colocación de Celso Borges en la mediapunta en detrimento de un Çolak que tampoco entró en el once contra el Barcelona auguraba lo que se vio en el campo, un Celta que manejaba el balón y un Deportivo muy ordenado atrás intentando aprovechar algún fogonazo en botas de Joselu, que le ganaba la partida a Andone una vez que el rumano ya ha cumplido su partido de sanción.

Se le complicaron pronto las cosas al Celta, ya que cuando corría el minuto 12 de encuentro, Berizzo se vio obligado a retirar del campo a Guidetti por molestias en la rodilla y su puesto lo ocupó Beauvue.

El principal problema del Deportivo en ataque consistió en que los hombres de Pepe Mel se quedaban sin ideas al pasar de mediocampo y ninguno de los hombres de ataque consiguieron inquietar la portería de Sergio Álvarez.

Y si a los blanquiazules les faltaban ideas ofensivas, andaban sobrados en labores defensivas. Poco se vio a los celestes rondar el área de un Germán Lux que a punto estuvo de meterse en líos en una salida a presionar a Iago Aspas que de milagro no adelantó a los suyos antes del descanso.

Sin grandes sobresaltos para ninguno de los dos equipos se llegó al descanso del encuentro.

Y tras el descanso llegó muy pronto el gran sobresalto a favor de los locales. Facundo Roncaglia se hizo un lío incomprensible tras el saque de centro y le dejó el balón franco a Celso Borges, primero, aunque tampoco acertaron Joselu Mato ni Bruno Gama, que se encontraron con Sergio Álvarez, Radoja y un mal remate que no cogió puerta, respectivamente.

Salieron ambos equipos con más intención de hacer daño en la segunda parte, pero pese a ello no hubo demasiadas intervenciones de los porteros.

Así se llegó hasta el minuto 72. Beauvue filtró un balón entre la defensa y el portero que Iago Aspas se encargó de mandar al fondo de las mallas. El de Moaña marcaba su primer gol en Riazor y su celebración generó una polémica que acabó con la amonestación de Germán Lux.

El gol celeste precipitó la entrada en el campo de un Emre Çolak que apenas tuvo tiempo de tocar dos o tres balones que no llevaron excesivo peligro.

Así se llegó al final de uno de los derbis gallegos con menos fútbol ofensivo de los últimos años. Se llevó el gato al agua el Celta de Vigo, que necesitaba la victoria para no caerse de la pelea por los puestos europeos mientras que el Deportivo se queda seis puntos por encima de los puestos de descenso tras la victoria del Sporting ante el Granada. Mucho que remar todavía para los de Pepe Mel en esta liga.