Sigue Zidane sin encontrar la forma de conseguir que su equipo domine los partidos. Una vez más, individualidades y una acción a balón parado dieron la victoria al Real Madrid, pero el Athletic se mostró superior a los blancos durante casi todo el partido.

Zidane y los suyos se vieron superados por su rival desde el inicio del partido, pero el técnico galo reaccionó con los cambios en la segunda mitad y le dio otro tono al equipo, sin llegar nunca a controlar el choque, pero con lo suficiente como para llevarse los puntos.

Dificultades en salida de balón

El Athletic salió con una presión muy adelantada desde el minuto uno. El objetivo era neutralizar la salida de balón del Real Madrid y evitar que el esférico llegara a los pies de los atacantes blancos en posiciones de peligro. Esta presión fue muy efectiva y fueron escasas las ocasiones en las que los de Zidane consiguieron sacar la pelota limpia desde atrás.

Sin balón, el Real Madrid sufrió las incursiones de Lekue, principalmente en los primeros minutos de partido; y de Williams, muy activo e incisivo durante todo el encuentro. El Athletic tuvo más y mejor el balón que el Madrid y fue superior incluso en el juego aéreo con Aduriz y Raúl García.

Casemiro, Modric y Kroos tuvieron muy poco espacio para participar en la elaboración de juego en campo propio. Todas las salidas de balón del Real Madrid se producían con pases verticales en banda para Cristiano Ronaldo y Gareth Bale, que intentaban, casi siempre sin éxito, combinar de frente con el centro para triangular.

Cambios tácticos para llevarse el partido

El juego por el centro fue prácticamente inexistente para el Real Madrid en la primera mitad, por lo que Zidane cambió a Cristiano Ronaldo y Gareth Bale de banda, seguramente para que el galés aportara al menos centros al área con su pierna hábil.

La presión del Athletic bajó ligeramente y el Real Madrid jugó sus mejores minutos sin balón en el primer tramo de la segunda parte. No obstante, Zidane sustituyó a Modric por Lucas Vázquez para pasar a un 4-4-2 y el equipo perdió presencia en el centro del campo y también el control del esférico.

Solamente tres minutos después de este cambio de sistema y tras varias jugadas de ataque del Athletic, Aduriz empató el partido. Por suerte para los de Zidane, el balón parado volvió a jugar su papel y Casemiro puso por delante en el marcador a su equipo tres minutos después del empate vasco.

El Real Madrid se dedicó entonces a cerrar espacios a un Athletic que encontró en Williams un arma muy incisiva en la banda izquierda de la defensa blanca. A falta de diez minutos para el final, Zidane dio entrada a Isco en lugar de Cristiano Ronaldo para pasar a una especie de 4-4-1-1, con el malagueño jugando de enganche para sumar gente en el centro del campo.

Casemiro y Benzema fueron, más allá de los goles, los mejores del partido en el Real Madrid. El francés fue el que hizo jugar al equipo cada vez que bajaba a ayudar en la elaboración de juego y supo combinar con sus compañeros de ataque y con los centrocampistas. Por su parte, Casemiro estuvo pletórico en el robo y fue el mayor valor defensivo que tuvo Zidane en San Mamés para llevarse los tres puntos y mantener el liderato.

VAVEL Logo
Sobre el autor