En la noche del domingo el FC Barcelona viajaba al Nuevo Estadio de Los Cármenes para enfrentarse a un Granada que había convertido su territorio en un fortín. En el último lapso, los rojiblancos acumulaban cinco victorias, dos derrotas y un empate en su feudo. Aun así, la temporada de los de Lucas Alcaraz ha dejado mucho que desear y, situados en puestos de descenso, recibían a un Barça que aterrizaba en Granada con la obligación de llevarse los tres puntos. El Real Madrid había hecho los deberes frente al Alavés y ahora les tocaba a los culés hacer lo mismo para no descolgarse de la carrera por el liderato. 

A falta de diez choques para terminar el curso, Luis Enrique ha querido dar descanso frente a los rojiblancos a Gerard Piqué y esto, sumado a la baja por sanción de Leo Messi, ha generado un once bastante poco habitual. Con Piqué fuera de la lista, los culés han recuperado el clásico esquema de 4-3-3 con la incorporación de Rafinha en ataque y las novedades de André Gómes y Jeremy Mathieu sobre el campo. Además, Iniesta se quedaba en el banquillo y volvía Jordi Alba a la titularidad ocupando el lateral izquierdo. Por su parte, el Granada contaba con la baja de Cancelo para medirse a los azulgranas pero, a cambio, recuperaba a tres hombres clave: Wakaso, Héctor y Ramos. 

Un Luis Suárez salvador

El choque se inició sin sorpresas. Los culés dominaban en el terreno de juego y la tímida presión de los locales no era suficiente para generar problemas a los pupilos de Luis Enrique en la salidas de balón. El Granada empezó el duelo ordenado y bien plantado sobre el césped, pero desde el primer momento la delantera culé se encontró cómoda en el terreno de juego y, sobretodo a través de Neymar, el Barça conseguía generar peligro. Aun así, el choque era tranquilo y los primeros minutos transcurrieron con los culés manteniendo la posesión y la única sorpresa de la lesión de Rafinha, que tuvo que ser sustituido por Paco Alcácer en el 17.

El Barça fue encontrándose cada vez más cómodo en el césped con el paso del tiempo y, con Luis Suárez como protagonista, las ocasiones se sucedían. En el minuto 24 el uruguayo la picaba desde la frontal y mandaba el balón al travesaño. El rechace lo recogía Neymar para batir al meta pero la jugada era anulada por fuera de juego. Dos minutos después Suárez volvía a generar peligro con dos disparos consecutivos que consiguió blocar Ochoa, el mejor del Granada en el primer tiempo. Los azulgranas buscaban el gol con urgencia y los últimos minutos del primer tiempo fueron de asedio total de los culés, que encontraron su premio a un minuto del descanso. En el 44 Jordi Alba daba un exquisito pase a Luis Suárez desde campo rival. El uruguayo, viendo a Ochoa adelantado, puso el 0-1 con una fantástica vaselina. Así, los culés encontraban la recompensa a su buen juego y se marchaban a los vestuarios con ventaja en el marcador.

Alcácer se reivindica

Empezaba el segundo tiempo con el Barça muy enchufado buscando el segundo gol que le diera tranquilidad. No hubo que esperar mucho para ver la primera ocasión y en el 46 Paco Alcácer disparaba prácticamente sin ángulo un balón que Ochoa logró despejar. Sin embargo, serían los locales los primeros en mojar en esta segunda mitad. En el minuto 50 Saunier daba un buen pase a Boga que, recién incorporado, ajustaba el balón al segundo palo y le daba el empate a los suyos. El Granada se activó con este tanto, creyendo en sus posibilidades de dar la sorpresa del día. Los de Lucas Alcaraz comenzaron a presionar con más intensidad a los azulgranas y disputaban la posesión al rival.

El Barça necesitaba volver a marcar para recuperar la tranquilidad e intentaba sin descanso encarar portería rival. Luis Suárez, sin duda el mejor de los culés en el día de hoy, desquiciaba a la defensa generando peligro y su buen juego le dio a los culés su segundo tanto. En el minuto 63 el uruguayo daba un gran pase a Paco Alcácer que, de primeras, batía a Ochoa en el mano a mano. El 1-2 devolvía el control del duelo a los culés y para mantenerlo Luis Enrique daba entrada a Iniesta en sustitución de André Gómes. Pese al resultado, los locales no bajaron los brazos y esperaban al error del rival para intentar generar ocasiones que volvieran a meterlos en el encuentro. Por su parte, el Barça, consciente de la importancia de la victoria, jugaba con cautela, manteniendo la posesión y sin cometer riesgos que pudieran acabar con peligro en su zaga.

Tranquilidad para el Barça

En el minuto 81, el colegiado expulsaba a Uche del terreno de juego tras enseñarle dos amarillas prácticamente consecutivas y poco después los azulgranas lograban al fin sentenciar el encuentro. En el 83 Neymar se adentraba en el área y driblaba para combinar después con Luis Suárez. El uruguayo cedió el balón a Rakitic que mandaba al fondo de la portería un disparo que tocó antes en Saunier. El tanto dio alas a los azulgranas que, con una tranquilidad casi plena en el marcador, acabaron con la cautela con la que jugaban hasta el momento. Luis Enrique aprovechaba para dar entrada a Aleñá en sustitución de Rakitic y los culés volvían a mandar sobre el césped. 

El Granada recibía el 1-3 con desesperación y cedía ya del todo el control a los blaugranas. Así, en el 90 un buen pase de Paco Alcácer le ponía a Neymar su merecido gol en bandeja. El brasileño solo tuvo que empujar el balón para marcar el 1-4 y acabar de rematar el choque. De esta manera, el brasileño ha firmado su gol número 100 con la camiseta blaugrana. Sin tiempo para más, llegó el pitido final.

Tras un buen trabajo colectivo, los culés logran otra importante victoria en Liga para seguir con posibilidades de ser campeones. El Barça sigue sin depender de sí mismo pero con buenas sensaciones en el campo. Por su parte, el Granada vuelve a perder y acaba con su buena racha en casa. En puestos de descenso y a falta de nueve partidos para el final de temporada, la salvación se vuelve prácticamente imposible para los rojiblancos.