Encefalograma plano. Ese es el resumen del partido de ayer frente al FC Barcelona. El Sevilla fue un cadáver sobre el terreno de juego, nunca plantó cara al Barcelona y tan solo en jugadas aisladas hizo algo destacable. Los de Sampaoli fueron un conjunto sin ritmo, sin pulso, falto de forma física y que fue en todo momento superado por el equipo catalán. Desde el minuto 1.

Sampaoli sacó al terreno de juego un once inicial que destacaba por la ausencia de un delantero, de un 9 puro. En su lugar, un Joaquín Correa participativo pero que siempre se encontró muy solo en la parcela ofensiva. Por su parte, el FC Barcelona decidió salir con tres defensas centrales, situando en el centro del campo a Rakitic, Sergio Busquets, Sergi Roberto y Andrés Iniesta. Con este once, Luis Enrique intentó desactivar el centro del campo sevillista, cosa que consiguió a la perfección.

El bajo rendimiento que está ofreciendo el equipo en las últimas jornadas es algo más que evidente. El Sevilla tan solo ha conseguido 3 puntos de 15 posibles, aunque ha jugado contra dos rivales muy fuertes como son Atlético de Madrid y Barcelona, pero también contra equipos a priori más débiles como son Sporting, Leganés y Alavés. Ayer se pudo ver a unos jugadores que parecen estar decididos a tirar por tierra todo el trabajo duro de la temporada, en la que de momento, han perdido la tercera posición a favor del Atlético de Madrid.

La brújula y el timón de este Sevilla es Samir Nasri, o al menos lo era. El jugador francés fue un fantasma deambulando por el tapete del Camp Nou; nunca apareció, no corrió, no participó ni ayudó a sus compañeros. El francés es el principal señalado por gran parte de la afición nervionense, quienes no ven al gran futbolista que deslumbró al Ramón Sánchez-Pizjuán con sus pases imposibles, su entrega y su gran hacer dentro del campo. Hoy en día, y sobre todo el día de ayer, Nasri no es nada de eso, y no es algo que solo vea la afición. Sampaoli decidió ayer sustituirlo al descanso y sacar en su lugar a Sarabia, futbolista de lo más destacado del conjunto andaluz. Nada más salir Sarabia, el equipo lo intentó mucho más, y fue de menos a más en una segunda parte que fue puro trámite. Es la primera vez que Jorge Sampaoli decide sustituir tan pronto a Samir Nasri, pero la situación con él en el campo era insostenible. Pese al mal partido del francés, no es el único señalado del equipo sevillista; también salen lastrados del choque de ayer jugadores como Nzonzi o Vitolo. El centrocampista francés Steven Nzonzi ha dado un bajón en su juego, y eso lo nota el equipo. Por su parte, el extremo canario cuajó una actuación muy deficiente, rematada en los minutos finales de partido con una autoexpulsión absurda que demostró el nivel de desquiciamiento y frustración de la plantilla.

La solución es tan fácil como complicada; tan solo hay que volver a ganar. La psicología es un factor muy importante en el mundo del fútbol, y el Sevilla tiene la confianza por los suelos. El Sevilla ha pasado de hacer un fútbol de película, a ser un equipo irreconocible en todas las facetas del juego, y eso tiene mucho de psicológico. Lo primordial; ganar el sábado al Deportivo.