Tras un nuevo entrenamiento del Deportivo Alavés en las instalaciones deportivas José Luis Compañón, el club ha facilitado el parte médico de tres de sus jugadores. 

Por un lado, Rubén Sobrino. El atacante manchego sufrió una rotura fibrilar el 25 de febrero en el partido que enfrentó a Alavés y Valencia. Fue un gran partido de Sobrino, que entró como suplente y revolucionó el encuentro ayudando a remontar al equipo. Del 0-1 se pasó al 2-1 con goles de Ibai Gómez y Katai.

La lesión se produjo en el mejor momento del jugador, cuando más estaba contando para Pellegrino. Hasta ese momento había jugado seis partidos de Liga (dos de titular), para un total de 239 minutos. Además había anotado un gol, el conseguido en Gijón. También ha disputado cuatro partidos de Copa y ha marcado un gol, frente al Nàstic de penalti. El 20 de marzo, cuando estaba cerca de volver, recayó de la lesión, y en los próximos días será sometido a nuevas pruebas que determinarán si definitivamente ha superado la rotura muscular. 

Por otra parte, el vitoriano Gaizka Toquero no se ha podido entrenar debido a unas molestias. No está pasando por su mejor momento de la temporada el jugador de Ariznavarra, que hace menos de un mes perdió a su padre tras una enfermedad. Su último partido con el Alavés fue en el Santiago Bernabéu, donde jugó como carrilero derecho. Después descansó frente a Osasuna, y contra el Espanyol entró en la convocatoria, pero no saltó al terreno de juego. 

El otro jugador que no ha entrenado junto a sus compañeros ha sido el canario Édgar Méndez. El club ha comunicado que su ausencia se ha debido a un problema gastrointestinal. Se espera que tanto Toquero como Édgar vuelvan a los entrenamientos en los próximos días y se cuenta con Toquero para el partido del lunes 17 frente al Villarreal, ya que Édgar no podrá jugar al estar sancionado. Para este partido, el equipo tendrá las bajas del mencionado Sobrino, del propio Édgar, y de Feddal, por la misma causa.