Tensa. Muy tensa la rueda de prensa vivida en la Ciudad Deportiva del Barcelona. Luis Enrique mostró su lado más sincero y desafiante respondiendo a todas las preguntas que en su gran mayoría iban dirigidas al encuentro de Turín y no tanto al de mañana ante la Real Sociedad.

Tranquila se iniciaba la rueda de prensa al ser preguntado por el último precedente entre estos dos equipos, donde el Barça eliminó a los de San Sebastián en la vuelta de Copa, con un 5-2 en el Camp Nou. Para Luis Enrique sí es un partido referente: "Sí nos sirve como referencia porque la Real hará lo mismo. Nos va exigir en cuanto a la presión y es un rival muy complicado. Nos hicieron dos goles en la vuelta de Copa y es uno de los rivales más difíciles de este tramo final de temporada", afirmaba el asturiano.

Pero entonces empezaron las preguntas en referencia a Turín. Luis Enrique no creía en la remontada justo después del encuentro, ahora sí: "Las declaraciones vienen de unas vivencias, el estado en que se encuentra todo profesional justo al acabar un partido. Las cosas cambian y no tengo ninguna duda de darle la vuelta a la eliminatoria. Todo pasa por volver a encontrar la senda de la victoria", declaraba el míster que añadía que ve el vestuario bien pese a las dos últimas derrotas: "Ya lo hemos vivido a lo largo de la temporada. Hemos entrenado bien y capacitado. No es el mejor rival para generar confianza pero lo afrontaremos con la categoría que tienen estos jugadores", afirmaba.

El partido posterior a la derrota de París ante el Leganés casi acaba en otro desastre en el Camp Nou que sólo salvó un gol en el descuento de Messi de penalti pero Luis Enrique no ha querido entrar en similitudes: "Salvando las distancias, es un partido especial porque nos duele perder y más en Champions. Nosotros ya estamos en el proceso de mejorar las cosas que hicimos mal y mañana aunque anímicamente no vamos a estar al 100%, el equipo va a dar la cara. Necesitamos esos puntos como inyección de moral", decía el entrenador del Barça.

Además entre el partido en el Parque de los Príncipes y el de la remontada en el Camp Nou pasó un mes. Entre el de Turín y el del próximo miércoles van a pasar ocho días. El tiempo en contra del equipo: "El periodo fue muy largo y este es exprés. En eso trabajamos, hay diferencias con la eliminatoria de París. En la segunda parte en Turín estuvimos en su nivel o incluso por encima. Le veo muchas opciones al partido de vuelta", comentaba el asturiano.

Además Luis Enrique se mostró confiado en si mismo y ha querido remarcar que en el planteamiento de Turín no se equivocó, aunque se adjudica la máxima responsabilidad de la derrota: "Sería fácil decir que no, pero soy el máximo responsable de todo lo malo que le sucede al equipo. Si no he sabido transmitirle a los jugadores la forma en la que quería jugar es mi culpa. Pero en el partido de Turín no me equivoqué en nada tácticamente", comentaba convencido Luis Enrique.

Para conseguir revertir la situación, Luis Enrique ha querido mandar un mensaje envenenado a la afición a la que ha pedido que no silben y que sólo apoyen al equipo: "Hay una parte del campo que seguro que nos va a animar porque así lo han hecho durante toda la temporada. Si quieren silbar que se esperen a final de temporada. Es normal que el culé esté cabreado. Que no silben, que apoyen a todos los jugadores que lleven esta camiseta, les gusten más o menos", pedía el míster.

El último dardo vino con la frase que dijo en su día el asturiano antes de iniciarse la temporada: "Tengo la mejor plantilla del mundo". A la pregunta si seguía pensando lo mismo, Luis Enrique no ha querido entrar al trapo: "A final de temporada te contesto a esta pregunta", finalizaba Luis Enrique.