El Deportivo Alavés recibirá este lunes al Villarreal con la urgencia de volver a la senda del triunfo tras caer por la mínima ante el Espanyol el pasado fin de semana y sumar la tercera derrota consecutiva.

En el partido de la primera vuelta, ambos equipos llegaban tras caer derrotados en su anterior partido liguero. El equipo de Fran Escribá, llegaba con muchas dudas tras el cansancio físico y mental que arrastraba su equipo debido al exigente calendario por culpa de la Europa League. Llegaban tras perder en liga ante el Athletic, pero cuartos en zona Champions. Por su parte, el Alavés llegaba de perder ante el Espanyol en Mendizorroza por la mínima (0-1) y se encontraba 14º en la tabla.

Lo cierto es que se enfrentaban uno de los mejores locales hasta en entonces (el Villarreal, cinco victorias y un empate en El Madrigal, hoy día Estadio de La Cerámica), y uno de los mejores visitantes (el Alavés), que había lograr empatar y ganar (y de qué manera) en el Calderón y en el Camp Nou. Se esperaba un partido bonito y así fue.

El Alavés se llevó el gato al agua tras una primera parte colosal, una de las mejores de toda la temporada del conjunto vitoriano. En la segunda mitad supo controlar el juego ante un Submarino Amarillo que ya se encontraba en crisis deportiva total. En concreto, era la cuarta derrota en los últimos seis partidos para el conjunto castellonense; tres de ellas ante equipos vascos (Éibar, Athletic y Alavés).

En todo el partido, no se vio la consistencia que suele tener el cuadro amarillo y no tardó en abrir la lata el “glorioso”. Cuando apenas se llegaba al minuto ocho de partido, un gran centro de Édgar Méndez, fue rematado por Deyverson al palo, pero el rechace lo cazo Ibai Gómez que fusiló a Sergio Asenjo.

Pero el Alavés no se conformó ni se achicó en el feudo castellonense y en otra acción de ataque Musacchio no acertó a despejar un balón caído del cielo y junto a la presión de Camarasa, logró robar el balón al jugador argentino para batir por bajo al portero. El público ya había visto suficiente y tan sólo se habían jugado poco más de 15 minutos.

Control defensivo en la segunda mitad

En la segunda mitad el partido cambió. El equipo de Fran Escribá se echó arriba a la desesperada buscando un gol que les metiese en el encuentro. Fue más fe que otra cosa. El cuadro vitoriano se encerró atrás y el Villarreal tuvo alguna tímida ocasión en botas de Samu Castillejo y Cherysev, pero sin peligro excesivo para Pacheco. Tan sólo alguna falta al borde del área a las que Pacheco intervino con acierto. En los último 10 minutos, el Alavés pudo sentenciar al Villarreal a la contra, pero el resultado no se movió.

Con esta victoria, el conjunto babazorro se colocaba 13ª, siete puntos por encima del descenso, mientras que el Submarino se hundía hasta la sexta plaza, mientras se agudizaba su crisis deportiva.