El jueves será un día ajetreado para el Celta. Al partido de Genk, donde los de Berizzo se juegan su pase a la semifinal de la Europa League, se añadirá la intervención quirúrgica a Giuseppe Rossi, quien sigue recibiendo muestras de cariño por la lesión de rodilla que sufrió el pasado día 9 contra el Eibar. El futbolista italo-estadounidense ya se encuentra en Nueva Jersey, donde reside su familia. El miércoles partirá hacia Dallas. A esta ciudad de Texas también viajará desde España el jefe de los servicios médicos del Celta, Juan José García Cota, que colaborará en la operación por expreso deseo del futbolista. El encargado de dirigir la operación será el doctor Steven Singleton, quien ya se encargó de las anteriores operaciones de rodilla a las que sometió el jugador.

Rossi sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda por un mal gesto con la articulación en la primera parte del partido ante el Eibar. Al día siguiente se confirmaron los peores pronósticos y García Cota anunció que el futbolista sería intervenido en Estados Unidos y que le esperaban entre seis y siete meses de convalecencia.

Se trata de su quinta rotura de ligamentos como futbolista profesional, una lesión que ha supuesto todo un lastre para una carrera tan prometedora. A veces el fútbol es injusto y con Rossi lo ha sido. Un jugador de una calidad inmensa que enamoró a todos en el Villarreal y que tenía un gran futuro por delante. Los grandes de Europa se lo rifaban y todo apuntaba a que llegaría a ser uno de los grandes delanteros del momento. Pero el 26 de octubre de 2011, contra el Real Madrid, sufría una rotura de ligamentos en su rodilla derecha que le mantuvo alejado de los terrenos de juego durante seis meses, perdiéndose prácticamente toda la temporada. El calvario no había hecho nada más que empezar.

En abril de 2012, cuando se encontraba en la recta final de la recuperación de dicha lesión, durante un entrenamiento, el delantero recayó de nuevo. Vuelta a empezar y otros seis meses sin jugar que provocaron que Rossi pusiera rumbo a Italia siendo traspasado a la Fiorentina en enero de 2013, el mismo año en el que el 'submarino amarillo' descendía a Segunda División.

El delantero debutó en el conjunto violeta en mayo de 2013 y en Navidades ya era Pichichi de la Calcio con 14 goles. En enero de 2014, la rodilla se partió de nuevo. A la vuelta del verano, en septiembre, aún con la camiseta de la Fiorentina, la rodilla volvía a romperse, por cuarta vez.

Tras recuperarse de la enésima lesión, en 2016 el jugador regresó a la Liga española en busca de los minutos con los que no contaba en el cuadro violeta y con el objetivo de disputar la Eurocopa de Francia. Lo hizo en forma de cesión en el Levante, y, aunque en un principio se pensaba que iba a volver a vestir la elástica del Villarreal, finalmente el Celta y la Fiorentina acordaron la cesión del delantero que puso a rumbo a Vigo, donde estaba realizando una buena temporada hasta que la rodilla le ha vuelto a jugar una mala pasada. Ahora, ha sido en la rodilla derecha, la 'sana'.

En junio termina su periodo de cesión con el Celta y le tocará volver a la Fiorentina. Su futuro es una incógnita. El fútbol le debe una y todos esperan ver de nuevo a este genio con el balón en los pies pisar un terreno de juego.