El pasado 18 de abril, Marco Asensio cerraba la eliminatoria contra el Bayern de Múnich con un gol antológico impropio de un joven de 21 años. El mallorquín conseguía levantar a los aficionados de sus asientos mientras señalaba su nombre en la camiseta con la tranquilidad de un killer consagrado. Además de asegurar el pase a semifinales, Marco hizo algo mucho más importante que eso: presentó su candidatura para formar parte del estrellato blanco

El mediapunta llegó al Real Madrid tras ganar el Europeo Sub-19. Debutó el cuatro de agosto de 2015 en la pretemporada del equipo de Rafa Benítez, pero no convenció al mister y recaló en las filas del RCD Español en calidad de cedido para seguir creciendo con su objetivo en mente: triunfar en la casa blanca. Tras una gran temporada en el conjunto perico en la que sumó cuatro goles y once asistencias, Zinedine Zidane no lo dudó y pidió la vuelta de Asensio. Su debut oficial como jugador del Madrid se produjo en la Supercopa de Europa ante el Sevilla y ni en sus sueños sería mejor: primer partido con el Real Madrid, primer gol y primer título de clubes como profesional.

Marco comenzó su andadura en el mejor equipo de la historia de la mejor manera posible en todas las competiciones: en Liga también marcó en su debut (contra la Real Sociedad), al igual que en Copa frente a la Cultural Leonesa. Seis meses después de enfundarse la elástica madridista en un encuentro oficial, Asensio ha logrado nueve goles, tres asistencias y dos títulos (Supercopa de Europa y Mundial de Clubes). El mallorquín afrontará en el próximo mes y medio uno de los calendarios más exigentes posibles del fútbol profesional y luchará por primera vez, y seguro que no última, por ganar la Champions League y la Liga. Marco ha comenzado a escribir su historia en el Real Madrid con la mejor letra posible y por su talento y entrega, parece que serán muchas las páginas que llene de tinta vestido de blanco.