Pasaron 3 años, 11 meses y 18 días desde la última vez que el FC Barcelona se había ido 'en blanco' de su estadio. Fue en la vuelta de las semifinales de la temporada 2012/13. En frente, estaba el Bayern Munich, de Jupp Heynckes.

Tras un desastroso partido de ida, en el que cayó 4-0, el equipo azulgrana llegaba diezmado a buscar una remontada milagrosa. Pero lo que sucedió fue todo lo contrario, un doloroso 0-3 que sentenció, de manera trágica, una de las llaves más pobres en la historia del club. Sin embargo, ese oscuro 1 de mayo de 2013 marcaría el comienzo de una seguidilla que consagraría al Camp Nou como un terreno imbatible.

Hasta el día de hoy, el Barça conservaba tres rachas: 20 encuentros consecutivos sin perder, por Champions, en el Camp Nou (con el partido ante Juventus, llegó a 21); 20 cotejos sin recibir más de un gol como local (marca que sigue en pie) y la misma cantidad de partidos consecutivos anotando en su campo. Sin embargo, la defensa rocosa de la 'Vecchia Signora' puso sin a la última.

En esa veintena de encuentros, el conjunto blaugrana marcó 66 goles (promedio 3,3 por partido) y recibió sólo 11. La gran efectividad de cara al arco era la principal esperanza culé para soñar con la remontada, pero si había un equipo capaz de cortar con semejante registro, era el equipo dirigido por Massimiliano Allegri. Entre los resultados más destacados estaban un 6-1 al Ajax, un 6-1 a la Roma, un 4-0 al Manchester City y, por supuesto, el 6-1 ante el PSG.

De todas maneras, el empate ante los italianos incrementó el invicto del Barça en su estadio, en la mayor competencia continental de Europa. Uno de los pocos consuelos que le quedará a los catalanes de aquí al fin de semana.