Respondiendo al viejo lema "Pueblo chico, infierno grande", la Sociedad Deportiva Eibar convirtió en un territorio de hostilidad deportiva al municipal de Ipurúa cuando el Athletic Club de Bilbao le visitó la temporada precedente. Fue correspondiente a la jornada de Liga en la temporada precedente (2015-2016). Los leones venían dulces de haber obtenido la Supercopa de España frente al Barcelona, pero habiendo comenzado el certamen liguero con el pie izquierdo ya que los de la ciudad condal les vencieron por la mínima (0-1) gracias al tanto rubricado por Luis Suárez (53').

Contrariamente el partido inicial de los guipuzcoanos estuvo signado por dos acontecimientos: el retorno de José Luis Mendilibar al banquillo blaugrana después de diez años y el comienzo del curso con una victoria (1-3) ante un hipótetico rival de la permanencia (Granada). La primera victoria del de Zaldívar en la categoría máxima al frente del Eibar adquirió protagonismo en las dianas anotadas por Adrián (22'), Gonzalo Escalante (35') y Mikel Arruabarrena (67'), aunque Rochina (50') había descontado transitoriamente para los nazaríes quienes terminaron el encuentro con diez hombres por la expulsión de Salva Ruiz (56').

La resurrección armera

En 60 días el panorama del Eibar se presentó de un extremo al otro. En junio de 2015 el por entonces equipo era dirigido por Gaizka Garitano y luego de una primera vuelta espectacular, los eibarreses cayeron en la incertidumbre produciéndose el descenso a Segunda División. Sin embargo por otro lado se decretaba el descenso administrativo del Elche provocó una luz de esperanza, el resurgir entre las cenizas. Tiempo después Mendilibar agarraba las riendas del equipo y enderezaba la barca para acomodarlo en la La Liga. El 30 de agosto de 2015 (jornada dos) los guipuzcoanos afrontaron su primer compromiso como local de la temporada y con todos los condimentos. El rival de turno era nada más y nada menos que el Athletic Club, en lo que significó una nueva edición del derbi vasco.

Saúl Berjón abrió la lata. Foto: Ricardo Larreina-VAVEL-.
Saúl Berjón abrió la lata. Foto: Ricardo Larreina-VAVEL-.

El elemento condicionante del partido fue el desgaste físico. Los de Ernesto Valverde venían de un trajín previo en el que se jugaron la ilusión de conseguir el primer título de la temporada: la Supercopa de España. Esa ambición de romper con la sequía de subcampeonatos, le llevó a una exigencia inusual para la antesala de la temporada. En menos de una semana los leones afrontaron tres partidos ante el mismo rival (Barcelona) y además la fase previa de la Europa League (Zilina). Por ende los bilbaínos afrontaron la fecha ante Eibar con síntomas de cansancio. Por el otro lado un equipo motivado y con la pretensión de reflejarse satisfactoriamente ante el ojo crítico del nuevo míster.

La enfermería, un impedimento

Para colmo la consagración frente al Barça tuvo un costo físico y psicológico: Mikel San José y Balenziaga, Iñaki Williams, Ander Iturraspe e Iker Muniain fueron marginados de la convocatoria por respectivas dolencias. En un rango menor los eibarreses no contaron con Borja Ekiza y Lillo Castellano.

Para la conformación de los onces ambos entrenadores optaron por un mismo sistema (4-2-3-1). De los 22 protagonistas que saltaron al campo de Ipurua, solamente hubo tres extranjeros. De ellos dos pertenecían a Eibar (Dos Santos y Escalante, argentinos), mientras que el restante era del Athletic (Laporte, francés). Durante los primeros compases del encuentro, el conjunto visitante tomó la iniciativa del partido aunque se encontró con la presencia de Asier Riesgo. Asimismo, Ander Capa se encargó de neutralizar a Aritz Aduriz en un control defectuoso del ariete rojiblanco. A medida que avanzaba el partido los de Mendilibar iban ganando terreno y se acomodaron en el partido.

A partir del minuto 16 de la primera parte, los locales inquietaron la portería de Gorka Iraizoz. Primero a través de Saúl Berjón, quien desde la izquierda del ataque remataba a portería y el cancerbero de los leones echaba el cuero a córner. Luego a la salida de ese tiro de esquina aparecía nuevamente el meta para despejar un cabezazo propulsado por Mauro Dos Santos. Las complicaciones de la última línea bilbaína se acrecentaban porque Keko no tenía dificultades para superar a Lekue que marcaba en punta izquierda a perfil cambiado. Dos Santos, nuevamente, lo intentaba de cabeza pero sin suerte.

Borja Bastón reemplazó a Enrich sobre el final. Foto: María José Segovia-VAVEL-.
Borja Bastón reemplazó a Enrich sobre el final. Foto: María José Segovia-VAVEL-.

La búsqueda incesante y un dominio capitalizado a través de situaciones en el área rival, terminaron dándole resultado al Eibar que hacia el minuto 28 se aprovechó de un descuido del Athletic Club. Aymeric Laporte pecó en demasía ante la presencia de Sergi Enrich, quien le arrebató el cuero y cuando el balear se disponía a avanzar fue derribado por el francés. A posteriori Fernández Borbalán le mostró la cartulina amarilla. Entonces Saúl Berjón se encargaba de cambiar penal por gol y establecía la apertura del marcador llegando a la media hora de juego. Tras el gol de los azulgranas, el partido ingresó en una meseta que tuvo una excepción: el penalti reclamado por parte de los leones frente a una mano de Gonzalo Escalante.

Valverde y los revulsivos

Después de 45 minutos en los que se había visto superado, el entrenador del Athletic optó por dos sustituciones: Markel Susaeta y Sabin Merino saltaban al campo, dejando su lugar Iñigo Lekue e Ibai Gómez. A pesar de los cambios al visitante le costaba llegar con claridad al pórtico de Riesgo y eran el local quien seguía generando situaciones. Esta vez por intermedio de Sergi Enrich, pero De Marcos alcanzó a evitar el remate. Tras las variantes, De Marcos se trasladó al lateral izquierdo. En esta zona los rojiblancos habían tenido dificultades en la etapa inicial.

Mikel Arruabarrena, la alternativa a Adrián. Foto: Ricardo Larreina-VAVEL-.
Mikel Arruabarrena, la alternativa a Adrián. Foto: Ricardo Larreina-VAVEL-.

El segundo gol eibarrés fue obra de Adrián González. El mediocentro ofensivo se impuso en el juego aéreo a la salida de un córner y de esta manera estampaba el 2-0 en favor del conjunto vasco, cuando llevábamos 61 de partido. Anteriormente Keko disparó después de una concesión de Enrich e Iraizoz despejaba con los pies. La diferencia de dos dianas entre un equipo y otro dejaba con la historia cuesta arriba al Athletic que no evidenció una reacción. Por el contrario, Dos Santos contó con el tercero en otra maniobra de cabeza pero Iraizoz rechazó. La ventaja dio tiempo para los cambios: David Juncà (76'), Mikel Arruabarrena (79') y Borja Bastón (84') agotaron las sustituciones en el local, saliendo del equipo Saúl Berjón, Adrián y Sergi Enrich. Finalmente los de Valverde realizaron la última variante: Aketxe (62') en lugar de Eraso.

Superioridad física

De esta manera se iban los 90 minutos en un partido que los de Mendilibar aprovecharon la supremacía plasmada a base de un rendimiento satisfactorio. En él primó un equipo íntegro y sobre todo cómodo en el partido, frente a otro desconectado y sin chispa arriba. A su vez la condición física de uno y otro jugó un rol preponderante, que favoreció a los de Eibar. Realizando un equilibrio de las situaciones desarrolladas por uno y otro, el local fue justo vencedor.

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Sobre el autor
Oscar Stefano De Antoni
Del profesorado de Historia y la Licenciatura en Periodismo.