Los aficionados deportivistas vivieron el pasado Domingo otra jornada liguera de derrota y decepción. En esta ocasión fue la Real Sociedad el verdugo de las ilusiones de una hinchada que comienza a dar señales de hartazgo ante tanta calamidad contemplada. Lo más grave es que los donostiarras ni siquiera necesitaron de su mejor versión para desarbolar a un Deportivo tan carente de fútbol como de alma, un conjunto, el gallego, que en ocasiones arrojó la impresión de que confía tanto en la inoperancia de sus rivales por la permanencia que solo piensa en terminar la temporada cumpliendo con la ley del mínimo esfuerzo.

El Dépor sigue despertando tarde

Desperdiciar la primera media hora de los partidos es un problema recurrente en esta temporada que ni Garitano ni Pepe Mel han sabido solucionar. En esta ocasión, las diferencias entre ambos conjuntos comenzaron desde el saque inicial, ya que a los quince segundos del encuentro los realistas ya habían gozado de su primera ocasión, un remate de Xabi Prieto dentro del área que se marchó fuera por poco.  El fino centrocampista vasco protagonizó los primeros compases del partido, rematando hasta en tres  ocasiones durante el primer cuarto de hora. En ese mismo periodo de tiempo la Real disfrutó de tres córners y jugó a placer en campo rival.

Ni siquiera el gol de Willian José en el minuto 27 propició una reacción en el cuadro gallego, que cerró la primera parte sin realizar ni un sólo disparo a puerta y fue incapaz de crear una ocasión digna de tal nombre. De hecho, de los primeros 45 minutos sólo un 17,9% se jugaron en campo realista, mientras que un 32,4% se disputaron en terreno deportivista.

Vencidos en los duelos individuales

La Real Sociedad se impuso en la mayoría de los balones divididos, y ganó el 84,6% de las entradas que realizó (datos Marca.com). El dato es significativo del poco desborde de los atacantes deportivistas, ya que ni Kakuta ni Çolak lograron superar a sus defensores para ofrecer ventajas a sus compañeros. En parte porque, como señaló Mel en rueda de prensa, casi siempre recibían el balón de espaldas y en malas posiciones. Por su parte, Raúl Navas ganó la partida a Florin Andone y consiguió sujetar al siempre peleón delantero rumano.

Por otro lado, los laterales realistas realizaron un partidazo, cerrando sus bandas y desplegándose en ataque, generando superioridades en las bandas que terminaban en centros o en remates desde el borde del área. La hemorragia se expandió sobre todo por el flanco derecho gallego, donde Juanfran y Fajr se vieron superados una y otra vez por Yuri y Oyarzabal.

Las pérdidas de balón condenaron el juego

Pepe Mel argumentó en la rueda de prensa posterior al partido que el principal problema de su equipo fueron las dificultades que tuvo para mantener la posesión: "Hay que trabajar el juego asociativo, porque si robas el balón y el primer pase se lo das al rival… nos mata. No te deja salir, contraatacar, muchas cosas". Ciertamente, esa carencia fue una de las claves del encuentro. Los futbolistas blanquiazules erraron numerosos pases, tanto al inicio de la jugada como en tres cuartos de campo. Incluso jugadores técnicos como Çolak o Fajr fallaron envíos a dos metros. Al final el técnico deportivista optó por meter a Joselu para enviarle balones largos como único recurso para la remontada.

En el aspecto individual, varios jugadores que reclamaban más protagonismo desperdiciaron la oportunidad que les dio Mel. Andone continúa con su mala racha goleadora, Fajr volvió a ofrecer su peor versión, y Çolak anduvo errante por el terreno de juego y perdió numerosos balones. Malas noticias para el final de temporada.

Por encima de todo esto, queda también la sensación de desconexión, impotencia y apatía que transmitieron la mayoría de los jugadores durante todo el partido, siempre superados en todo por un gran equipo como la Real Sociedad. Huérfanos de fútbol y en plena crisis de juego e identidad, les queda agarrarse al importante colchón que mantienen con el descenso para evitar sofocones de última hora. Además, el calendario no da oportunidad a lamentarse, el miércoles reciben al Real Madrid, y mucho deberán cambiar lo ofrecido en Anoeta para evitar que el campeón de Europa les barra en Riazor.