Ya está. Ya es una realidad. El Pontevedra ha vuelto a hacer historia (además en su 75 aniversario) y ha logrado clasificarse para el playoff de ascenso a Segunda División. No sin sufrimiento, eso sí, porque el cuadro granate tuvo que hacer frente ayer a una Arandina peleona que cerca estuvo de aguar la fiesta a los gallegos.

Desde el primer momento se vio sobre el verde de Pasarón que los de Luisito tenían mucho en juego. Salieron al campo motivados, con presión y elaborando un fútbol vistoso y llamativo. Así, no tardaría el esfuerzo en dar sus frutos. A los siete minutos Eneko Eizmendi adelantaba a los locales con un gran gol. Pero el destino y una Arandina aguerrida dieron la sorpresa y no tardaron en establecer el empate en el electrónico instantes después. Pablo Trigueros remataba de cabeza un córner botado por Leo Ramírez para, de forma imparable, establecer el 1-1 ante la atónita mirada del meta local.

Jarro de agua fría que sin embargo no achantó a un peleón 'Ponte' venido arriba, con continuas transiciones y llegadas, pero a su vez falta de pegada que no ayudaba en demasía a los de Luisito. Jacobo y Añón pudieron poner por delante a los granates, pero no estuvieron acertados. El acoso sometido a la zaga blanquiazul era continuo, y aunque los burgaleses pudieron meter miedo en el cuerpo a los gallegos, fue de nuevo la escuadra local quien más cerca estuvo de desnivelar el choque. Eneko pudo hacerlo antes del descanso, pero un defensor visitante salió al corte e interceptó el cuero antes de que se introdujera en las mallas.

El segundo tiempo fue diferente. El Pontevedra salió adormecido y pudo pagarlo caro aunque Luisito moviera el banquillo buscando reacción. La Arandina tuvo varios acercamientos muy peligrosos, cuyo culmen fue el disparo de Carlos Portero desde algo más allá frontal del área que acabó estrellándose en el palo izquierdo de la portería granate. La reacción llegó a tiempo. El cuadro pontevedrés se acogió a Iker Alegre y revolucionó el partido, en tanto que la afición se metía aun más en el choque y animaba a los suyos buscando un nuevo triunfo sobre la bocina.

Dicho y hecho. En el minuto 86 el exjugador del Logroñés empujaba a la portería de Montiel un pase raso y corto de Álex González. Se formulaba el delirio en Pasarón, la afición enloquecía y el Pontevedra volvía a hacer historia. Esta temporada en tierras gallegas, y en el 75 aniversario del club, los de Luisito lucharán por conseguir el ascenso a la categoría de plata del fútbol español. Casi nada.

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