Tiene los ojos llorosos, todavía no ha conseguido desprenderse de la emoción que supone decir adiós en un campo que le ha dado más pasión de la que jamás pensó que un corazón pudiera sentir. Le miro fijamente mientras atiende a los que le han acompañado entre las paredes de la zona mixta, cuestionado su actuación, dando ánimos tras una lesión y, sobre todo, halagándole, ensalzándole y mimándole tras su vuelta. Nerviosa le pregunto, no le puedo dejar escapar, ¿Con qué palabra definirías el Vicente Calderón? me mira con cara de pocos amigos, y suspira, no sabe cómo responderme. Piensa unos segundos mientras saluda a algunos conocidos con una sonrisa de oreja a oreja, y yo, la pesada de turno, insisto en mi pregunta: "Qué difícil", exclama, mientras le vienen a la memoria todos los momentos vividos en la ribera del Manzanares. Su gesto se torna en un atrincheramiento de emociones sinceras, de esas que vienen a la cabeza cuando sabes que nunca volverás a pisar el Vicente Calderón, no de la misma manera, no como aquella vez que portó por primera vez el brazalete de capitán un 30 de enero de 2012 ante el Osasuna, no como aquella vez en el que su centésimo partido en Liga coincidió con un cinco a cero al Betis, ni en las semifinales de la vuelta de los cuartos de final de la UEFA Champions League cuando el jugador hizo su partido 150 con la elástica colchonera, ni aquella vez que el Atlético le ganó la Supercopa al Real Madrid, ni como cuando logró poner un nudo en la garganta a todo el Calderón tras su vuelta de una lesión prolongada la pasada temporada, ni siquiera como cuando un portero corre cincuenta metros, o los que sean, como si son dos mil, en medio de un duelo para dedicarle el último adiós a la figura de un jugador que ha dejado su huella en la historia del Atlético de Madrid. Mientras tanto, Tiago Mendes eligió su palabra, miró a la cámara, y con un hilo de voz combinó once letras que le salieron directas del corazón: SENTIMIENTO.

El Vicente Calderón resumido en una sola palabra, eso se pedía, la realidad es un poco más forzosa. Es complicado ahunar tanto en tan poco espacio, si no, juzguénlo ustedes mismos, muchos no pudieron resistirse a la tentación de soltar unas cuantas frases que pudieran explicarlo mejor. Aquí nuestro homenaje a un estadio que nos ha visto crecer periodística y profesionalmente. El hasta siempre más sincero al Vicente Calderón de parte de toda la redacción de Atleti VAVEL. Tomen asiento y disfrútenlo.

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