Benzema no empezó la temporada a su nivel habitual, y prueba de ello es que el Bernabéu ha mostrado su desacuerdo con la actitud del jugador durante parte de la temporada con pitos. Los primeros partidos no estaba al nivel que suele tener y la afición blanca, consciente de su potencial, le pedía mucho más. No tanto a nivel futbolístico sino en cuestión de actitud. El público requería más entrega, que se esforzara más en la presión al rival, más garra. Pero todo eso no forma parte del estilo del francés y probablemente, si lo hiciera, perdería parte de su esencia.

Pero a medida que avanzaba la temporada el jugador nacido en Lyon fue recuperándose poco a poco hasta acabar en lo más alto. Parte de culpa de esa recuperación la tuvo un estricto plan físico que siguió que le ayudó, como el mismo reconoció, a perder cinco kilos. Se le veía mucho más fino y con una velocidad punta que jamás se le había visto. Ganaba carreras con una facilidad pasmosa a los defensas rivales, presionaba con mucha más energía y podía aguantar los noventa minutos haciéndolo.

Cuando Benzema tenía su día, provocaba dolores de cabeza en las defensas rivales. Si no que le pregunten a Athletic, Eibar o Nápoles, víctimas de los mejores partidos del francés este año. Bajando a recibir a medio campo cuando el equipo tenía problemas para salir de la presión rival, cayendo a bandas, tirando paredes con los compañeros, desmarques y todo un elenco de habilidades que han vuelto a reforzar la idea de que Karim es el delantero más completo del mundo.

La jugada del año

Pero su obra culmen y que le llevó a volver a silenciar a sus críticos, otro año más, fue en las semifinales de Champions contra el Atlético de Madrid. El Madrid sufría en un Calderón que apretaba para conseguir una remontada imposible, pero el francés sacó la chistera para regalar al fútbol una jugada que pasará a la historia. Rodeado de tres de los mejores defensas del panorama internacional y pegado sobre la línea de fondo, consiguió salir de ahí y hacer que su equipo marcara el gol que le daba la clasificación. Esta jugada es la magia de Benzema en estado puro y es que cuando destapa el tarro de las esencias, de sus botas puede salir cualquier cosa.

Promedio goleador

Bien es cierto que ha bajado su promedio goleador de este año, en el que ha conseguido 11 goles, frente al de la temporada pasada. Cifras bajas para el delantero de un equipo como el Madrid pero que tienen una justificación si se analiza. Además de que Karim nunca ha sido un nueve al uso, este año ha venido condicionado por la metamorfosis de Cristiano. El portugués cada vez tiene a jugar más tirado al centro, dentro del área. Eso obliga al delantero centro a buscar su posición en otros lugares del campo. Si Benzema fuera un nueve puro, acabaría por estorbarse con Cristiano, pues los dos ocuparían el mismo espacio. Sin embargo, el francés tiene la capacidad para poder jugar tanto un poco más atrasado haciendo casi de madiapunta, como para hacerlo arrancando desde la banda. Gracias a ello se ha consolidado como el gran compañero de viaje de la estrella portuguesa, siendo el jugador que más asistencias de gol le ha repartido. Se entienden a las mil maravillas y eso se nota en cada partido.

En resumen, Benzema ha vuelto a demostrar tener una calidad incomparable, aunque quizás debería ser capaz de mostrarla más a menudo durante la temporada. Es un genio incomprendido.