Es Leo Messi. Adjetivos y definiciones quedan obsoletos para calificar al astro del fútbol mundial. Pese a que los resultados a nivel colectivo no han rubricado el gran estado de forma exhibido a nivel personal, Leo Messi puede presumir, a las puertas de llamar a la treintena de años, de gozar de un estratosférico nivel atesorado bajo sus botas.

La Supercopa de España, el inicio de la senda

De rubio platino o con el semblante más juvenil. Lionel Andrés Messi Cuccittini emprendió la temporada aupando al cielo de la Ciudad Condal el primer título de la temporada. Lo hacía con todos los honores, levantando hacia una hinchada entregada su primer trofeo como capitán. La malograda lesión de Andrés Iniesta concedía la posibilidad al ‘10’ azulgrana de atesorar el privilegio que conlleva el brazalete, el 29º trofeo enfundado con la elástica del Barça. Además, su espectacular participación en la Supercopa de España ante el Sevilla FC le encumbraba como máximo goleador del torneo con 12 dianas en 15 encuentros. Una supremacía marca de líder.

Al ritmo de sus botines el astro argentino marcaba el devenir del Barça que, tras su fiasco a manos del Atlético la campaña anterior en la UEFA Champions League, debutaba con goleada ante el Celtic de Glasgow en la máxima competición europea al compás de Leo Messi y un ‘hat-trick’ como melodía de fondo. Sin embargo, el fantasma de las lesiones volvió a golpear con dureza al rosarino a finales de septiembre ante los ‘colchoneros’. Una rotura muscular en el aductor del muslo derecho apartaba a Leo durante tres semanas de los terrenos de juego, borrando de un plumazo el gran arranque de temporada firmado por el delantero azulgrana.

Leo Messi ante el Real Madrid en el Camp Nou. Foto: Alex Gallardo, VAVEL

Leo superó los 40 goles por octava temporada consecutiva 

Una Liga sin premio

120 segundos. El efímero tiempo de dos minutos es lo que tardó Leo Messi en marcar un gol tras permanecer 24 días lejos del verde. Lo haría ante el Deportivo de la Coruña en el coliseo azulgrana, preparando la sinfonía con la que deleitaría al mundo cuatro días más tarde en el mismo escenario y con el Manchester City de Pep Guardiola como invitado de excepción. Otra página se gestaba para los libros de historia para proclamar con letras de oro al jugador con más ‘hat-tricks’ en la historia de la UEFA Champions League con siete en su bagaje.

En equilibrio a su gran inicio de curso, el ‘10’ azulgrana clausuraría el año liderando la tabla de goleadores nacionales con 12 dianas, vislumbrando desde la lejanía a un Cristiano Ronaldo recién galardonado con el Balón de Oro. Esfumando las dudas a trazos, Leo lideró demasiado en solitario una Liga sin premio.

Los pupilos de Luis Enrique se olvidaron de acompañar al argentino en otra de sus mejores versiones. Actuaciones arbitrales a parte, el conjunto azulgrana desperdició las opciones más claras de amarrar la dependencia en sí mismo para conquistar el campeonato de la regularidad. Las exuberantes exhibiciones del astro rosarino en el Vicente Calderón, Mestalla, el Sánchez Pizjuán o el Santiago Bernabéu quedaban reducidas a la nada al evaporarse las opciones de un título culminado en el último suspiro por el Real Madrid. Leo, que había logrado marcar en los feudos más complicados del campeonato, vio como el mundo se inclinaba bajo sus pies tras alcanzar los 500 goles como azulgrana con una soberbia actuación en los aledaños del Paseo de la Castellana.

Messi se convirtió en el primer jugador en toda la historia de la Liga en conseguir 100 dobletes

Pese a que el equipo fue incapaz de refrendar la brillante estela de Leo, el argentino consumó su temporada liguera con 37 dianas, suficientes para conquistar el Pichichi nacional y la cuarta Bota de Oro de su carrera deportiva.

Una recaída en la espina europea

Sin embargo, pese a desbordar talento en cada encuentro, la competición europea por excelencia volvió a atragantarse a los azulgranas. El sueño de Cardiff volvió a evaporarse siguiendo los pasos del anhelo de Milán. La gran final europea quedaba demasiado en el olvido tras fracasar de nuevo los intentos de repetir los éxitos fraguados en Berlín. La Juventus, digna ‘vecchia signora’ de la historia, consumaba su ‘vendetta’ haciendo inútil la remontada histórica urdida ante el París St. Germain.

Leo Messi en la final de Copa del Rey. Foto: PhotoSilver, VAVEL

De nuevo, el equipo dejaba arrinconada la efeméride de Leo tras alcanzar los 102 goles en competiciones internacionales y sellar su participación este curso bajo el manto de la UEFA Champions League con 11 dianas.

 

El rey coronó su Copa

Y el rey clausuró el curso de la misma manera que lo empezó; con un título. La final de Copa del Rey ante el Deportivo Alavés culminó la gran temporada de Leo Messi, que volvió a desplegar su abanico de arte sobre el césped del Vicente Calderón, dónde ha logrado anotar 14 goles en un estadio talismán para el azulgrana. Aguardando sus opciones en la retaguardia, el ‘glorioso’ Alavés claudicó ante un Leo Messi inspirado en demostrar su candidatura al trono. Un gol, una asistencia y su título número 30 con la elástica del Barça sellaban una temporada espléndida a nivel individual.

El rosarino ha anotado 26 goles en 25 finales

Aún con 29 años, Leo ha alcanzado la hazaña de convertirse, junto con Andrés Iniesta, en el jugador más laureado de la historia del FC Barcelona con 30 títulos en su palmarés. Pichichi de la Liga y también de la Copa del Rey con 5 goles, Messi sella la temporada con 54 goles y 16 asistencias en 52 partidos. Sin tiempo que perder, su asalto a la decimocuarta temporada con el club catalán aguarda su turno.