Fin. Se acabó el sueño. El partido del Carlos Belmonte ha puesto el punto y final a una temporada excelsa, con mayúsculas. El filial no pudo derribar el muro defensivo del Albacete Balompié y se ha quedado a las puertas de lograr un ascenso que hubiera sido histórico. Pero murió intentando matar, y eso tiene un meritazo enorme, por lo que no hay nada que reprochar al grupo dirigido por un Curro Torres que ha devuelto a la entidad valencianista, o al menos a su filial, unos valores que parecían haberse perdido: esfuerzo, coraje y pundonor.
Ahora, poco después de la -injusta en mi opinión- eliminación, la afición valencianista, esa que suelen vilipendiar y maltratar, estará muy jodida por no haber podido vivir la alegría del que hubiera sido un merecido ascenso de su filial, pero deben mirar el lado bueno: los jugadores lo han intentado dándolo todo hasta el último segundo, hasta el último suspiro, motivo más que suficiente para volver a sentirse orgullosa de ser del Valencia.
Encima de salir eliminados, los chicos del VCF Mestalla tuvieron 'la poca decencia' de perdón por no haber conseguido un objetivo que se antojaba una utopía a principio de la campaña. Pero no son ellos quiénes han de pedir perdón, porque con su espectacular campaña han logrado muchas cosas: la más importante es que el valencianismo vuelva a estar unido. A este grupo de chavales, la afición valencianista debe darle las gracias, quitarse el sombrero y aplaudirle porque han hecho que se vuelva a soñar con grandes logros, porque han dado ilusión a una afición hastiada y cansada de las desilusiones de los mayores, porque han logrado desplazar a más de un millar -¡¡un millar!!- de personas para apoyar a un filial y porque han colocado al Valencia Mestalla en unos play-off de ascenso 15 temporadas después. Un equipo que nos hizo soñar a los más fieles y a los menos habituales, un grupo de chavales que se conviertieron en familia e hicieron disfrutar a todo aquel que se dejaba ver por el Puchades.
No sabemos qué deparará el futuro para este equipo, ni si quiera si muchos seguirán defendiendo la camiseta del Valencia, o si lo harán como miembros de la primera plantilla -logro más que merecido-, pero les debemos estar eternamente agradecidos por todos los logros conseguidos, a pesar de no haber ascendido.