Con el futuro de Neymar en el aire, el debut de Ernesto Valverde quedaba en un segundo plano. La lupa estaba puesta sobre el astro brasileño, que contestó con una exhibición tremebunda en la primera mitad, poniendo más argumentos para que el jeque del PSG tire la casa por la ventana. De momento el Barcelona lo disfruta, así como al recién renovado Leo Messi, que mostró su versión más mediocampista en el debut del Txingurri. La Juventus, verdugo del Barça en la pasada Champions, era un rival de peso para medir a este nuevo Barça.
 
Pocas conclusiones se pueden sacar en lo colectivo tras un primer partido de pretemporada, en donde el foco recae en detalles e individualidades y no en lo grupal. Como vaticinó Valverde, el 4-3-3 se mantuvo de inicio, haciendo más hincapié si cabe en la libertad de Leo Messi, que se movía por todo el frente de ataque, habitando el lugar que más le convenía al equipo. Neymar, pegado a la línea de cal, desestabilizó la defensa turinesa en cada jugada, mientras Alcácer trataba de romper con sus desmarques.  En lo que el partido iba tomando forma, Neymar anotaba el primero tras una combinación con Messi y Alcácer. Pared con el valenciano y remate potente y colocado.  La Juventus, valiente, salió a presionar arriba, dejando a Neymar suelto en el carril derecho, lo que originó estragos considerables. Pocos minutos después del primero, un balón de Messi entre líneas dejaba a Neymar solo ante el peligro- toda la defensa de la Juventus-. Regate, regate, regate y gol. Firma incontestable del mejor trilero del planeta.
 
La Juventus parecía un equipo inconexo e irreconocible. Las suplencias de Dybala, Higuain y Chiellini se hacían notar. El conjunto culer mezcló el ritmo elevado de sus transiciones con un juego más posicional en donde Messi, Iniesta y Rakitic conectaban y se asociaban. Tras el descanso, Valverde dio entrada a 11 jugadores nuevos. Los ojos puestos sobre Semedo, que debutaba. Sin Messi ni Neymar en el campo el partido se alenteció, aún con la entrada de Dybala e Higuain.
 
El ritmo pausado, domado por un Barcelona con Denis, Aleñà, Roberto, Busquets y Arda, se veía truncado cuando Denis Suarez agarraba el balón. El gallego mostró un desparpajo que había pasado desapercibido la pasada temporada. Pero la Juventus, rocosa como ella misma, no se iba del partido y Chiellini, con un testarazo poderoso, ponía el marcador apretado. La última media hora de partido se hicieron notar los pocos entrenamientos y el calor, bajando considerablemente la intensidad. A pesar de que la Juve puso toda la carne en el asador, con la entrada de Costa, Cuadrado o Dybala, el Barça mandó en el juego y el marcador hasta el pitido final.