Llegar al Barça no es, para nada, fácil. Pero cuando un jugador recibe la llamada del club azulgrana, también es muy difícil decirle que no. A partir de este momento, empieza un proceso de adaptación distinto en cada futbolista, pero necesario en todos ellos. Para completar de forma exitosa este proceso, las primeras impresiones al llegar al club son trascendentales.

Íñigo Ruiz de Galarreta y Samuel Araujo están viviendo este proceso. Los dos flamantes fichajes del recién ascendido Barcelona B están conociendo los automatismos del club catalán, sus compañeros y su cuerpo técnico. Las primeras impresiones que han tenido ambos sobre estos tres aspectos, sin embargo, son muy positivas.

Preguntado por sus primeras horas como jugador azulgrana, Ruiz de Galarreta apunta que "es una oportunidad muy bonita, la asumo con muchas ganas e ilusión y estoy muy contento de estar aquí. El primer día, con las pruebas medicas, ya ves un poco lo que es este club: pruebas especiales, máquinas diferentes, conoces las instalaciones y lo vives con la expectación de saber que vas a disfrutarlo este año".

Íñigo admitió que "he tenido la suerte de poder jugar varias temporadas en Segunda División, y esta última en Soria he podido tener la continuidad y la confianza que todo jugador necesita. Quizás esta pasada campaña me ha hecho tener la oportunidad de llegar hasta aquí". Referente a los objetivos, confiesa que "individualmente, el objetivo es seguir creciendo como jugador, la calidad de plantilla aquí es altísima y esa exigencia nos va a hacer crecer a todos. En conjunto, tendremos que hablar en el vestuario de los objetivos, pero a priori el Barça siempre tiene que tratar de hacer un buen fútbol y conseguir buenos resultados, porque hay gente muy joven y muy buena que en un futuro puede estar arriba".

Samuel Araujo, por su parte, definió el momento de la llamada azulgrana así: "En aquel momento te entra un subidón, una motivación al decir que vas a jugar en el mejor equipo del mundo. Llegas nervioso, era la primera vez que salía de mi casa y llegas con la incertidumbre de saber qué te vas a encontrar, pero los compañeros me han recibido muy bien, muy cercanos, dándome la bienvenida, ayudándome en lo que han podido". No obstante, Araujo opina que no le han regalado nada: "Yo creo que mi esfuerzo me ha hecho llegar hasta aquí, el trabajo diario y la lucha que muestro en cada partido. No doy ningún balón por perdido y me considero un trabajador nato". También preguntado por los objetivos, el nuevo jugador culé apuntó que "el objetivo individual es crecer, mejorar y no hay ningún lugar mejor para hacerlo. Colectivamente, hacer la mejor temporada posible, crecer todos y dejar al club en una buena posición".