En un mercado de fichajes son muchos los rumores que aparecen. Ya sea porque los equipos necesitan tener repercusión mediática, porque los jugadores pretendan el protagonismo o simplemente porque sea cierto que un jugador esté cerca de vestir otra camiseta, cada verano se prepara un gran culebrón solamente digno de las mejores telenovelas. 

El último protagonista de nuestro tiempo es el brasileño Neymar Jr. Tras llegar al FC Barcelona en la temporada 2.013/2.014, en el día de hoy se ha despedido de todos sus compañeros, según anunciaba la entidad culé en sus redes sociales, con un destino en mente: París. El PSG ha dejado claro que pretende contar con el futbolista en su plantilla cueste lo que cueste. Y es que la cláusula del brasileño es la más cara que habría pagado un equipo hasta la fecha, 222 millones de euros, convirtiéndose así en el fichaje más caro de la historia del fútbol mundial. Por detrás de este estaría Paul Pogba, quien costó 105 millones de euros, seguido por Gareth Bale y Cristiano Ronaldo. Pero no tendrían nada que ver con el fichaje del brasileño por el club parisino. La diferencia con el del francés sería de 117 millones de euros.

Es obvio que el mercado de fichajes tiene una gran inflación que ha ido aumentando en los últimos años. No sólo ha sido Neymar el protagonista de los fichajes descabellados de este verano. Un rumor dejó la noticia del posible fichaje de Mbappé por 180 millones al Real Madrid, no obstante quedó en eso, en un rumor. Hace unos diez años se fichaban jugadores de gran repercusión como Van Nistelrooy por unos 15 millones de euros. Hoy en día esa idea es inconcebible. Incluso no hace tanto tiempo los precios no eran tan descabellados. Jugadores como Modric, Rakitic o Kroos no pasaron de los 30 millones de euros. 

También puede ser que un fichaje se sobrevalore si se trata de un delantero, ya que, si repasamos la lista de los fichajes más caros de la historia, exceptuando al francés Pogba y a James Rodríguez, el resto de los jugadores del Top 10 son delanteros y ninguno baja de la cantidad de 75 millones de euros. 

Ahora bien, todo este tema de fichajes por estas desorbitadas cantidades conlleva una cuestión ética, o más bien varias. ¿Qué precio debería tener un jugador de fútbol? Es decir, en esta sociedad tenemos divinizados a los jugadores, los tratamos como si fueran otro tipo de ser humano superior al resto. Pero, ¿se han parado alguna vez a pensar en lo que hace un jugador de fútbol en realidad? Acometen con su trabajo, acometen con una función en la sociedad como cualquier otra persona. En realidad lo único que les separa a ellos del resto de personas es ese resto de personas. Somos nosotros mismos los que les hacemos creer que son diferentes, los que les hacemos pensar que se debe pagar 200 millones de euros por adquirir sus servicios como futbolista. Todo esto forma parte del fútbol, que no deja de ser un espectáculo, dejando a un lado la cuestión deportiva.

Llegamos ahora a la segunda cuestión ética. ¿Sienten realmente los jugadores los colores? No obstante, me gustaría hacer una modificación a esta pregunta si me lo permiten. ¿Creen realmente que deberían "sentir los colores"? ¿Acaso un profesor es un traidor si se cambia de centro de enseñanza? ¿Ocurre lo mismo con un médico, por ejemplo? Un futbolista juega al fútbol para un equipo e intenta conseguir los máximos logros posibles para éste, ya que para eso le pagan. No obstante estos logros van para los aficionados, ya que de ellos es el club y en cierto modo, los futbolistas trabajan para ellos. Si en un momento determinado un futbolista decide jugar para otro equipo por cualquier motivo, está únicamente sujeto a un contrato de trabajo, en cuestiones morales es libre.  También es cierto que hay ciertos jugadores que tiene un sentimiento de pertenencia hacia un equipo, ya sea porque el club les ha dado algo importante en la vida, como es el caso de Leo Messi o simplemente porque sea su equipo, como fue el caso de Xavi. Pero lo que también es cierto es que es un error tremendo generalizar y meter a todos los jugadores "en el mismo saco". En el fondo todo esto forma parte de un espectáculo, porque lo que está claro es que el fútbol no es sólo un deporte.